Kyrie Irving y los Celtics 2018-19: razones de una cat¨¢strofe
Egos en conflicto, desuni¨®n, falta de respuestas... el proyecto m¨¢s ambicioso de los Celtics en mucho tiempo ha terminado en fracaso.
Se acab¨® una temporada de los Celtics que nunca empez¨®. Nos pusimos todos, del equipo al entorno m¨¢s cercano a los analistas de las otras puntas del mundo, tan serios con aquello de que en cuanto se pongan, cuidado y eso otro de s¨ª, pero cuando lleguen los playoffs y el temible pero a la hora de verdad, ser¨¢n ellos los que que nos pasamos, todos, el curso d¨¢ndoles m¨¢s oportunidades, retrasando las grandes conclusiones, zurr¨¢ndoles con la boca peque?a. Y ojo, conviene no caer en el oportunismo y reconocer que motivos hab¨ªa. Tantos que muchos nos ver¨ªamos tentados a pensar que si empezara de nuevo la temporada, todo podr¨ªa ser radicalmente distinto, y en ese universo alternativo Kyrie Irving se reivindicar¨ªa definitivamente lejos de esa sombra de LeBron James que tan alargada le lleg¨® a parecer, Jayson Tatum y Jaylen Brown llamar¨ªan a las puertas del All Star, Brad Stevens se confirmar¨ªa como el Gregg Popovich de esta (que sigue teniendo a su Gregg Popovich original, por cierto) y los Celtics confirmar¨ªan que eran lo que en verano parec¨ªan: la apuesta m¨¢s fiable del primer Este post LeBron James.
El talento estaba ah¨ª, la competitividad hab¨ªa quedado probada en dos a?os en los que, con menos, se hab¨ªan ganado 53 y 55 partidos y se hab¨ªan jugado dos finales del Este, las dos perdidas con la eterna excusa LeBron, la segunda en siete partidos ag¨®nicos y con Kyrie Irving y Gordon Hayward en la enfermer¨ªa. En Las Vegas proyectaban a los Celtics 2018-19 en 57,5 victorias, solo por detr¨¢s de los Warriors, donde en realidad muchos les situ¨¢bamos por puro c¨¢lculo visual. Han acabado en 49 (49-33), con ocho y media menos, la mayor diferencia negativa de cualquier franquicia que no sean los desastres de los Pelicans (con la lesi¨®n de los Pelicans... y todo lo dem¨¢s) y los Lakers (con la lesi¨®n de LeBron... Y TODO LO DEM?S). Siempre que imaginamos las posibilidades de un equipo tendemos a pensarlo todo en progresi¨®n geom¨¦trica: todo lo bueno que se ha apuntado ser¨¢ mucho mejor, en lo individual y lo colectivo. Y en este caso era dif¨ªcil no caer en eso, tantas veces una trampa de osos: la alquimia de Stevens trabajar¨ªa con el mayor talento que jam¨¢s hab¨ªa tenido a su servicio y un posible quinteto (Kyrie, Brown, Tatum, Hayward, Horford) al que algunos intentaban ya poner nombre en verano, por si acaso. Cuando se probaba con un Newport 5 que no cuaj¨® (tampoco eso), Kyrie promet¨ªa que renovar¨ªa y solo Horford, en plena pretemporada, avisaba de que ganar no ser¨ªa tan sencillo por algo que antes o despu¨¦s todo el mundo aprende en la NBA: nunca lo es.
Hay otro t¨®pico que suele dar m¨¢s alegr¨ªas que disgustos y que nos ha hecho mirar con el freno de mano puesto a estos Celtics: el modo playoffs, el cambio de tercio en la hora de la verdad. Casi siempre, y salvo campeones de eficacia probada todav¨ªa en buen estado de revista (los Lakers de Kobe y Shaq, los Warriors de la pasada temporada, antes de que el futuro de Durant les carcomiera la m¨¦dula), ese tren pasa de largo a toda velocidad: los equipos son lo que son y no cambian apretando un interruptor (playoffs ON/playoffs OFF). Cuando no se ha querido antes, no se suele poder en el momento decisivo. S¨ª en partidos, en tramos de eliminatorias, en momentos puntuales muchas veces fascinantes. Pero no en eliminatorias completas. Cuesta acabar con los malos h¨¢bitos y los Celtics han cultivado un huerto lleno de ellos. El primer partido ante los Bucks fue la hermosa excepci¨®n, los cuatro siguientes la vuelta a la realidad. Los dos, Bucks y Celtics, han salido de la eliminatoria como salieron de la Regular Season. Ni m¨¢s ni menos y sin trampa ni cart¨®n. Por talento y precedentes, los Celtics merec¨ªan el beneficio de la duda. Por sensaciones durante m¨¢s de seis meses, no. La realidad no es siempre lo que m¨¢s vende, pero es condenadamente tozuda.
