El Estudiantes vive una nueva pesadilla ante el Real Betis
Los colegiales sumaron ante los sevillanos su quinta derrota seguida. Genial Oliver. Debut sin brillo de Douglas. Scrubb, el mejor en los visitantes con 19 puntos.


Semana nueva, la misma pesadilla. El Movistar Estudiantes volvi¨® a perder, algo que ya no es noticia, aunque s¨ª la forma de hacerlo: sin alma, con los brazos ca¨ªdos casi desde el inicio ante un Coosur Betis que respira despu¨¦s de cuatro derrotas seguidas, ocho en los ¨²ltimos nueve partidos. Sin tirar de AJ Slaughter (6 puntos), pero con un Oliver escandaloso en todo (13 tantos), los sevillanos dieron una exhibici¨®n de fe y juego que les llev¨® a ganar de 22 (88-66). Importante para el average al final de la temporada, recu¨¦rdenlo. Resucitaron en un pesta?eo. Algo que a los del Ramiro se les da muy bien. El Fuenlabrada y el Joventut conocen las cualidades sanadoras de enfrentarse a ellos para coger aire cuando el agua llega al cuello.
De la necesidad hizo virtud el Betis. Sumar solo dos triunfos pesa y el Coosur era consciente de que ir a tumba abierta frente a un rival directo era el camino m¨¢s inteligente. Simplemente, lo m¨¢s l¨®gico y funcion¨®. Apretaron filas en defensa y ahogaron a su rival. En rebote. En intensidad. Colapsando la zona y las l¨ªneas de pase. Pulgada a pulgada ganaban terreno y el marcador se disparaba: 26-16 al concluir el primer cuarto, 40-25 a mediados del segundo con un Conger inspirado (10 puntos, 16 al final). En los ¨²ltimos cinco partidos, los de Dzikic no saben lo que es cerrar los primeros diez minutos por delante y reciben 21,4 puntos de media. Mal asunto.
Los colegiales reaccionaban a espasmos. Un d¨ªa m¨¢s, se fracturaba su rebote (40-26). Solo Scrubb estaba. Con el debutante Douglas (0 tantos) dando un respiro en la direcci¨®n a Pressey, el canadiense se dedicaba a lo que m¨¢s le gusta, a lo que mejor sabe hacer: anotar. En 12 minutos, 13 puntos. En 31, 19. De los 53 cr¨¦ditos de valoraci¨®n de los suyos, 22 llevaban su nombre. Pero el Estu solo respond¨ªa t¨ªmidamente para que la distancia no fuera de esc¨¢ndalo (44-34)... aunque dio un poco igual. Los b¨¦ticos ten¨ªan amarrado el triunfo y saltaron por los aires el duelo en el ¨²ltimo cuarto. Esperaron su oportunidad y entraron a matar.
Porque no era la diferencia en puntos. Era de aptitud y de actitud. Era cre¨¦rselo o no y el Estudiantes no entr¨® en ese juego. Es su mal end¨¦mico en este ¨²ltimo lustro este qui¨¦n este en el banquillo y en la plantilla. El Betis s¨ª crey¨®. Al igual que hacen todos los conjuntos de la parte baja de la tabla. Fuenlabrada, Manresa, Obradoiro... pueden tener peores plantillas, pero hay intensidad, son rocosos. Tratan de luchar, en definitiva. En el colegio no existe ese comportamiento y es muy cansado de ver.
Con eso en mente, cuerpo y alma, los andaluces crec¨ªan con Oliver a los mandos. A los 41 a?os dio un cl¨ªnic en la direcci¨®n y a la hora de encontrar la mejor opci¨®n. Para sus compa?eros y tambi¨¦n para ¨¦l. Bajo su ala, los de Curro Segura ataron la tercera victoria de la temporada con ventajas que superaron los 20 puntos (75-53) en la ¨²ltima fase del duelo. En ese momento, los colegiales ya no exist¨ªan. Hab¨ªan sacado la bandera de rendici¨®n y cada jugador hac¨ªa la guerra por su cuenta. Sin orden ni concierto. Y as¨ª es imposible: quinta derrota consecutiva. El Ramiro vuelve a sentir el infierno bajo sus pies.