John Wall, ?un problema de 170 millones para los Wizards?
Los problemas con las lesiones y su gigantesca extensi¨®n firmada en 2017 convierten el contrato el base en el eje del futuro de la franquicia.
Los Wizards est¨¢n 14-23, a tres partidos y medio del barat¨ªsimo octavo puesto de la Conferencia Este. Ni en su peor escenario pod¨ªan esperar algo semejante en la capital. Pero es que la realidad ha devorado hasta ese supuesto casus horribilis: est¨¢n jugando sin cuatro titulares, Markieff Morris, Dwight Howard, Otto Porter y un John Wall que cerr¨® su temporada con el anuncio de que pasar¨ªa por el quir¨®fano para tratarse de una enfermedad de Haglund en el tal¨®n (unos siete u ocho meses de recuperaci¨®n) que ha afectado adem¨¢s a un problema cr¨®nico que arrastra en el tend¨®n de Aquiles. Un desastre para Wall, que solo ha jugado finalmente 32 partidos despu¨¦s de quedarse en 41 la temporada pasada por una lesi¨®n de rodilla: en total, 73 en las dos ¨²ltimas campa?as. Menos del 50%.
Los problemas de qu¨ªmica en el vestuario no han desaparecido, m¨¢s bien todo lo contrario. Scott Brooks no parece el principal culpable de todos los males pero tampoco la soluci¨®n para los mayores, y est¨¢ en el tercer a?o de un contrato de cinco y 35 millones. Troy Brown ha sido un n¨²mero 15 del draft al que hasta ahora le ha costado horrores entrar en la rotaci¨®n y el equipo ha dado en demasiados partidos una imagen horrible, m¨¢s cercana al fin de ciclo que a la redenci¨®n de un proyecto que pareci¨® elevarse definitivamente hace dos temporadas pero que ha abortado cualquier amago de despegue.
Entonces (2016-17) los Wizards ganaron 49 partidos y llevaron a los Celtics a siete partidos en la segunda ronda del Este. John Wall hab¨ªa jugado al mejor nivel de su carrera: 23,1 puntos, 10,7 asistencias y 4,2 rebotes por partido, hab¨ªa ense?ado una clara intenci¨®n de asumir un liderazgo positivo y hab¨ªa entrado en el Tercer Quinteto de la temporada en el a?o del cuarto de sus cinco All Star consecutivos (2014-18). As¨ª que los Wizards, al alza y con el talento para, a priori, apuntar alto en el Este, le dieron al base de Kentucky (n¨²mero 1 del draft en 2010) en aquel verano de 2017 una extensi¨®n de 170 millones por cuatro temporadas, que segu¨ªa a la ampliaci¨®n del acuerdo rookie que hab¨ªa asegurado en el verano de 2013 por, como designated player, 80 millones por 5 a?os.
En esencia, Wall tiene 28 a?os y cobrar¨¢ las cuatro pr¨®ximas temporadas (en la ¨²ltima tendr¨¢ 32 a?os) 38,1, 41,2, 44,2 y 47,3 millones de d¨®lares. Si se analizan sencillamente sus cada vez m¨¢s recurrentes problemas f¨ªsicos, cierta dejadez en una actitud a la defensiva en cuanto van mal las cosas y un alejamiento de aquel jugador que toc¨® techo (por ahora) hace dos temporadas (no hay rastro de lo que fue un miembro del Segundo Quinteto Defensivo en 2015), el contrato de Wall pasa de ser el eje del futuro de la franquicia a amenazar con convertirse en un lastre letal. Para la pr¨®xima temporada, ¨¦l, Beal y Porter tienen 92 millones garantizados, mientras que Mahinmi cobrar¨¢ 16 para cerrar otro contrato desastroso.
Lejos de los playoffs, con la filosof¨ªa de su proyecto en bancarrota y la enfermer¨ªa llena, ?qu¨¦ pueden hacer los Wizards? Hay opiniones para todos los gustos. Los playoffs del Este siguen a tiro porque la Conferencia es muy d¨¦bil a partir del sexto puesto. Hay una corriente que cree que los Wizards juegan mejor sin Wall, pero ese voluntarismo encalla con la realidad: la temporada pasada firmaron un 20-21 en los 41 partidos sin ¨¦l y fueron 5,7 puntos mejores por cada 100 posesiones en los minutos que jug¨®. Traspasar a Wall con ese contrato y tantas dudas sobre su futuro parece imposible, Bradley Beal es una estrella a la que solo se puede decir adi¨®s por un lote de primera magnitud que nadie parece dispuesto a ofrecer y Otto Porter es un secundario excelente... que tiene garantizados m¨¢s de 55 millones las dos pr¨®ximas temporadas (player option la segunda). Mientras, muchos creen que hay que dar margen de crecimiento al rookie Brown y medir qu¨¦ se puede obtener de Thomas Bryant, Sam Dekker y Tomas Satoransky. Y, si toca, poner rumbo al pr¨®ximo draft y dejar correr la temporada sin desmontar del todo el proyecto. Algo parecido a los Grizzlies 2017-18. Otros, claro, apuestan por la dinamita que reinicie una franquicia que ahora mismo es un estado fallido.
?Y Wall? Cuesta dejar de creer definitivamente en un jugador con tanto talento y todav¨ªa 28 a?os. Pero esa extensi¨®n (con una bonificaci¨®n de un 15% para ¨¦l en caso de traspaso) de m¨¢s de 170 millones que todav¨ªa ni ha arrancando hunde su valor de mercado y pone contra las cuerdas a los Wizards... salvo que el base regrese a su mejor nivel la pr¨®xima temporada, fresco en lo f¨ªsico y con una actitud que le vuelva a acercar al l¨ªder que quiso ser y no tanto a una especie de clon extra?o del ¨²ltimo Carmelo Anthony: m¨¢s pendiente de parecer inmune a las cr¨ªticas que de situar el momento y el lugar de su carrera. No hace ni dos a?os desde que asom¨® lo que parec¨ªa la madurez definitiva de John Wall. Desde entonces, todo ha ido mal, para ¨¦l y para los Wizards. A la franquicia le esperan decisiones que marcar¨¢n su presente y, sobre todo, su futuro. Necesita acertar con ellas... e incluso si lo hace, tener tambi¨¦n un poco de suerte. Eso tambi¨¦n le ha faltado: casus horribilis.