Cuando se habla de confecci¨®n de equipos, m¨¢s veces de las que parecer¨ªa l¨®gico se cumple aquello de que menos es m¨¢s. Pero, m¨¢s que eso, suele ser un error intentar abarcar demasiado, amarrar el presente y el futuro. Los all in tienen su raz¨®n m¨¢s all¨¢ del eslogan y Danny Ainge a veces lleva al defecto la virtud de ser extremadamente celoso y calculador con sus activos. Despu¨¦s de una reconstrucci¨®n impecable que se ha alimentado de las prisas de los Nets en 2013, el peor traspaso de la hitoria en Brooklyn pero un nuevo comienzo por la v¨ªa r¨¢pida en Boston, su tesoro de assets ha ido dejando un reguero que ha acabado, casi, en este equipo: Kyrie Irving fue n¨²mero 1 del draft (2011), Jayson Tatum 3 (2017), Jaylen Brown 3 (2016), Al Horford 3 (2007), Marcus Smart 6 (2014), Gordon Hayward 9 (2010)... El bot¨ªn se ha ido invirtiendo y est¨¢ casi agotado, aunque los Celtics todav¨ªa tendr¨¢n tres o cuatro (la semana que viene es la loter¨ªa) picks de primera ronda en el pr¨®ximo draft. Tienen j¨®venes de proyecci¨®n infinita, tres contratos m¨¢ximos de jugadores all star (seis Kyrie, cinco Horford y uno Hayward) y el home run que supuso sacar a Brad Stevens de Butler cuando ten¨ªa 37 a?os. Ahora, con 42, ha decepcionado por primera vez y ha asumio que no ha hecho un buen trabajo y que esta ha sido su temporada m¨¢s complicada.
Es decir: los Celtics siempre han tenido puesta la vista en esta temporada. No era la ¨²nica opci¨®n, una bala de plata al aire, pero s¨ª la primera real. Un equipo pleno y a priori temible y, claro, un Este sin LeBron, que hab¨ªa ganado la Conferencia los ¨²ltimos ocho a?os. Sin LeBron (y eso vale para Sixers y Raptors, no tanto para unos Bucks en punto m¨¢s emergente de la curva) desaparec¨ªa el gran obst¨¢culo pero tambi¨¦n, y esa presi¨®n ha sobrevolado la Conferencia desde octubre, la gran excusa para todo. Mientras los Celtics cultivaban sus assets, los Sixers le daban vueltas al Proceso y los Raptors se reinventaban desde dentro, ha emergido Giannis Antetokounmpo. Que todav¨ªa no es LeBron... pero tiene diez a?os menos.
Los Celtics deber¨ªan tener m¨¢s oportunidades pero esta s¨ª era una oportunidad real. Basta con ver c¨®mo ve¨ªamos a cada equipo del Este en verano y c¨®mo esta vez las lesiones s¨ª les han respetado. As¨ª que la temporada es una decepci¨®n tremenda por objetivos: por debajo de lo previsto y por detr¨¢s de la temporada anterior, esa s¨ª marcada por las ausencias. Y es un fracaso may¨²sculo por sensaciones. El ant¨ªdoto que nunca apareci¨®, la soluci¨®n que siempre estaba a la vuelta de la siguiente esquina, la conjura que ser¨ªa definitiva, no como la anterior. Nunca un equipo hab¨ªa empezado 5-0 unos playoffs y hab¨ªa perdido cuatro partidos seguidos para caer eliminado. Versiones mucho m¨¢s modestas de los Celtics han dado mucha m¨¢s guerra. Equipos mucho m¨¢s toscos han evitado con sangre y l¨¢grimas que el rival ganara dos partidos seguidos en su pista. Estos Celtics, en definitiva, ni siquieran han maridado con el orgullo verde. As¨ª que ni eso blanquea el chasco.
