Curry busca el anillo en Toronto, ciudad que lleva en el coraz¨®n

A Stephen Curry se le relaciona sobre todo con tres ciudades. Oakland, evidentemente, que es donde est¨¢ haciendo historia con los Warriors. Charlotte, el lugar donde pas¨® la mayor¨ªa de su ni?ez y donde volvi¨® para destacar en el baloncesto universitario. Y Akron, en Ohio, donde comparte nacimiento con LeBron James. Pero Curry tiene una relaci¨®n igual de importante con otra ciudad: Toronto.

All¨ª se tuvo que mudar a principios de siglo cuando su padre Dell apuraba los ¨²ltimos a?os de carrera en los Raptors (1999-2002). Una ¨¦poca que le pill¨® a ¨¦l y a su hermano Seth en plena adolescencia y comenzando a hacer sus pinitos en el mundo del baloncesto. En Toronto a¨²n recuerdan la temporada 2001-02, en la que el equipo del Queensway Christian College, que hasta entonces no ten¨ªa una gran tradici¨®n baloncest¨ªstica, se convirti¨® en el equipo de moda. Y lo hizo de la mano de Steph, que los llev¨® a hacer un curso perfecto (16-0 de r¨¦cord).

Tambi¨¦n form¨® parte de los Toronto 5-0, compuesto por jugadores de toda la ciudad que compet¨ªan en el torneo regional de Ontario, una de las trece provincias de Canad¨¢ de la que Toronto es su capital. "Hab¨ªa mucho nivel en aquella ¨¦poca, no era nada f¨¢cil. Cada vez que vengo aqu¨ª me alegro de que Canad¨¢ est¨¦ representada en la Liga", dec¨ªa Curry en una de sus visitas. Tambi¨¦n a estos Toronto 5-0 les lider¨® hasta el t¨ªtulo provincial (33-4) enfrent¨¢ndose a algunos futuros jugadores de la NBA como Kelly Olynyk o Cory Joseph.

"Le encanta esta ciudad. Su mujer es de aqu¨ª y su familia a¨²n vive en Toronto", explicaba Dell Curry en una ocasi¨®n, recordando otra curiosa relaci¨®n de su hijo con la ciudad. Aunque Steph y Ayesha no se conocer¨ªan hasta a?os despu¨¦s en Charlotte, en un grupo de la iglesia, el destino iba a querer que su mujer fuese canadiense. Dell tambi¨¦n descubri¨® que fue aqu¨ª donde su hijo se dio cuento de lo que quer¨ªa ser de mayor: "Al principio estaba preocupado por el clima, por si iba a ser un impedimento para practicar, pero ya era lo suficientemente mayor para saber a lo quer¨ªa dedicarse. Recuerdo una an¨¦cdota del primer d¨ªa que fue al colegio, cuando volvi¨® a casa nos dijo ¡®Nos vamos fuera, nos da igual el tiempo que haga¡¯".

Para alguien que ya estaba tan centrado en el baloncesto, los partidos en casa de su padre se convert¨ªan en el para¨ªso. La ¨²ltima vez que visit¨® Toronto con los Warriors en noviembre no pudo jugar, se estaba recuperando de una lesi¨®n. Pero s¨ª que entren¨® en una cacha anexa del ScotiaBank Arena, un lugar que le trae grandes recuerdos: "Hay mucha, especialmente al estar en esta cancha de entrenamiento".

"Mi hermano y yo sol¨ªamos estar aqu¨ª durante los primeros cuartos de los partidos, jugando un uno contra uno o algo por el estilo. En el segundo cuarto sal¨ªamos a la pista a ver c¨®mo iba el partido. Durante el descanso y el tercer cuarto volv¨ªamos aqu¨ª y a tirar y luego ve¨ªamos acabar el partido". Ese era el modus operandi de los hermanos Curry mientras el progenitor de la familia estaba en cancha.

"Esto me trae muchos recuerdos de la gente que trabajaba para la franquicia detr¨¢s de los focos. Muchas caras conocidas que espero ver cada a?o. La familia de mi esposa todav¨ªa est¨¢ aqu¨ª¡­ Todo juega a favor de las emociones cuando vuelvo a Toronto", contaba el base, que est¨¢ a punto de comenzar a jugar la final m¨¢s sentimental para ¨¦l de las cinco a las que ha llegado.