FINAL | REAL MADRID 85 - FENERBAH?E 80
El Real Madrid gana la D¨¦cima
Los blancos conquistaron la Euroliga tras tumbar al Fenerbah?e de Obradovic en un dur¨ªsimo partido. Memorable tercer cuarto. Causeur estuvo soberbio y Thompkins y Tavares, decisivos. Doncic, MVP de la Final Four.
Hubo un tiempo en que el Madrid dej¨® de contar. Ni sumaba Copas de Europa ni ten¨ªa ascendencia. Conservaba la dignidad pret¨¦rita, pero hab¨ªa perdido mucho de casi todo lo dem¨¢s. Un tiempo en que finales como esta en escenarios como el Belgrado Arena solo estaban a su alcance por televisi¨®n, como le record¨® una vez a la afici¨®n blanca Papaloukas, estrella de otros en el arranque de siglo. Tan cruel como certero. Pesadillas apiladas en el ba¨²l de la memoria que ahora dan m¨¢s valor a la gesta de este equipo, a la era Laso, a los anales del club y de su baloncesto, al Real Madrid: campe¨®n de Europa por d¨¦cima vez en su historia, rey de reyes.
Vencedor del pulso de leyenda ante el maestro Obradovic, que aspiraba tambi¨¦n a la d¨¦cima ante su gente, en el colosal Stark Arena, convertido en un avispero de seguidores turcos del que el Real tambi¨¦n sali¨® vivo. Con picaduras, pero triunfador en un curso en el que ha sido Indiana Jones convaleciente en busca del arca perdida, y ha vuelto con el arca a lomos y restablecido tras perderse la plantilla 250 partidos por lesi¨®n.?Indy?es Luka Doncic, MVP de la Final Four, premio que Causeur le pele¨®. Coraz¨®n, talento y cabeza, que les han permitido derribar el muro Obradovic.
Lo consiguieron en bloque, todos a una, junto a Llull, Rudy y Tavares, con Thompkins y Campazzo muy cerca, con Carroll, Reyes y Ay¨®n. M¨¢s Taylor, Randolph... Unos jugadores que perdurar¨¢n en el imaginario colectivo de una grada que los adora, en la victoria y en la derrota, como en 2016 tras ser barridos por el Fener. Desquite ante el CSKA y revancha frente al anterior campe¨®n. Los mitos del club sienten ahora nostalgia de este Madrid. Pablo Laso, y Juan Carlos S¨¢nchez y Alberto Herreros desde la direcci¨®n, agarraron el tim¨®n y cambiaron el rumbo, Saporta estar¨ªa orgulloso de ellos. Decimocuarto t¨ªtulo en siete a?os tras 20 finales de 28 posibles, segunda Euroliga en cuatro campa?as. La primera conquistada fuera de Espa?a desde 1980.
Rug¨ªa la marabunta
El Madrid tiene m¨²sculo, pero por encima de todo es fino estilista, y necesit¨® aclimataci¨®n a la caldera turca de Belgrado. El Fenerbah?e, que tambi¨¦n va sobrado de arsenal, es m¨¢s fajador. Llev¨® el inicio a su terreno, aisl¨® a Doncic de sus compa?eros (firm¨® los seis primeros puntos) y explot¨® la movilidad de Duverioglu, el cachorro de 25 a?os de Zeljko. Ay¨®n sufr¨ªa ah¨ª (cuatro canastas encajadas). Los locales dieron el primer estir¨®n (6-11), guardaban en el banquillo a Vesely con dos faltas en dos minutos. Rug¨ªa la marabunta; el Madrid ya estaba a tono. Causeur, de tres y de golpe a pista, Llull, Rudy, Taylor y Randolph. Fluy¨® el bal¨®n, buenos tiros, buena punter¨ªa: cuatro triples, solo un fallo. Y fant¨¢stico Rudy en todo el campo: 25-17.
Tiempo muerto de urgencia del Fener, que fren¨® el ritmo, y aparici¨®n estelar de Melli. El italiano que hace volar, finta aqu¨ª, finta all¨¢. Sloukas le tomaba el relevo y Vesely, recuperado a la carrera, trataba de li¨¢rsela a Tavares buscando que le empujara con el bal¨®n parado. Despu¨¦s Wanamaker fing¨ªa una falta de Randolph, era salsa espesa cocinada a fuego lento. Su plan de partido, salpimentado con 23 puntos para el 38-40 y 9 asistencias.
Memorable tercer cuarto
Primera parte al zurr¨®n de la historia tras cruzar guantes y mostrar que los dos equipos valen un potos¨ª. Nadie intu¨ªa ah¨ª la que se avecinaba. Hab¨ªa que ganarse la D¨¦cima, y lo hizo el Madrid con un tercer cuarto memorable. Esta vez el se?or de las Euroligas y su equipazo no pudieron, aunque lo intentaron con el ansia de su afici¨®n. La actuaci¨®n entonces de Causeur fue para la antolog¨ªa de la Copa de Europa. De MVP de la final de la liga alemana hace un a?o a casi MVP de la de la Euroliga, se lo arrebat¨® el elegido, Doncic.
El franc¨¦s le dio a los suyos la fuerza y la seguridad que necesitaban. Cinco puntos para abrir la segunda parte y otros siete poco despu¨¦s. Lanzaba, penetraba, asist¨ªa, forzaba faltas¡ Y en defensa era una delicia, la pesadilla de Sloukas. Ayud¨® Tavares, que empeque?eci¨® a Vesely. Solo a su alcance. Decisivo.
La ventaja blanca se estir¨® como un chicle, trabajazo de Doncic, de Thompkins. Llull se iba al banco eliminado, Carroll fusilaba de tres y ve¨ªamos un +11 (74-63, a 4:20). El Madrid lo ten¨ªa (casi) hecho, su rival perdido. Pero hab¨ªa que jugarlo, y esa mano de cartas la manejaron como nunca Obradovic, Melli y Wanamaker. Tambi¨¦n Dixon. Labor de hormiguita para recortar sumando en todos los ataques, talento excelso. Parec¨ªa que no les dar¨ªa: 81-73 ya a punto de entrar al ¨²ltimo minuto. Pero Carroll marr¨® su segundo tiro libre desde octubre y Causeur los dos siguientes (81-78), el bal¨®n volaba en el rechace, restaban 18 segundos y atraparlo y embocarlo fue todo uno. Misi¨®n de Thompkins. Melli (28 puntos) no se rindi¨®, le someti¨® Causeur poniendo ahora s¨ª el broche desde la personal. ¡°?C¨®mo no te voy a querer, si eres campe¨®n de Europa por d¨¦cima vez!¡±. La afici¨®n alzaba la voz sobre una exquisita hinchada turca. Como el Madrid ante Obradovic. El pulso de leyenda trajo la D¨¦cima. ¡°Luka, qu¨¦date¡±.