WARRIORS 115-ROCKETS 109 (2-0)
Ruge el campe¨®n: los Warriors devoran otra vez a los Rockets
La defensa y la aportaci¨®n de Green e Iguodala, clave para lo que ya es un 2-0 que pone al l¨ªmite a los Rockets. El tercero, el s¨¢bado en Houston.
Han sido seis d¨ªas muy buenos para el campe¨®n: el pasado mi¨¦rcoles, y ya parece que fue hace un siglo, los Warriors fueron incapaces de noquear a los Clippers en el Oracle y se vieron con un 3-2 que volv¨ªa a cuestionar su hambre y su unidad (los temas recurrentes de su temporada 2018-19) mientras los Rockets, felices y frescos tras ventilar a los Jazz, llegaban a la Bah¨ªa asegurando en cuanto ten¨ªan ocasi¨®n (dio la sensaci¨®n que hasta cuando bajaban a comprar el pan) que este a?o se sent¨ªan perfectamente capacitados, todav¨ªa m¨¢s que en los ¨²ltimos playoffs, para dejar de ser la presa y convertirse, definitivamente, en el cazador. Ese es el mantra de este megaproyecto ideado por Daryl Morey. Aunque ganaran el sexto en L.A., los Warriors iban a tener apenas 36 horas antes de abrir la semifinal de Conferencia m¨¢s esperada de la historia (seguramente) y, despu¨¦s, solo otros dos d¨ªas antes del segundo partido. Los Rockets solo ten¨ªan que robar un triunfo para, con tres d¨ªas completos de descanso despu¨¦s, preparar el aquelarre definitivo en Houston. Para colmo, los Warriors s¨ª se llevaron el sexto en pista de los molestos Clippers pero volvieron a Oakland con el tobillo de Stephen Curry tocado y el de Klay Thompson, casi hundido.
Este m¨ªnimo ejercicio de perspectiva explica, creo, hasta qu¨¦ punto han sido buenos estos seis d¨ªas para los Warriors: tres victorias, una para ventilar la primera ronda y dos, con un peso infinito, para irse 2-0 a Texas. Han sorteado los problemas de tobillo de Klay, de faltas y chispa de Curry, de profundidad en su rotaci¨®n... Han demostrado que siguen teniendo ganas, aunque esta sea como parece la ¨²ltima cabalgada con Durant, y que siguen siendo capaces de ponerse a defender (?se acuerda alguien del esperpento de aquel quinto contra los Clippers?) y ganar desde ah¨ª los partidos. Han disparado su autoestima mientras los Rockets magullaban la suya, enzarzados en una muy planificada, pero delicada, guerra sucia para tratar de incidir en el arbitraje (algo que ya estaba inventado pero a lo que Morey, como a todo, ha a?adido analytics) y dejando escapar dos oportunidades de oro contra el campe¨®n y favorito, un equipo que ahora tendr¨¢ tres d¨ªas enteros de descanso y dos partidos en Houston para sumar un triunfo que les ponga definitivamente en control absoluto de la situaci¨®n. Los Warriors llevan 20 eliminatorias de playoffs seguidas ganando al menos un partido a domicilio. Y han ganado los ¨²ltimos cuatro en eliminatorias a los Rockets, desde que estos se pusieron 2-3 en la ¨²ltima final del Oeste, aquella de la que ahora se discute cu¨¢ntos puntos cost¨® cada falta personal, cada bloqueo mal se?alado, cada agarr¨®n en la lucha por un rebote que no se vio, cada y cada y cada...
Los Warriors ganan en la guerra de m¨ªnimos
Los Rockets sab¨ªan que iban a la guerra total, a uno de los mayores retos al que jam¨¢s se ha enfrentado cualquier equipo, al conflicto por tierra, mar y aire. En la pista, en los micr¨®fonos y en los despachos. Su (bendita) obsesi¨®n por no rendirse ante estos Warriors les llev¨® plet¨®ricos al domingo, despu¨¦s de un a?o muy complicado, pero les deja muy tocados el mi¨¦rcoles. No han perdido nada, no si ahora defienden su pista. Pero necesitan un, como m¨ªnimo, 4-1 en cinco partidos contra los Warriors. Necesitan que todo les salga bien ya casi cada noche. Han perdido cualquier margen de error, si es que ten¨ªan alguno, y disuelto cualquier impulso emocional que pudiera haberles acercado a la pole position (o al debate sobre ella) antes del inicio de la eliminatoria. Est¨¢n contra las cuerdas, en la situaci¨®n m¨¢s cr¨ªtica posible: 2-0 contra un campe¨®n que siempre gana a domicilio. Pero, es lo que les queda por delante, ya han perdido. Y ahora solo pueden asomar, remontar, salvar el s¨¢bado el tercer partido (jaque mate de lo contrario) y empezar con las c¨¢balas: y si ganamos el cuarto y..., y si llegamos al quinto y... Ya no les sostiene la l¨®gica, pero tal vez la clave sea precisamente esa, que su cruzada nunca ha sido una cuesti¨®n de l¨®gica.
