Jeff Brooks: italiano, juventino y del M¨¢laga
Naci¨® en Louisville pero se enamor¨® en Mil¨¢n de su esposa Benedetta. El suyo no es un pasaporte de conveniencia sino el ejemplo de adaptaci¨®n al modo de vida europeo.


El pasaporte italiano de Jeff Brooks (Louisville, Kentucky, 12-6-1989) tiene poco que ver con la conveniencia. Lo suyo fue amor verdadero con la bella Benedetta, a la que conoci¨® en Mil¨¢n (hoy tienen un hijo, Jordan), donde el ala-p¨ªvot hac¨ªa mucha vida en sus primeros a?os en Italia por la cercan¨ªa de las ciudades donde vivi¨®. Brooks, estadounidense at¨ªpico, se cas¨® en agosto de 2015 cuando ya hab¨ªa pasado por Cant¨², Caserta y Sassari, donde consigui¨® el triplete (Supercoppa, Coppa Italia y Scudetto) a las ¨®rdenes de quien hoy es su seleccionador. Sin embargo, no fue Romeo Sacchetti, sino Ettore Messina quien hizo la gesti¨®n para conseguir que jugase como naturalizado con Italia. Brooks acept¨® encantado.
Vers¨¢til, sin mucha estatura (2,03 metros) pero gran capacidad atl¨¦tica, en M¨¢laga se hizo querer. Fue uno de los art¨ªfices del triunfo en la Eurocup contra el Valencia (aquel tap¨®n a Rafa Mart¨ªnez...) y se convirti¨® en un jugador respetado en el Carpena. Ayud¨® tambi¨¦n su pasi¨®n por el f¨²tbol. Brooks se hizo seguidor de la Juventus para tener algo de lo que discutir con sus suegros (seguidores del Inter, como Scariolo, que pierde la cabeza por los neroazzurri) y en M¨¢laga se hizo un habitual de La Rosaleda, donde acudi¨® con la camiseta blanquiazul, cada vez que el calendario se lo permit¨ªa, los dos a?os que estuvo en la Costa del Sol.
Brooks, ejemplo de adaptaci¨®n al modo de vida europeo, regres¨® a pa¨ªs de la bota para jugar en el Armani Mil¨¢n. En Italia mantiene su rol de jugador complementario pero imprescindible, capaz de hacerle el trabajo sucio a los Gallinari, Gentile o Belinelli. Scariolo deber¨¢ vigilar a este luchador, como no pod¨ªa ser de otra manera naciendo en el territorio del insuperable Muhammad Ali.