El MoraBanc Andorra coge aire a costa de un err¨¢tico Estudiantes

Todo fue mal para el Movistar Estudiantes de salida, de intermedio y de final ante el MoraBanc Andorra. Hubo momentos de lucidez, claro est¨¢, pero fueron los menos dentro de una vor¨¢gine de nerviosismo. De querer y no poder. Y, sobre todo, de imprecisiones. A pu?ados. Minuto a minuto, los de Dzikic acumularon p¨¦rdidas (muchas infantiles, desconcertantes: 19) y fallos (16 de 25 desde la personal) que les habr¨ªan dado la oportunidad de abordar a un MoraBanc Andorra que coge ox¨ªgeno tras dos derrotas seguidas. Cuando alcanzaban la orilla (porque su resistencia, eso s¨ª, es ejemplar), daban media vuelta. No remataban para alegr¨ªa de los del Principado, que de salida ya mandaban: 0-5 de partida. 19-33, la m¨¢xima, a mitad del segundo cuarto, tras un parcial 2-7 en poco m¨¢s de un minuto. Nunca estuvieron por debajo en el marcador.

Kadji era la imagen de la desesperaci¨®n. El camerun¨¦s arranc¨® con ganas... pero negado. 1/9 en el lanzamiento en 13 minutos. 0 de 3 desde el per¨ªmetro que se sum¨® al 1 de 7 total al descanso del equipo y al 3 de 16 al concluir el tercer cuarto. 7 de 23 para cerrar el choque. Una losa que se un¨ªa a esas p¨¦rdidas que dieron 23 puntos al rival. Una losa gigante que ayudaba a colocar Dangubic, que creaba m¨¢s problemas que soluciones. Solo respond¨ªa Arteaga al envite del MoraBanc: 15 tantos con un buen 6/7 en el tiro. 14 de valoraci¨®n. Brizuela se asfixiaba en la mara?a defensiva que situ¨® Ibon Navarro en el per¨ªmetro y chocaba con dos gigantes: Diagn¨¦ (su crecimiento en las ¨²ltimas temporadas ha sido espectacular) y Sy son pura roca. Al igual que Tyson P¨¦rez. Granito duro y de buena calidad en el que colapsaron los estudiantiles.

A pesar de todos los inconvenientes, los madrile?os so?aban al descanso. Solo siete abajo (34-41) tras esa lluvia era todo un regalo que se hizo m¨¢s bonito a la vuelta de los vestuarios: empate a 41 despu¨¦s de 5 puntos seguidos de Kadji en un parpadeo y la visita de Brizuela a la personal. Fue un espejismo. El Estu se descolg¨® poco a poco del partido. Daba tirones de conjunto irreductible (algo que es de agradecer), pero insuficientes. Siempre se enredaba con sus propias piernas y as¨ª era imposible.

Sin el expulsado Navarro por dos t¨¦cnicas (protestar y aplaudir a los ¨¢rbitros en un nanosegundo), Hannah y Senglin castigaban. Diagn¨¦ controlaba los tableros y Todorovic aleccionaba desde el triple. Todos aportaban (solo Colom se qued¨® sin anotar) con Massenet de verdugo. El estadounidense descerraj¨® siete de sus 12 tantos en los ¨²ltimos cuatro minutos cuando los locales coquetearon con una remontada (71-74) que nunca lleg¨®. Los ramire?os se quedan con tres victorias y cinco derrotas con el Palau a la vuelta de la esquina. El Andorra coge aire.