Los Warriors se han pasado dos partidos llevando a los Rockets detr¨¢s, con la lengua fuera. No han sido excepcionalmente superiores pero han sido superiores. No han cerrado los partidos antes de los ¨²ltimos minutos pero han jugado mejor los ataques decisivos. Han demostrado que pueden perder contra la mejor versi¨®n de los Rockets, es obvio, pero que siguen teniendo m¨¢s recursos en las trincheras, m¨¢s carb¨®n en la sala de m¨¢quinas de la eliminatoria. Cuando desaparece el brillo de la Regular Season y las defensas llevan el duelo a m¨ªnimos, el suyo sigue siendo m¨¢s sostenible, m¨¢s v¨¢lido en guerras a siete partidos. Todav¨ªa no han domado a un rival que no para de soltar dentelladas, pero llevan sin ning¨²n v¨¦rtigo a un tercer partido en el que pueden aplastar definitivamente a los Rockets y aterrorizar, como cada a?o por estas fechas, a toda la NBA. Veremos, pero insisto: la ¨²ltima semana ha demostrado que el hambre y la uni¨®n, aunque se est¨¢n agotando, siguen ah¨ª. Y aunque ahora juegan de otra manera, con Kevin Durant como centro del universo, los triunfos se apilan por algunos de esos factores clave que explican por qu¨¦ son uno de los mejores equipos de la historia, tal vez el mejor: la defensa, la circulaci¨®n inteligente, Draymond Green, Andre Iguodala...
Despu¨¦s de dos d¨ªas de hablar de los ¨¢rbitros, estos no pesaron demasiado en el segundo partido, y fue desde luego un alivio. Los Warriors arrancaron a toda velocidad, con una defensa excepcional, y abrieron una zanja (17-8, minuto 6) que ya nunca se cerr¨®. Despu¨¦s vinieron los sustos: Curry se fue al vestuario con un dedo dislocado, James Harden hizo lo propio con sangre en un ojo tras un golpe en la lucha por un rebote. Fueron solo dos sobresaltos, dos recordatorios de que en los playoffs todo puede cambiar en cualquier jugada y conviene coger siempre, sea mucho o poco, lo que el destino te ponga a tiro. Desde esa ventaja inicial, los Warriors amagaron varias veces con romper pero nunca lo hicieron, y los Rockets reaccionaron cada vez que parec¨ªan a punto de desfondarse, casi siempre a base de triples. Esa din¨¢mica concentr¨® el desenlace en un ¨²ltimo cap¨ªtulo en el que se pas¨® de un 82-67 casi al final del tercer cuarto a un 93-90 a poco m¨¢s de seis minutos del final. Ah¨ª, sin cintur¨®n de seguridad, los Warriors escaparon (parcial de 9-0) con buenas defensas, un triple de Curry, puntos de Durant y mates que cerraban ataques inteligentes. Otra vez, como el domingo: no fueron much¨ªsimo mejores pero fueron mejores. En unas cuantas cosas, m¨¢s de lo que dicen los marcadores finales. A partir del s¨¢bado sabremos si eso es un motivo para la esperanza o la maldici¨®n definitiva para los Rockets: ?est¨¢n muy cerca a pesar del 2-0 o est¨¢n lej¨ªsimo a pesar de apa?¨¢rselas siempre para llegar vivos al final?
Kevin Durant acab¨® con 29 puntos, 9 en el ¨²ltimo cuarto. James Harden con 29, 13 en ese parcial definitivo y, en total, cuatro asistencias por seis p¨¦rdidas. Los dos promedian en estos dos partidos 32 puntos con 23.5 tios y 5 rebotes. En un momento excelso del primero y con todos los problemas que los Warriors le est¨¢n dando al segundo, la gran diferencia no est¨¢ por ahora ah¨ª. Esta vez los Rockets lanzaron un tiro libre m¨¢s y metieron seis triples m¨¢s con mejor porcentaje (un 12% mejor para 18 puntos de ventaja en esa estad¨ªstica). Aguantaron en el partido durante la ausencia de Harden entre el primer y el segundo cuarto, se sobrepusieron a cada sprint local y hubo momentos productivos de Tucker, Gordon y Rivers. Pero acabaron con las mismas p¨¦rdidas (17) que asistencias, la mitad de robos (10-5 Warriors), menos de la mitad de tapones (5-2) y ocho rebotes de ataques menos (18-10) que, junto a las decisivas p¨¦rdidas, dieron 14 tiros m¨¢s a los Warriors. Capela no encuentra forma de ser productivo, sometido por un enorme trabajo de Draymond Green, y D'Antoni tiene que ir m¨¢s de lo que le gustar¨ªa a quintetos peque?os para felicidad de su rival; Los triples entraron a un ritmo excelente... pero se salieron (dos fallos seguidos con el 93-90) en el peor momento, Harden suma pero sufre mucho...
Green, Iguodala, Livingston... los Warriors
Klay Thompson acabo con 21 puntos y un 3/9 en triples. Curry, otra vez con problemas de faltas, con 20 y un 3/13, otra vez lejos de su versi¨®n ¨®ptima y con el bal¨®n casi siempre en manos de Durant. Pero los Warriors saben moverse en este formato ag¨®nico, recuperando cuando m¨¢s falta ha hecho viejos valores, con un Green tremendo (15+12+7) y un Iguodala quir¨²rgico (16+5+4), los dos descomunales en defensa. Hasta (otro cl¨¢sico) con seis puntos seguidos en un momento clave de Livingston para sostener a la segunda unidad... El edificio sigue en pie, los cimientos fuertes. El campe¨®n, y hace una semana era leg¨ªtimo dudar, sigue ah¨ª. Los Rockets no se van a rendir, pero llegaron a la Bah¨ªa de caza y salen trasquilados, m¨¢s cerca que nunca del abismo. Desde ah¨ª reaccionaron en Regular Season, cuando la temporada amenazaba ruina, as¨ª que quiz¨¢ tengan que verse ah¨ª, en lo il¨®gico, para que empiecen a pasar cosas que les impulsen. Porque parece que en la l¨®gica, en la guerra de m¨ªnimos que suele ser cualquier gran eliminatoria de playoffs, los mejores siguen siendo los Warriors. Ahora, a Houston y el s¨¢bado, queda un mundo, resurrecci¨®n o golpe de gracia. No es lo que quer¨ªan los Rockets ni la apuesta de muchos (analistas y aficionados), pero es lo que hay. Warriors mediante.