Los Lakers 2019-20: la ¨²ltima oportunidad para una nueva era
Proyectos fracasados, jugadores desperdiciados, caos en la directiva... Los Lakers, ante su ¨²ltima oportunidad de iniciar una nueva era y salir de la mayor crisis de su historia.
Empieza la temporada so?ada para los Lakers. La que puede abrir una nueva era. Lo dicen las apuestas deportivas, la plantilla que tienen, los aficionados que sangran p¨²rpura y oro y los que no. Tambi¨¦n los expertos deportivos, los analistas cercanos y los que est¨¢n al otro lado del Atl¨¢ntico, contemplando de lejos el inicio de una de las campa?as m¨¢s revolucionarias y atractivas de los ¨²ltimos tiempos. Todo el mundo coincide. Y que nadie se apunte luego el tanto si el proyecto fracasa ni que lea lo que no se ha escrito: nadie dice que el anillo sea suyo, pero s¨ª que van a pelear por ¨¦l. Al menos, esa es la intenci¨®n de la franquicia m¨¢s glamurosa, carism¨¢tica y (casi, los Celtics tienen un anillo m¨¢s) ganadora?de la historia.
Motivos hay para pensar eso. El talento est¨¢ ah¨ª, no cabe duda. Est¨¢ en jugadores que se encuentran en el mejor momento de su carrera y que tienen todas las armas para ser los dominadores de la NBA. Tambi¨¦n est¨¢, m¨¢s o menos escondido, en baloncestistas que vivieron su mejor momento hace ya una d¨¦cada pero que quieren la reinvenci¨®n y/o la redenci¨®n. O ambas cosas. Y est¨¢ en promesas j¨®venes que se mantienen en un proyecto que ha dejado por el camino un reguero de v¨ªctimas que, en forma de rondas del draft , directivos y entrenadores, han ido a parar a otros equipos (o no) para demostrar a los angelinos que se equivocaban.
No hemos visto en los Lakers la tradicional progresi¨®n que otros equipos han tenido para constuir un proyecto ganador. Estamos hablando de una franquicia acostumbrada a todo y que se ha visto reducida a la nada desde que pis¨® los playoffs por ¨²ltima vez hace seis a?os. La marcha de Howard tras el proyecto fallido de la 2012-13 y la confirmaci¨®n de que Nash no daba para m¨¢s dej¨® las puertas abiertas a una reconstrucci¨®n eternamente postergada. Del 'probemos con Pau y Kobe' del 2014 pasamos al 'firmemos a Kobe una extensi¨®n millonaria' porque s¨ª y porque se lo merece. De ah¨ª, paulatinamente, camino al averno: proyecto con Luke Walton, rondas del draft, llegada de LeBron... y al final, Walton como chivo expiatorio y rondas del draft mal gestionadas y luego traspasadas mientras LeBron se daba un choque de realidad con un Oeste ultracompetitivo y con un cuerpo que camino de los 35 a?os no se comportaba igual que con 25. Ni que con 33.
Y todo esto sin una sola oportunidad real de ser siquiera aspirantes para el campeonato. Nadie duda de que Kobe y sus cinco campeonatos lo han sido todo para una franquicia . Tampoco que su sombra es alargada y que los Lakers tardar¨¢n en encontrar y sobre todo en aceptar a un nuevo h¨¦roe. LeBron, por edad, no tiene tiempo para tener la misma trascendencia y Davis a¨²n no tiene asegurado un futuro de p¨²rpura y oro que depender¨¢ y mucho de lo que pase este a?o por mucho que diga que quiere pasar la vida en el Staples. Pero tampoco nadie duda de que la directiva hipotec¨® a la franquicia con un ¨²ltimo contrato millonario regalado a un Kobe que jug¨® 6 partidos en la 2013-14, y 35 y 66 en sus dos ¨²ltimas campa?as (las del contrato), que le sirvieron para despedirse con 50 millones m¨¢s en el bolsillo y una leyenda imborrable que le dej¨® como uno de los mejores jugadores de todos los tiempos.
