Burjanadze, de h¨¦roe a la esperanza del colista Delteco
Su vida ha sido una constante superaci¨®n y viene de sus mejores n¨²meros en ACB. "Creo en los milagros", sentencia el georgiano que se rompi¨® un tend¨®n con 8 a?os.

Beqa Burjanadze nunca lo tuvo f¨¢cil. En su camino hacia el sue?o de jugar a baloncesto al m¨¢s alto nivel se encontr¨® mil barreras y vio c¨®mo para sortearlas iba arrastrando a su familia. As¨ª que cualquier ¨¦xito, aunque sea ef¨ªmero, lo saborea m¨¢s que nadie. El p¨ªvot georgiano del Delteco GBC estableci¨® el pasado s¨¢bado un nuevo tope personal en puntos en la Liga Endesa, contra el Breog¨¢n: 30 tantos (diez m¨¢s que su techo anterior); y lleg¨® a 37 de valoraci¨®n, as¨ª que super¨® los 25 que estableci¨® contra el UCAM Murcia esta misma temporada en la jornada 11. Eso s¨ª, Booker, precisamente jugador del cuadro pimentonero, le arrebat¨® el MVP con 48 puntazos. "Agrada ganarlo, pero no pasa nada, lo que contaba era sumar una victoria del equipo. Fue mi mejor partido y en ACB, la mejor competici¨®n de Europa, pero uno siempre quiere m¨¢s", ambiciona.
Fue verdugo del Breog¨¢n, pero ahora tiene un motivo de apoyo al club lucense: "Lo ha cogido Tito D¨ªaz, con el que coincid¨ª en A Coru?a (en LEB Oro); le felicit¨¦, me alegro un mont¨®n, es un paso adelante en su carrera como entrenador, le deseo mucha suerte en el club de su coraz¨®n, de su ciudad, tiene mucho cari?o, lo har¨¢ bien". Tras pasarse el a?o pasado en blanco en Andorra por una grave lesi¨®n (un desgaste en el cart¨ªlago de la rodilla derecha), Beqa al fin se quit¨® un peso de encima hace una semana y disfrut¨® como nunca en una pista. Inmediatamente recibi¨® mil felicitaciones por las redes sociales, por ejemplo de su compatriota Shengelia, con un cari?oso "babulik", que en macedonio significa "abuelito". "Ha sido un aluvi¨®n, le estoy agradecido a todo el mundo, de coraz¨®n, me ha hecho mucha ilusi¨®n, es una satisfacci¨®n tener tantas felicitaciones", aprovecha el jugador georgiano, que siempre idolatr¨® a Nocioni por la garra: "Su estilo me encanta, tiene mucho car¨¢cter y talento y hac¨ªa todo lo permitido sobre la pista; era duro, me fijo en sus partidos y fue un honor jugar contra ¨¦l".
Burjanadze ha sufrido tanto hasta llegar aqu¨ª que lleva tatuado en el alma un lema: "Los fuertes nunca se rinden". Su vida no ha sido f¨¢cil. De ni?o ten¨ªa sobrepeso, le costaba mucho esprintar y no pod¨ªa seguir el ritmo de sus compa?eros. "No apoyaba bien al correr -describe-. Las condiciones para entrenar tampoco eran buenas. Te ca¨ªas y te clavabas las astillas de la madera y en el tablero hab¨ªa agujeros de bala por la guerra en mi pa¨ªs". Las ventanas del pabell¨®n estaban rotas y hasta se colaban los ¨¢rboles; en invierno se congelaban. A los ocho a?os, se rompi¨® un hueso del tal¨®n jugando, primero en el pie derecho y luego el izquierdo, y ah¨ª empez¨® el v¨ªa crucis. Los m¨¦dicos de Georgia le avisaron que posiblemente no volver¨ªa a andar con normalidad. Pero ¨¦l no deca¨ªa. Dorm¨ªa con un bal¨®n, pensaba que encestaba en una canasta imaginaria¡ "mis amigos ven¨ªan a casa y jug¨¢bamos, as¨ª que no me importaba nada". No era un mal estudiante y consigui¨® unas muletas para no perderse clases.
Finalmente tuvo que viajar con su madre a Alemania en busca de curaci¨®n. Una apuesta a todo o nada. "Mis padres vendieron el coche, la casa, los muebles¡ cosas para poder pagar el viaje, la estancia y la operaci¨®n". Hubo que pedir dinero a la familia y a amigos. El tratamiento era car¨ªsimo. A resultas de aquel esfuerzo, tuvieron que vivir en tres o cuatro casas cada a?o en Tiflis, siempre de alquiler. Todo ello para nada, ya que no acab¨® caminando. "Un d¨ªa una compa?era de trabajo le dijo a mi madre (en la televisi¨®n nacional) que le hab¨ªan hablado de un anciano en un pueblo que trataba huesos rotos". Se encendi¨® la llama de la esperanza.
