NBA | WARRIORS 104 - ROCKETS 99 (3-2)
No va m¨¢s: triunfo ¨¦pico de unos Warriors que pierden a Durant
El campe¨®n se deja remontar 20 puntos y reacciona en un ¨²ltimo cuarto salvaje, ya sin Durant. Los Rockets pierden una ocasi¨®n de oro.
En el tercer cuarto, en pleno asalto de los Rockets por tierra, mar y aire, cay¨® Kevin Durant. Lo hizo con una suspensi¨®n para poner el 68-65, en lo que pareci¨® el pen¨²ltimo aliento de los Warriors. En el flanco derecho, se elev¨® ante Shumpert con su gracilidad habitual y, tras caer, se mir¨® la pierna con extra?eza, como si no fuera suya, y comenz¨® a cojear. Se march¨® al vestuario: lesi¨®n en la zona del tend¨®n de Aquiles, sin contacto y cayendo de un salto... pron¨®stico a priori sombr¨ªo para su equipo y tambi¨¦n para ¨¦l porque, aunque finalmente va a quedar quedar solo en una lesi¨®n muscular, un problema en l¨ªnea con los peores presagios iniciales habr¨ªa alterado no solo esta temporada sino incluso el mercado veraniego, en el que algunos ya ven a Durant en Nueva York mientras los Warriors, tan acostumbrados hasta ahora (y casi siempre por sus m¨¦ritos) a que todos les salga bien, se resisten a perder al MVP de las ¨²ltimas dos Finales y al que estaba siendo su mejor jugador de estos playoffs: uno de los mejores anotadores de la historia en uno de los mejores momentos de su historia.
A los Warriors, esta vez, no les est¨¢ saliendo nada demasiado bien. Pero har¨ªan mal en olvidar que muchas de sus heridas se las han infligido ellos mismos, incapaces de sostener su propia excelencia. Empachados y aburridos en otra inacabable temporada de 82 partidos, han ido sucumbiendo a todos los vicios de los que tienen la barriga llena. No es casualidad: desde los Celtics de Bill Russell nadie ha jugado cinco Finales seguidas. El reto, aunque no lo pareciera porque ha sido un equipo capaz de todo (literalmente) en los ¨²ltimos a?os, es may¨²sculo. Entonces cay¨® DeMarcus Cousins en primera ronda, despu¨¦s se le estrope¨® un dedo a Stephen Curry y ahora, finalmente, ha ca¨ªdo tambi¨¦n Kevin Durant en una semifinal de Conferencia en la que estaba jugando 45 minutos de media y en la que tiene casi imposible volver: el sexto partido se juega ma?ana, en Houston, y el s¨¦ptimo ser¨ªa el domingo, de vuelta (tal vez por ¨²ltima vez) en el Oracle Arena.
Mil partidos en uno y una resoluci¨®n dram¨¢tica
En una serie ¨¦pica, agotadora y absolutamente monstruosa hasta ahora, la cuarta en la historia en la que los cinco primeros partidos se han resuelto por seis puntos o menos, este quinto encontronazo (crucial porque se llegaba 2-2) result¨® tremendo, lacerante, con tramos brillantes y otros horrorosos: puro playoffs, puro baloncesto. Los Warriors pasaron de retomar la inercia del arranque de la eliminatoria y arrasar (llegaron al +20 en la primera parte: 57-37 poco antes del descanso) a naufragarj de forma lastimosa: 68-69 justo antes del cierre del tercer parcial, ya sin Kevin Durant. Entonces, cuando parec¨ªa (72-72) que est¨¢bamos a punto de presenciar el ¨²ltimo cuarto de baloncesto NBA en el Oracle Arena, los Warriors sacaron las pinturas de guerra y el esp¨ªritu de campe¨®n. Y habr¨¢, en el peor caso para ellos, s¨¦ptimo partido si los Rockets, ser¨ªa de hecho un pecado ante la casi segura baja de Durant, no fallan en su pista y fuerzan el duelo decisivo, que repetir¨ªa el gui¨®n de hace un a?o. Entonces ellos cayeron en Houston sin Chris Paul, esta vez los Warriors tendr¨ªan que defender, a sangre y fuego y sin Kevin Durant, ese Oracle que se desvanece a las puertas del traslado a San Francisco.
Pero ese salvaje acceso de orgullo y rabia del ¨²ltimo cuarto descubri¨® a un equipo que, aunque solo sea en momentos de m¨¢xima necesidad, sigue estando ah¨ª. El parcial del ¨²ltimo cuarto fue 32-27 tras el 15-29 del tercero y cuando todo parec¨ªa a favor de los visitantes. James Harden (31+4+8) solo tir¨® tres veces en esos doce minutos en los que los Warriors pasaron de perder 75-77 a ganar 97-89 antes de un final ag¨®nico y confuso que dej¨® el triunfo en la Bah¨ªa. La defensa se desat¨®, liderada por un Draymond Green en combusti¨®n y con la aparici¨®n de un Kevon Looney crucial en los dos tableros. Iguodala, renqueante, empuj¨® hasta la l¨ªnea de meta y los Splash Brothers aparecieron justo a tiempo: Klay Thompson, en su mejor partido de la serie de largo, anot¨® el triple del 97-89 y la canasta decisiva. Acab¨® con 27 puntos. Y Stephen Curry, el desaparecido, pas¨® de tres cuartos otra vez horrendos (6/16 en tiros, 1/8 en triples) a un ¨²ltimo emocionante en el que sum¨® 12 puntos y dio 3 asistencias, meti¨® dos de los tres triples que lanz¨®, carg¨® con el equipo en ataque y lleg¨® hasta un 25+6+5 que fue, esta vez, mucho m¨¢s que n¨²meros. Justo a tiempo y mientras los Rockets desaparec¨ªan en un galimat¨ªas extra?o: agotados, sin ideas y sobrepasados por la intensidad de su rival seguramente cuando, tras la lesi¨®n de Durant y tras remontar 20 puntos, m¨¢s f¨¢cil lo ten¨ªan y m¨¢s a tiro lo sintieron.
El equipo de D'Antoni, experto en sobrevivir, dej¨® escapar una bala de plata y perdi¨® en un partido en el que solo jug¨® bien en el tercer cuarto... y casi le bast¨®. Ahora tiene que ganar dos seguidos a los Warriors pero acaba de hacerlo y, desde luego, la baja de Durant equilibra el peso del factor cancha en un hipot¨¦tico s¨¦ptimo. Porque todo lo que no sea eso, por fin la caza de un rival que ha sido su ¨ªntimo Moby Dick en el ¨²ltimo lustro, una obsesi¨®n como forma de vida, le har¨¢ volver una y otra vez durante el verano a este ¨²ltimo cuarto en el que no igual¨® la furia de un enemigo herido, que se sinti¨® maltratado por el destino y justo ah¨ª encontr¨® la energ¨ªa que llevaba d¨ªas buscando. Tal vez toda la temporada. Ahora vendr¨¢n las pruebas a KD y el sexto partido con otro viaje y sin descanso para nadie: no va m¨¢s. Literalmente. Los Rockets est¨¢n donde estuvieron los Warriors hace un a?o: 2-3, con el s¨¦ptimo a domicilio si lo fuerzan y una baja devastadora en su rival. Veremos si la historia se repite y esta vez les sonr¨ªe a ellos porque, si hay que juzgar solo por el final de este quinto partido, el campe¨®n va a vender muy caro su pellejo. Hasta el final: no va m¨¢s.