Ahora ha llegado una oportunidad real. Una de verdad. Pero una oportunidad que hay que ganarse y trabajarse. Un verano muy movido ha dejado a una plantilla pr¨¢cticamente nueva de la que han terminado de salir las selecciones de draft que los Lakers parec¨ªan no querer. Lonzo, Ingram y Hart se unen a Clarkson, Nance Jr. y Randle en esa vor¨¢gine de j¨®venes promesas que no interesaban a una entidad acostumbrada al ¨¦xito inmediato pero que se ha dado cuenta de una realidad tan inc¨®moda como objetiva: ganar no es f¨¢cil. Nunca lo es. Proyectos construidos desde abajo como los Warriors o los Thunder sobrepasaban a los angelinos, que no han tenido paciencia ni con sus selecciones de draft ni con sus entrenadores y han buscado el camino m¨¢s r¨¢pido, que no por ello inmoral. Los traspasos forman parte de la legalidad de la Liga y gracias a ellos Anthony Davis ha acabado en Los ?ngeles. Y no para jugar en el hermano ya no tan malo, como ha hecho Kawhi. Este ha acabado en el equipo grande (por historia, anillos y legado). En el que quer¨ªa acabar.
Y en el que estuvo apunto de acabar en febrero sino fuera por la inoperancia mostrada por Magic Johnson en los despachos. El sainete de Davis, que pidi¨® el traspaso cuando quedaban pocos d¨ªas para el cierre del mercado de fichajes, desmadej¨® a los Lakers, que no supieron gestionar una negociaciones que tuvieron muchos cad¨¢veres como consecuencia. Dell Demps, General Manager de los Pelicans, era despedido tras la fracasada operaci¨®n. Peor fue lo de Magic, que se fue en mayo diciendo a todo el que quisiera escucharle eso de las 'pu?aladas por la espalda' que hab¨ªa recibido de Jeannie Buss, favorable a Walton, o de Rob Pelinka, su te¨®rico aliado en los despachos.
La mencionada inoperancia es subjetiva, pero fue un argumento que cobr¨® importancia cuando se vio como Pelinka cerraba en junio lo que Johnson, otro hombre con un legado eterno en la NBA y en los Lakers, no fue capaz de cerrar meses antes. Y qued¨¢ndose a Kuzma, el ¨²ltimo reducto de esa camada de rondas del draft que les queda a los angelinos. Magic tambi¨¦n quer¨ªa meterle en el traspaso. A ¨¦l y a todos. Las filtraciones con los nombres concretos que se inclu¨ªan en el traspaso acabaron minando la moral herida de un equipo a la deriva en la ¨²ltima parte de la temporada y aquejado por las lesiones durante su totalidad.
La ¨²ltima oportunidad
El desastre de la 2018-19 acab¨® con Walton despedido (y fichado por los Kings) despu¨¦s de no contar con el apoyo del entorno de LeBron (un cl¨¢sico) ni de Magic. Jeannie Buss, que ya hab¨ªa ganado su juego de tronos particular haci¨¦ndose con el control de la franqucia a pesar de los intentos de golpe de estado de sus hermanos, no se opuso. Tampoco hizo nada para detener la marcha de Magic, al que ella misma puso al mando. Pelinka funcion¨® en los despachos y trajo no s¨®lo a Davis, sino a Green, Cousins (y Howard tras su lesi¨®n), Norwell, Dudley, Bradley... un equipo prometedor y dirigido en los banquillos por la improbable elecci¨®n de Frank Vogel.
Improbable por inesperada, no porque sea mal entrenador. De hecho ha sido el entrenador de uno de los equipos que m¨¢s cerca estuvo de acabar con el dominio de LeBron en el Este. Fue cuando entren¨® a los Pacers. Hoy tendr¨¢ un papel (papel¨®n) totalmente distinto. Tendr¨¢ que dominar un hervidero de egos (Rondo, Howard) y sacar lo mejor de Davis mientras gestiona el trato a LeBron, con el que hay que ir con pies de plomo si no quieres meterte en problemas. Y adem¨¢s tendr¨¢ un arma de doble filo a su espalda: Jason Kidd, que son¨® mucho como t¨¦cnico principal pero que finalmente y para alivio de muchos acab¨® de asistente.
