El cicl¨®n Simmons y el muro Sixer apagan Brooklyn

Kyrie Irving no jug¨® ante los Sixers. Ante ciertas estad¨ªsticas que dicen que los Nets son mejores sin ¨¦l (al menos tienen mejor r¨¦cord) podr¨ªamos decir que eran buenas noticias para ellos. Pero hoy por hoy los de Brooklyn tienen problemas m¨¢s all¨¢ de que juegue o no su estrella. Aunque parezca mentira, eso empieza a ser irrelevante. Juegan igual de mal con o sin ¨¦l. Ni siquiera unos Sixers bloqueados durante la mayor parte del partido les sirvieron para levantar el vuelo. Tampoco estuvieron lejos de hacerlo, porque los de Filadelfia no son gran cosa ahora mismo. Pero en esta ¨²ltima afirmaci¨®n hay alguien a quien no se le puede meter. Y ese es Ben Simmons, que complet¨® un partido descomunal (34+12+12), desaparecido en ataque en los minutos finales para no tener que ir a la l¨ªnea de personal pero decisivo en defensa en esos mismos instantes y el motor que puso todo en marcha cuando los suyos no arrancaban.

Simmons llegaba como jugador de la semana en la Conferencia Este despu¨¦s de meter m¨¢s de 20 puntos en los ¨²ltimos cuatro partidos. Korkmaz con un 54,5% en triples en los tres ¨²ltimos duelos. Los dos jugadores, quiz¨¢ los m¨¢s importantes en las ¨²ltimas victorias de los Sixers, empezaron como si nada hubiese cambiado. 15 puntos, 7 asistencias y 2 robos para el australiano en la primera mitad, 2/2 desde el per¨ªmetro para el turco. Pero al descanso el marcador indicaba un 68-64 para los Nets y los de Filadelfia se pod¨ªan dar con un canto en los dientes.

Nicolas Claxton, rookie que apenas hab¨ªa tenido protagonismo hasta el ¨²ltimo encuentro ante los Bucks, se destap¨® como un arma imparable para los visitantes. 13 puntos con s¨®lo un fallo desde el tiro libre y 6/6 en juego. Los rebotes ofensivos (8-4 para los locales en los primeros 24 minutos) y un parcial de 10-0 para un 44-32 provocaron el primer tiempo muerto de Brett Brown. Tres minutos despu¨¦s pidi¨® el segundo porque su equipo segu¨ªa 11 abajo y adem¨¢s estaba empezando a dar mala imagen en lo que se supone su fuerte: la defensa. Dos alley opps solos de Claxton y Allen fueron la cumbre del desprop¨®sito Sixers en esos primeros minutos del segundo cuarto. Al final la intensidad de Simmons y un Thybulle mucho m¨¢s importante de lo que dicen los n¨²meros, as¨ª como un par de triples seguidos de Mike Scott, equilibraron algo el resultado.

Pero si los Sixers no van sobrados ¨²ltimamente, los Nets lo est¨¢n a¨²n menos. A pesar de los puntos en segundas oportunidades para los locales, que por momentos llegaron a cuadriplicar a su rival, el tercer cuarto acab¨® con los visitantes s¨®lo un punto abajo. Y eso que no hab¨ªan hecho nada demasiado bien. No se puede decir lo mismo en el ¨²ltimo periodo. Con 96-105 y 6 minutos por jugarse los Sixers entraron en una espiral de fallos en el tiro, con tres triples liberados seguidos mandados al limbo por Tobias Harris, que amenazaron la victoria. Los Nets se llegaron a poner a 1 (104-105) dos minutos despu¨¦s. Justo entonces lleg¨® un tiempo muerto tras el que se vio a los Sixers es su m¨¢ximo esplendor. Una aut¨¦ntica bacanal defensiva conducida por Simmons (5 robos y 2 tapones) y Thybulle: hubo una jugada en la que rob¨® en defensa, rob¨® en ataque llegando el ¨²ltimo y cogi¨® el rebote ofensivo, todo seguido, hasta el punto de que parec¨ªa haberse desdoblado en varias personas al mismo tiempo.

Horford, con 5 puntos seguidos, puso fin a la mala racha a tiempo y dej¨® los ¨²ltimos intentos de los Nets en nada. Dinwiddie, LeVert, Allen¡­ De una manera u otra todos sufrieron alg¨²n robo, alg¨²n tap¨®n, alg¨²n bal¨®n desviado, alguna presi¨®n que les hizo pisar la l¨ªnea. Cualquier cosa para no anotar. Con eso y con el ¨²ltimo triple de Korkmaz en el encuentro iban a sentenciar unos Sixers que echan much¨ªsimo de menos a Embiid y, por qu¨¦ no decirlo, a alg¨²n fichaje, pero que cuando muestran su mejor cara atr¨¢s son pornograf¨ªa defensiva. Probablemente incluso a los propios fans de Filadelfia les d¨¦ un poco de pena los rivales en esos momentos. La impotencia que demuestran ante un muro semejante es para echarse a llorar.