El Madrid grita revancha con un Campazzo determinante

Durante muchos a?os la historia dijo que el 1-0 era sin¨®nimo de t¨ªtulo. En las ¨²ltimas tres temporadas, sin embargo, el que comenz¨® por delante la final perdi¨® los tres partidos siguientes y la Liga. Le pas¨® al Bar?a en 2016, al Madrid en 2017 y al Baskonia en 2018. Ahora es el Real el que se vuelve a adelantar y no con una victoria cualquiera, sino con la del desquite, la que le permite sacarse de encima una pesada mochila: primer triunfo en el Cl¨¢sico en Liga o Copa desde que llegara Pesic al Barcelona (1-5).

Esta vez la pizarra del serbio no pudo con el ritmo de los de Laso. La defensa, el tempo y la punter¨ªa las puso el Madrid. Es un 1-0 que sabe a gloria m¨¢s que a la rutina de otras veces. Como le sabe a Campazzo, el peque?o gran h¨¦roe, otra vez clave en casi todo. Quiz¨¢ menos manejador del ataque y m¨¢s determinante en la ejecuci¨®n (19 puntos y 24 de valoraci¨®n).

En 13 de las 14 finales cl¨¢sicas previas el que golpe¨® primero abraz¨® el ¨¦xito. Este s¨¢bado, para empezar, el defensor del t¨ªtulo fue mejor en todo, un paso al frente colectivo: lanz¨® con un acierto del 58% de dos, del 42% de tres, dio seis asistencias m¨¢s, perdi¨® seis balones menos y acab¨® 106 a 68 en valoraci¨®n. Solo claudic¨® en el rebote, de manera estruendosa, eso s¨ª: diez rechaces menos tras ceder ?18 bajo su aro!

Bast¨® con mirar la cara de los jugadores del Madrid cuando arranc¨® la acci¨®n para ratificar que s¨ª, que hab¨ªa ganas de revancha con todo lo que vistiera de azulgrana. Y ya, con levantar la vista, se ve¨ªa al p¨²blico enardecido. Hambre de final. Esa pasi¨®n exacerbada mezcl¨® bien con el juego blanco, empuj¨® al Madrid y dej¨® al Bar?a a contracorriente, aunque en un principio remase bien para reaccionar al 9-0 inicial. La rotaci¨®n se adelant¨® y Tomic y el rebote de ataque ayudaron a vadear la crecida, a falta de acierto, segundas opciones visitantes.

Laso hab¨ªa apostado en el quinteto inicial por Deck en lugar de Taylor, se reservaba una bala defensiva a la espera de que Heurtel entrara en pista. Rudy lideraba la intensidad y la movilidad atr¨¢s, aunque su abnegada entrega le costaba la tercera falta y el banquillo en el minuto 15. Taylor sumaba otras dos. A cambio rebajaba la determinaci¨®n de Heurtel. Hasta el descanso el di¨¢logo se mantuvo: acierto local en los triples (8 de 16) contestado con rechaces ofensivos que daban a los cul¨¦s m¨¢s tiros para compensar su pobre efectividad (1 de 7). Oriola era el rematador de las pocas acciones de pase extra. La batalla de bases era blanqu¨ªsima, con estir¨®n en el segundo cuarto de Campazzo (13 puntos y tres triples en 11 minutos) y un Llull muy enfocado (11 en 8).

El +15 del descanso era a la vez un colch¨®n tan mullido como insuficiente. Una mejor versi¨®n del Bar?a deb¨ªa llegar a la fuerza. La vimos. Redujo el ritmo del rival y comenz¨® a embocar lo que antes marraba: Singleton, Claver, Oriola y¡­ 63-54. Restaba el acto final y el fantasma de la remontada de la Copa sobrevolaba el Palacio, lo abati¨® el Madrid con la salida en tromba de Taylor y Causeur: 11-0 y 74-54, minuto 34. El Real apret¨® los pu?os y grit¨® de rabia, solo un primer paso, pero un triunfo que supo a desagravio.

Con todo perdido, Pesic se ech¨® al monte con sus guerrilleros, ley¨® el frenazo blanco y aceler¨® cada vez que recuperaba el bal¨®n, directo al aro sin mirar atr¨¢s. Un 0-9 (74-63) que dispar¨® la alarma. Campazzo volv¨ªa para devolver la calma. El argentino, MVP del 1-0, sofoc¨® la rebeli¨®n y Taylor puso la guinda. Un triunfo rotundo. A ver; esto es muy, muy largo.