?xtasis en Toronto: Kawhi gana la serie con un tiro de leyenda
Una canasta imposible que rebot¨® cuatro veces en el aro clasifica a los Raptors para la final del Este. Gran defensa de Marc y partidazo de Ibaka.
Toronto Raptors era un proyecto aparentemente amortizado, brillante pero finalmente de recorrido corto, cuando cay¨® la temporada pasada contra los Cavs de LeBron James en semifinales del Este. Era la tercera vez en tres playoffs (2016, 17 y 18) en la que LeBron (12-2 total, 10 triunfo seguidos) impon¨ªa su voluntad (y su baloncesto) sobre un equipo a un equipo para el que ganar m¨¢s de 50 partidos acababa no significando nada. Una especie de alergia a la lucha por el t¨ªtulo, una anemia primaveral que hizo a muchos pensar en una liquidaci¨®n por cierre contra la que se rebel¨® Masai Ujiri, uno de los mejores directivos de la NBA: Dwane Casey fuera a pesar de haber sido elegido Entrenador del A?o, DeMar DeRozan a San Antonio a pesar de ser una estrella implicada al m¨¢ximo con una franquicia que hab¨ªa llegado a personificar: la profesionalidad, los ¨¦xitos en Regular Season... y los problemas despu¨¦s.
Desde aquel verano de cambios desde dentro, una revoluci¨®n sin sangre, hasta este 12 de mayo que ya es historia de Toronto Raptors. Para esto se hizo cargo del equipo Nick Nurse. Para esto vino Marc Gasol (Joel Embiid ha promediado 17,6 puntos, 4 p¨¦rdidas y un 37% en tiros en la serie) en febrero a costa de perder a otro cl¨¢sico de Toronto, Jonas Valanciunas. Y para esto, claro, PARA ESTO se envi¨® a DeRozan a San Antonio y se apost¨® por un Kawhi Leonard que quer¨ªa jugar en California y llevaba un a?o sin casi dejarse ver por una cancha y jugando al gato y al rat¨®n con una franquicia nada acostumbrado a los l¨ªos como los Spurs. Sin saber muy bien qu¨¦ pasaba en la cabeza o en el maltrecho muslo de Kawhi y sin tener ninguna impresi¨®n de que firmar¨ªa para seguir en Canad¨¢ superada esta temporada, Ujiri apost¨® por Kawhi como vitamina para su franquicia y como ant¨ªdoto contra el miedo paralizante a la crueldad de los playoffs. Un asesino de sangre fr¨ªa, casi rob¨®tico de hecho, para un entorno demasiado emocional cuando ven¨ªan mal dadas, demasiado dependiente de las corrientes de viento. Y, en plenitud f¨ªsica (casi lo hab¨ªamos olvidado) uno de los tres mejores jugadores del mundo.
Una canasta para la historia de los playoffs
Kawhi elimin¨® a los Sixers en un s¨¦ptimo partido para la historia que cerr¨® con una suspensi¨®n imposible sobre la bocina, el primer buzzer beater de la historia de los s¨¦ptimos y la tercera canasta ganadora de una serie de los ¨²ltimos veinte a?os. Las otras dos las ha anotado Damian Lillard, la ¨²ltima en primera ronda ante los Thunder. Kawhi, justo antes, fall¨® un tiro libre que permiti¨® que Butler empatara con una penetraci¨®n valiente (90-90) a cuatro segundos del final. Con ese error en la cabeza, cogi¨® la ¨²ltima bola ante Ben Simmons, se fue hacia la esquina derecha del ataque y se levant¨® ante un Joel Embiid (Simmons y Embiid: el n¨²cleo del Proceso en una ¨²ltima defensa desesperada) que estir¨® sus m¨¢s de 213 cent¨ªmetros casi, o eso pareci¨®, hasta el techo de un Scotiabank Arena que contuvo el aliento mientras la bola rebotaba cuatro veces en el aro antes de, finalmente, entrar y decidir el ¨²ltimo billete para las finales de Conferencia. Primero pareci¨® que iba corta y luego que iba larga, pero todas las par¨¢bolas condujeron esta vez hacia la victoria, la ant¨ªtesis de la tradici¨®n hasta ayer de una franquicia que vivi¨®, seguramente, su instante m¨¢s feliz. El mal fario no se fue con la marcha de LeBron. No es que haya cambiado su suerte, es que ahora tienen a Kawhi Leonard.