La otra gran duda es LeBron. Camino de los 35 a?os, despu¨¦s de quedarse sin playoffs por primera vez desde 2005 y perdi¨¦ndose m¨¢s partidos que nunca en temporada regular tiene que tomar una decisi¨®n. O se echa a un lado o sigue siendo la primera referencia en ataque. Ser¨¢ lo que ¨¦l quiera. Porque s¨ª y porque se lo merece. Igual que Kobe se merec¨ªa esos 50 millones. Su legado en el baloncesto es legendario y ni Davis ni Vogel tomar¨¢n la decisi¨®n por un alero que sigue siendo una bestia sobrehumana que podr¨ªa seguir produciendo como primera espada. No le sorprender¨ªa a nadie. Al fin y al cabo, est¨¢ jugando por algo m¨¢s. Por ser el mejor jugador de la historia. Ya ocupa, no por unanimidad pero si por amplio consenso, el p¨®dium junto a Jordan y Jabbar. Y hay gente que le pone por delante del p¨ªvot. Retirarse con un nuevo anillo podr¨ªa ayudarle a escalar d¨®nde algunos ya le ponen. A la cima.
Y luego est¨¢ Davis. Es una bestia humana, un jugador capaz de producir en ataque y en defensa. En las ¨²ltimas tres campa?as ha hecho 28+12+2, 28+11+2 y 26+13+4. ?sta ¨²ltima se la pas¨® lesionado y con restricci¨®n de minutos. La franquicia no quer¨ªa negociar con una estrella rota. Antes de esa lesi¨®n sus n¨²meros eran de esc¨¢ndalo: m¨¢s de 29 puntos, 13,5 rebotes, m¨¢s de 4 asistencias, casi 2 robos y 2,6 tapones. Sencillamente impresionante. Un baloncestista que puede convertirse en la cara de una de las mejores franquicias de la historia (sino la mejor) y de paso asaltar un anillo que le ha sido esquivo en el diminuto mercado de Nueva Orleans. Es lo que le falta por experimentar. Los playoffs.
Puede convertirse en la cara de una de las mejores franquicias de la historia... o no. Es el pero escenario, el que nadie maneja y del que nadie quiere o¨ªr hablar. Pero por esto precisamente estamos hablando de la ¨²ltima oportunidad?de los 'nuevos Lakers'. Se la est¨¢n jugando. Davis, que es agente libre el pr¨®ximo verano, ha jurado y ha prejurado que renovar¨¢ con los los angelinos, pero en un a?o pueden pasar muchas cosas. Irving tambi¨¦n asegur¨® su renovaci¨®n con los Celtics y ya sabemos c¨®mo acab¨® el culebr¨®n. Si Davis se va en 2020 te quedas con un LeBron camino de los 36 a?os y sin la base que conformaban todas las rondas del draft de las que te has ido deshaciendo... el proyecto se quedar¨ªa en nada.
Evidentemente, es una posibilidad pero no (ni mucho menos) una certeza. Tampoco ser¨ªa el fin de una franquicia que encontrar¨ªa la manera y los millones para recuperarse antes o despu¨¦s. Pero no deja de ser una posibilidad que los Lakers tendr¨¢n que tener en cuenta y saber gestionar en toda su estructura. Desde la c¨²pula hasta el m¨¢s humilde pe¨®n.?
Eso s¨ª, nos estamos poniendo en lo peor. Algo que nadie imagina en una Liga en la que, recordemos, ocurren cosas inimaginables. Pero algo improbable al fin y al cabo. el talento est¨¢ ah¨ª. Si la salud acompa?a a LeBron y a Davis el equipo deber¨ªa meterse en playoffs. Si Howard parece tan renovado como dice, Bradley mete tiros liberados, Rondo responde y Caruso muestra el buen nivel que ya dej¨® ver en fases de la campa?a pasada (y que no ha tenido en pretemporada) estamos hablando de un equipo serio, con profundidad de banquillo (Dudley, ?Norwell?) y gente con experiencia en playoffs (Danny Green).
Que nadie se apunte un tanto luego. El talento existe y todo el mundo, con la voz m¨¢s o menos alta, tiene en cuenta a los Lakers este a?o. Porque lo dicen las apuestas, los General Managers, los analistas y los jugadores. Porque tienen a Anthony Davis. Porque tienen a LeBron. Y porque son los Lakers. Una franquicia hist¨®rica que tiene sed de t¨ªtulos y hambre de victorias. Un equipo al que solo le vale ganar. Una entidad que vuelve a pensar en el anillo.
Hay una cosa que est¨¢ clara: los Lakers van a estar ah¨ª... lo que no sabemos es d¨®nde.?