Stevens sale tocado pero no hundido, si bien en el total de las ¨²ltimas temporada ha parecido mejor cuantos menos mimbres ha tenido a su disposici¨®n, y sus sistemas de ataque al embudo en cuanto ha tenido un foco claro, antes Isaiah Thomas y ahora Kyrie Irving. Los Celtics 2018-19 no han estado en el top 5 de la temporada ni en rating ofensivo ni en rating defensivo. Ni en true shooting percentage, media de anotaci¨®n, net rating, porcentajes de tiro... No han sido un gran equipo en casi ning¨²n momento, pasaron de protagonizar remontadas ¨¦picas un a?o antes a recibirlas y fueron, en definitiva, el cuarto en un Este que part¨ªa con cuatro pesos pesados. Y eso tras la lesi¨®n de Victor Oladipo en Indiana Pacers. En m¨ªnimos durante la Regular Season pensando que todo podr¨ªa cambiar en playoffs. Pero su derrota ha sido igual: en m¨ªnimos. Gordon Hayward sigue fortaleciendo su pierna lesionado y ha ense?ado al menos algunos brotes verdes, no desde luego contra los Bucks. Pero su necesidad de minutos y confianza ha chocado, en un equipo con un macho alfa tan claro como Kyrie, con el deseo de protagonismo de Jaylen Brown y Jayson Tatum, que ven¨ªan de tener mucho bal¨®n y muchos tiros (a la fuerza ahorcan) en los ¨¦xitos de 2018. Hasta de Terry Rozier, que fue una sensaci¨®n hace un a?o en primera ronda, precisamente contra los Bucks... El reparto de bal¨®n, tiros y responsabilidades parec¨ªa un problema obvio que finalmente ha existido y ha sido uno de los problemas que Stevens no ha podido solucionar nunca del todo. No con ¨¦xito.
El sainete de Anthony Davis en el tramo central de la temporada desmadej¨® a los Lakers y a los Pelicans pero su onda expansiva tambi¨¦n lleg¨® a Boston. El n¨²cleo joven sab¨ªa qu¨¦ significaba que en NOLA quisieran esperar a verano para negociar con Ainge. Ahora la situaci¨®n es compleja porque depende de qu¨¦ demonios vaya a hacer Kyrie, algo que quiz¨¢ no sepa ni ¨¦l. Los Celtics est¨¢n perfectamente posicionados para llevarse a Anthony Davis, que llegar¨ªa para una sola temproada y proclamando a los cuatro vientos que no quiere (en principio) seguir en Boston m¨¢s all¨¢. Pero, ?habr¨ªa que acometer la operaci¨®n tambi¨¦n si Kyrie se va a Nueva York y perder la base joven sin reunir a dos megaestrellas a cambio? ?Realmente hay que ofrecer la s¨²per renovaci¨®n a Kyrie por mucho que sea una pregunta que hasta hace unas semanas ten¨ªa una respuesta obvia? ?Cu¨¢nto valen de verdad, no en el mercado sino en pista para Stevens, Brown y Tatum? Este ¨²ltimo ha firmado una serie horrible ante los Bucks: 12 puntos de media con un 34% en tiros y un 10% en triples. Hayward cobrar¨¢ la pr¨®xima temporada 32,7 millones de d¨®lares. Horford tiene una player option de 30,1 que quiz¨¢ ejecute o quiz¨¢ cambie por un contrato por m¨¢s a?os y menos total anual. Marcus Morris acaba contrato y Rozier y Theis er¨¢n agentes libres restringidos. Sin saber qu¨¦ pasar¨¢ con Kyrie, el verano puede ser un ¨¦xito absoluto o puede acabar en, pr¨¢cticamente, regreso a la casilla de salida. No es el escenario ideal para un estratega del perfil de Ainge, que adem¨¢s ha sufrido un problema cardiaco durante estos playoffs.
Los Celtics, en definitiva, se enfrentan a m¨¢s v¨¦rtido del deseado, en gran parte debido a sus batacazo deportivo de esta temporada, las ramificaciones que puede tener o las ra¨ªces que ya est¨¢n hundidas en ¨¦l y que lo han provocado. Y hablo, por fin y para terminar, del elefante en la cacharrer¨ªa verde: Kyrie Irving.
