La NBA volvi¨® a Seattle y Durant se puso la camiseta de Kemp

Las 17.074 localidades del KeyArena de Seattle se vendieron en poco m¨¢s de cuatro horas. En primera fila se sentaron Bill Russell, Lenny Wilkens y Gary Payton y por all¨ª estaba tambi¨¦n Sue Bird, leyenda de las Storm. Y el esp¨ªritu de Jack Sikma, Spencer Haywood, Shawn Kemp, Gus Williams, Nate McMillan, Fred Brown, Ray Allen... el esp¨ªritu de los Supersonics, el primer equipo de Seattle (1967), el que fue campe¨®n en 1979 y al que todav¨ªa se espera como a un hijo pr¨®digo que est¨¢ tardando mucho en regresar a una ciudad que desde el 13 de abril de 2008 ha estado en el porche, con la puerta abierta y la mirada perdida en el infinito. Como si los Sonics fueran a aparecer, de vuelta, primero una imagen borrosa y finalmente, otra vez, una realidad.

Aquel d¨ªa de abril de hace ya m¨¢s de diez a?os los Sonics jugaron su ¨²ltimo partido oficial (99-95 a los Mavericks). La ¨²ltima canasta en juego la anot¨® Kevin Durant, que tambi¨¦n hab¨ªa jugado en la ¨²ltima visita de los Warriors a la ciudad (2 de diciembre de 2017) hasta este amistoso, el m¨¢s especial del verano sin ninguna duda, en el que KD sali¨® a la presentaci¨®n con la camiseta de Shawn Kemp y entre una ovaci¨®n maravillosa, Steve Kerr se puso otra de los Sonics para su rueda de prensa y la ciudad demostr¨® que, a pesar de diez a?os de incomprensible ausencia, es una ciudad NBA. El KeyArena entra ahora, con 56 a?os, en una reforma de 700 millones de d¨®lares que tiene la vista puesta en la NHL (deber¨ªa tener franquicia en diciembre)... y en los Supersonics. La expansi¨®n no es ahora mismo una opci¨®n cercana. La recolocaci¨®n de otra franquicia aparece como una posibilidad como m¨ªnimo difuminada... pero la sensaci¨®n es que Seattle tarde o temprano recuperar¨¢ a los Supersonics. Es una cuesti¨®n de memoria. De justicia. Y, para los menos rom¨¢nticos, tambi¨¦n de mercado.

Los Sonics dejaron paso a los Thunder, que se llevaron el equipo pero dejaron (despu¨¦s de una negociaci¨®n con Seattle, eso s¨ª) los colores y el nombre de la hist¨®rica franquicia que quedaba en suspenso. Entonces, 2008, Kevin Durant viajaba como Rookie del A?o tras su ¨²nica temporada con la camiseta los Sonics. En una iron¨ªa delicada, hoy el alero es el enemigo p¨²blico n¨²mero uno en Oklahoma City pero sigue siendo, su silueta suspendida en el tiempo con la camiseta verdad, blanca y amarilla de los Sonics, un ¨ªdolo en Seattle. El ¨²ltimo referente, el gran nexo que sigue uniendo a la ciudad con la NBA.

As¨ª que Seattle se permiti¨® una noche de felicidad, recuerdos y sonidos de baloncesto. Y lanz¨®, que tambi¨¦n cuenta (y m¨¢s en estos tiempos), un contundente a quienes tienen que mantener en su agenda una reparaci¨®n que suceder¨¢: solo hay que saber cu¨¢ndo y esperamos que m¨¢s pronto que tarde. Ya ha pasado m¨¢ de una d¨¦cada de uno de esos pecados de la mercadot¨¦cnica y las l¨®gicas legales y empresariales del deporte estadounidense, que tiene unas virtudes enormes pero tambi¨¦n lugares muy oscuros.

Se jug¨® un partido, tambi¨¦n. Los Kings asistieron pasmados al despliegue del campe¨®n, electrificado por una intensidad de Durant sobre la que cabalg¨® un Klay Thompson que anot¨® 25 puntos al descanso contra el equipo al que hizo 37 puntos en un cuarto en 2015. El escolta llevaba 19 puntos al final del primer cuarto (39-18) y 25 al descanso (74-44). Termin¨® con 30 en un partido que acab¨® 122-94, en el que hubo ventajas de hasta 41 puntos aunque no jugaron Stephen Curry ni Draymond Green y en el que KD acab¨® en 26 puntos, 6 rebotes y 7 asistencias en 26 minutos en una noche en la que su mirada devolv¨ªa un reflejo reconfortante, no muy habitual en un jugador tan dif¨ªcil de descifrar en los ¨²ltimos a?os.

Los Warriors, lo ha dicho por activa y por pasiva Kerr, est¨¢n teniendo una pretemporada estupenda, mucho mejor que la pasada (y sin viaje a China...). Es probable que, del mismo (y aburrimiento inevitable al margen) veamos tambi¨¦n una versi¨®n mucho mejor de ellos en Regular Season. Malas noticias para todos los dem¨¢s. En los Kings, el invitado en la fiesta de Seattle y KD, lo mejor fueron los 17 puntos y 5 rebotes de Harry Giles. Marvin Bagley, ese n¨²mero 2 del draft con el que todo el mundo parece dispuesto a sacar conclusiones demasiado r¨¢pidas simplemente porque fue elegido antes que Luka Doncic, termin¨® con 8 puntos y 9 rebotes en 22 minutos. Es imposible saber cu¨¢l es su techo y no hay forma de afirmar con certeza que su carrera ser¨¢ realmente peor que la de Doncic. Pero es un buen jugador de baloncesto que tiene 19 a?os y merece tanta paciencia como cualquier otro rookie. Incluido aquel Durant de la temporada 2007-08, en Seattle. Un a?o que sigue en el coraz¨®n del MVP de las ¨²ltimas dos Finales y, desde luego, en el de una ciudad que volver¨¢ a ser NBA seguramente porque, en realidad, nunca ha dejado de serlo.