En una imagen que ya es historia de la NBA, Kawhi vio rebotar y rebotar la bola ya fuera de la pista, en cuclillas y con Embiid a su lado. Absortos en un segundo que pareci¨® una vida y que separ¨® al vencedor de un vencido que rompi¨® a llorar camino del vestuario en la, aunque suene parad¨®jico, imagen de mayor fortaleza que le hemos visto al camerun¨¦s, un jugador tantas veces sobrado, casi fr¨ªvolo. Embiid emerger¨¢ mejor de esta canasta final, esta derrota, estas l¨¢grimas y esta pelea de siete partidos contra Marc Gasol en la que, con mucho sufrimiento y entre problemas f¨ªsicos, se ha erigido como un l¨ªder de verdad: +80 los Sixers con ¨¦l en cancha, -97 sin ¨¦l a lo largo de una serie que env¨ªa a los Raptors a Milwaukee (el mi¨¦rcoles, primer partido de la final) y que garantiza que las Finales empezar¨¢n en el Este las juegue quien las juegue. Giannis Antetokounmpo y Kawhi Leonard, aspirantes finales al trono de la Conferencia que dej¨® libre LeBron y por el que no pelear¨¢n los que parec¨ªan en verano favoritos a hacerse con ¨¦l, Sixers y Celtics. Dos hist¨®ricos ante un verano de div¨¢n y v¨¦rtigo.
Un partido ganado en las trincheras
En esta era de m¨¦tricas cient¨ªficas, estad¨ªsticas avanzadas y reformulaciones de la eficiencia, los s¨¦ptimos partidos son un mundo at¨¢vico, un escenario postapocal¨ªptico que recuerda a otra NBA. Una pelea de pu?os desnudos, de piedras y palos cuando ya se han agotado todas las fuentes inteligentes de energ¨ªa. As¨ª fue en Denver justo antes y as¨ª fue en Toronto. Nadie tir¨® bien, nadie jug¨® con brillantez y las rotaciones se limitaron a, por bando, siete y ocho jugadores. En los Sixers el gran problema de este equipo, con un un quinteto de Playstation, lleg¨® a su extremo m¨¢s grotesco: todos los titulares jugaron m¨¢s de 40 minutos y Monroe estuvo en pista dos... y los sald¨® con un -9. En Philadelphia aceleraron el Proceso con los traspasos por Jimmy Butler y Tobias Harris, que acaban ahora contrato, como JJ Redick. Era un all in al primer Este post LeBron y, despu¨¦s de problemas de f¨ªsica (lesiones) y qu¨ªmica (estilo), todo se resolvi¨® en un tiro de Kawhi que rebot¨® cuatro veces en el aro antes de entrar. As¨ª es el deporte.
Porque los Sixers solo se desataron en un tramo del tercer cuarto (de 50-41 a 50-57) pero estuvieron siempre en el partido pese a un primer parcial de 13 puntos y a unos problemas constantes de ejecuci¨®n que se radicalizaron en el ¨²ltimo cuarto: air balls, p¨¦rdidas, posesiones consumidas sin lanzar.... a pesar de los pesares, empate a 80 a seis minutos del final de la eliminatoria, a 85 a 3:30 y a 90 a un segundo de la bocina, cuando volaba el tiro de Kawhi. Antes de la desgracia, 16 rebotes concedidos en su aro y 15 p¨¦rdidas que acabaron en 24 tiros m¨¢s de los Raptors (89-65), el factor clave en un duelo en el que se anot¨® por volumen, no por finura. Kawhi sum¨® 17 puntos en el ¨²ltimo cuarto (25 los Raptors) y 13 de los 15 de su equipo en los ¨²ltimos seis minutos. Acab¨® con 41 y 8 rebotes a base de lanzar 39 veces (16/39, 2/9 en triples). Son los s¨¦ptimos partidos: cuenta qui¨¦n llega a la orilla sano y salvo, no c¨®mo.
Marc Gasol anot¨® 7 puntos, cogi¨® 11 rebotes, puso 3 tapones y volvi¨® a entregarse a una batalla feroz con Embiid (21+11, 6/18 en tiros, 1/6 en triples) de la que los Sixers no pudieron sacar grandes ventajas. Con Harris y Butler discretos y Simmons escondido en ataque como durante casi toda la serie, los cuatro triples de Redick parecieron 400... pero tampoco bastaron. En los Raptors todos pusieron su gotita para colmar el vaso que llen¨® Kawhi, que consumi¨® ¨¦l solo la mitad de las posesiones de su equipo y solo sum¨® tras asistencia tres de sus 16 canastas. En un duelo en el que los banquillos parec¨ªan de cart¨®n piedra, parte del decorado, result¨® decisivo Serge Ibaka (17 puntos, 8 rebotes, 3/5 en triples despu¨¦s de un 0/9 en los seis partidos anteriores). El h¨¦roe inesperado, muchas peque?as cosas a lomos de una gigantesca: Kawhi Leonard.
Los Raptors se van a Milwaukee para jugarse el pase a las Finales de la NBA. La temporada, la gran apuesta de Ujiri, ya ha sido legitimada, seguramente. Queda el premio gordo. Para eso lleg¨® Kawhi y ¨¦l, Kawhi Leonard, es la gran raz¨®n por la que los Bucks tienen que tener mucho cuidado si quieren luchar por el anillo por primera vez desde 1974. El Scotiabank Arena, despu¨¦s de esta jornada de domingo inolvidable, ha cambiado los complejos por las pinturas de guerra. Y los Raptors, atr¨¢s por fin los traumas tras la mejor noche de sus 24 a?os de historia, quieren m¨¢s. Ahora s¨ª: m¨¢s.