Kyrie es un talento extraordinario, ¨²nico. Uno de los mejores anotadores de su generaci¨®n, tal vez (por posibilidades) de toda la historia de la NBA. No hay ning¨²n tiro que no pueda anotar ni ninguna mel¨¦ de rivales que no pueda dejar atr¨¢s en el mejor v¨ªdeo de la jornada de casi cada noche de partidos. Kyrie es campe¨®n, con una actuaci¨®n prodigiosa rematada con un triple ganador que es historia de la NBA. Kyrie tiene 27 a?os y deber¨ªa entrar ahora en sus mejores a?os. Y esta temporada no ha arrastrado en playoffs los problemas de rodilla que le han lastrado varias veces en el pasado.
Entonces, ?qu¨¦ pasa con Kyrie Irving?
Sano, ha fracasado en la temporada en la que ten¨ªa que llevar un proyecto ganador a la l¨ªnea de meta, sacudirse la sombra de LeBron que le consumi¨® en Cleveland y reivindicarse en todo lo que no tiene que ver con desmadejar rivales en la pista, algo que para colmo tampoco ha hecho a la hora de la verdad: en las cuatro derrotas antes los Bucks, 25/83 total en tiros (30%) y 5/27 en triples (18,5%). Da la sensaci¨®n de que en el vestuario se les ha hecho larga la temporada a su lado, y desde luego parece que a Stevens le pesa saber que el kyriesistema estropea sus planes de ataque pero se acaba convirtiendo en una tabla de salvaci¨®n que esta vez ni asom¨®. Sus Celtics jugaron mejor la temporada pasada sin ¨¦l pero no ten¨ªan ninguna opci¨®n real de ser campeones tambi¨¦n sin ¨¦l. Por eso la cuesti¨®n anterior ante la que algunos se rasgar¨¢n las vestiduras: Kyrie es uno de los juguetes m¨¢s divertidos de la NBA pero tambi¨¦n uno de los m¨¢s complejos. Y los Celtics tienen que saber de verdad qu¨¦ tienen entre manos y qu¨¦ quieren hacer con ello.
En teor¨ªa, no deber¨ªamos estar haciendo estos planteamientos en mayo de 2019 pero Kyrie comenz¨® el curso diciendo que se quedar¨ªa en los Celtics y pas¨® despu¨¦s a asegurar que no le deb¨ªa una mierda a nadie y que mejor le preguntaran el 1 de julio. Ha criticado a su vestuario y a los jugadores j¨®venes, se ha arrepentido p¨²blicamente, se ha reconciliado con LeBron al que ha llamado para decirl que ahora entiende lo duro que es ser padre, se ha negado a despejar con franqueza las cuestiones sobre su fuguro (tal vez porque no ten¨ªa respuestas genuinamente sinceras) y ha concentrado titulares, debates y corrillos. Parec¨ªa que cada movimiento de Ainge y Stevens ha ido dirigido a comprender y recuperar a Kyrie. Quiz¨¢ por eso cuando Morris dijo que hac¨ªa tiempo que nadie en el equipo se divert¨ªa, ning¨²n jugador sali¨® a negarlo o matizarlo. Todo eso podr¨ªa compensar si en playoffs kyrie hubiera funcionado en formato arma de destrucci¨®n masiva. Pero ni siquiera ha sido. Ante los Bucks, el primer ensayo con fuego real, ha sucedido precisamente todo lo contrario. As¨ª que, en otro giro que nadie esperaba para esta temporada, ahora nadie cuestiona el talento de Kyrie Irving pero s¨ª se cuestiona a Kyrie Irving. Son cosas muy distintas. Y quiz¨¢ las respuestas est¨¦n en Nueva York, porque muchas veces no hay nada como desandar el camino de una vida y volver al hogar. Tambi¨¦n si la tierra fuera plana. Mientras, y con m¨¢s dudas de las previstas, hay que considerar a los Celtics los favoritos, todav¨ªa, para tenerle en n¨®mina cuando arranque el pr¨®ximo curso. Pero...
Pero, pero pero. Ha sido una temporada de peros en Boston. Y viene un verano de euforia o cuchillo largos, sin t¨¦rmino medio. No es lo que quer¨ªa Ainge ni seguramente lo que esperaba Stevens, pero es lo que hay. As¨ª suele ser cuando no salen las cosas, y desde luego a los Celtics 2018-19 no les han salido, hasta el punto de que podr¨ªa llegar al oto?o transformados en un equipo totalmente distinto. O no. Aspirante al anillo. O no. Con su identidad intacta. O no. Ser¨¢ un proceso, en un sentido o en otro, apasionante.