As¨ª que comenz¨® otra peregrinaci¨®n. En un minib¨²s desde Tiflis hasta el pueblo del milagrero. Pero la carretera no llegaba hasta la casa del anciano, "y ten¨ªamos que hacer el ¨²ltimo tramo andando por un camino de piedras y barro". Como el cr¨ªo no pod¨ªa andar, su madre le sub¨ªa a su espalda o en brazos para trasladarlo. En alguna ocasi¨®n pasaba alg¨²n coche y se ofrec¨ªa a llevarles. A¨²n se emociona por gestos de este tipo. El curandero se llamaba Shota Kratsashvili y acogi¨® al ni?o y su madre con enorme hospitalidad. "Me dijo: 'Hijo, nunca he tenido un caso as¨ª, pero creo que puedo salvarte". Se encendi¨® una nueva llama de la ilusi¨®n en los Burjanadze. Le aplic¨® una crema y un vendaje y en quince d¨ªas ya pod¨ªa apoyar el pie. Pas¨® consulta cada cinco d¨ªas. "?En menos de un mes estaba jugando de nuevo a baloncesto! Esa crema me salv¨® la vida. Mi familia siempre ha sido religiosa, pero yo desde entonces creo en milagros", prosigue. Nunca perdi¨® el contacto con Shota. La crema milagrosa sigue curando a la gente.
Pero una punzada tan penetrante o m¨¢s le lleg¨® con 14 a?os: falleci¨® su padre. Cuatro a?os m¨¢s tarde tuvo un grave accidente y su vida se fue apagando. La vida le neg¨® al peque?o Beqa una infancia normal. "Tuve que responsabilizarme, pensar como un hombre a partir de entonces, ayudar a mi madre, que es una hero¨ªna por todo lo que hizo". El chico era duro como una piedra, jam¨¢s se rend¨ªa; "ella me ense?¨® que merece la pena luchar, aprend¨ª todo de la vida por ella, lo m¨¢s importante en la vida es no sentirse derrotado, cuando te caes tienes que levantarte y as¨ª jam¨¢s vences a una persona".
Con 15 a?os, nuevo giro. Acudi¨® al Europeo B con Georgia y despert¨® el inter¨¦s de los ojeadores del Baloncesto Sevilla. As¨ª que dej¨® su pa¨ªs y se vino a Espa?a. Adi¨®s a su madre para irse a una aventura a cinco mil kil¨®metros. Recibi¨® una buena oferta de un club muy h¨¢bil con la detecci¨®n de talentos. ?Un georgiano a la sombra de la Giralda! Recibi¨® clases de castellano, como el resto de canteranos. "Hice muy buenos amigos, tengo recuerdos incre¨ªbles de aquellos a?os y esa gente", explica. Coincidi¨® con Willy Hernang¨®mez y Porzingis: "?ramos y seguimos siendo amigos, tiene m¨¦rito hasta donde han llegado, por su constancia, y me alegro, les deseo suerte, a¨²n pueden romper ese techo".
Pero llegaron los nuevos due?os americanos a desbarajustar el Baloncesto Sevilla y no contaron con ¨¦l, as¨ª que se march¨® camino de la LEB Oro, hacia A Coru?a. Le permiti¨® remontar, ir a Andorra y seguir en la ACB gracias al Gipuzkoa. En su carrera tambi¨¦n se ha encontrado con una eminencia como Zaza Pachulia, su primo hermano, ex Warrior y actualmente en los Pistons. "Aprendo de ¨¦l ¡ªsubraya¡ª, cuando jug¨¢bamos en la selecci¨®n, aquel d¨ªa a d¨ªa era un m¨¢ster para m¨ª, es un jugador muy listo, sabe pasar muy bien y te da detalles que te hacen mejorar".
El ni?o que regate¨® a la desgracia no para de so?ar. "Quiero llegar lo m¨¢s lejos posible, como todos los deportistas, mi objetivo es alcanzar lo m¨¢s grande y ser el mejor jugador que pueda sin dejar de luchar, y trabajar sea donde sea, en la Euroliga, la NBA o algo menor¡ solo quiero que cuando mire atr¨¢s vea que me he dejado el alma en mi trabajo, as¨ª estar¨¦ satisfecho. La misi¨®n ahora es ganar y ganar con el GBC para salvar la categor¨ªa". ?Qui¨¦n se atreve a llevar la contraria al h¨¦roe que mir¨® a los ojos al miedo y venci¨®? "Los fuertes nunca se rinden". Lo de fuerte se le queda diminuto.