Entradas a menos de un euro para ver a Espa?a en Minsk

En Minsk, capital de Bielorrusia, se pueden ver cosas incre¨ªbles. Luce el sol y nieva. La explicaci¨®n que dan los viandantes es sorprendente: ¡°El sol est¨¢ muy lejos, la nieve puede venir de cualquier parte con los vientos¡±. En tan singular plaza, y con unos 12 grados bajo en el exterior, jug¨® la Selecci¨®n espa?ola, afortunadamente bajo techo, en el Sport Palace de Minsk, una construcci¨®n sovi¨¦tica antiqu¨ªsima de los setenta, con una grada vertical que ni el Kop de Anfield y una pared enfrente. Pese a que los deportes que mandan en el pa¨ªs son el hockey hielo y el biathlon (los bielorrusos llevan dos oros y una plata en los Juegos de invierno de PyeongChang), hubo ambiente. El precio de las entradas no lleg¨® al euro, pero eso no significa que sea barato. El sueldo medio en el pa¨ªs, hermano de sangre de Rusia (Blanca Rusia) y con buenas relaciones ahora con Venezuela (a finales de 2017 se ha suscrito una hoja de ruta econ¨®mica), apenas alcanza los 300 euros.

Espa?a no pasar¨¢ m¨¢s de dos noches en Minsk, donde no era un d¨ªa cualquiera. El 23 de febrero es el D¨ªa de los Defensores de la Patria, aunque ahora se celebra algo as¨ª como ¡°el D¨ªa del Hombre¡± y salen a correr con el pecho descubierto. Las mujeres hacen regalos que son correspondidos el 8 de marzo. A algunos no les gusta el cambio. Junto a la plaza de la Victoria ayer se manifestaban nost¨¢lgicos de Lenin¡­y Stalin.

Espa?a, dec¨ªamos, no trajo excesivo material contra el fr¨ªo. Y nada de alimentaci¨®n. Poco que ver con el mes de diciembre de 1998. Hace casi 20 a?os que Espa?a tambi¨¦n jug¨® en la capital de Bielorrusia un partido de Ventanas. Gan¨® 79-93 y formaban parte de aquella Selecci¨®n estos jugadores: Angulo, Ferr¨¢n L¨®pez, Corrales, Rodrigo de la Fuente, Herreros, Para¨ªso, De Miguel, I?aki Romero, Due?as y Alfonso Reyes. El actual presidente de la ABP recordaba en la p¨¢gina web de la FEB el fr¨ªo¡­ y la comida: ¡°Hac¨ªa mucho fr¨ªo, creo que a 25 bajo cero y, como el pa¨ªs no estaba en su mejor momento, nos llevamos de Espa?a jam¨®n y solomillos porque no ten¨ªamos claro que nos pudi¨¦ramos alimentar bien. Eso nos alegr¨® el viaje¡­¡±. En Bielorrusia, que en ese 1998 viv¨ªa una de las peores crisis que se le recuerdan, hay cosas que no cambian. El presidente, Aleksandr Lukashenko, est¨¢ en el cargo desde 1994 (¡°creo que estar¨¢ hasta que se muera, aqu¨ª la gente se cree que no hay otra cosa¡±, se lamentaba una empleada de la Federaci¨®n bielorrusa) y hay quien le acusa de ser reelegido continuamente a trav¨¦s de elecciones fraudulentas y de ser el ¨²ltimo dictador de Europa. La libertad de prensa est¨¢ en cuesti¨®n. Los m¨¢s viejos del lugar cuentan que en aquel viaje las habitaciones del hotel donde se alojaba la Selecci¨®n tuvieron problemas con la calefacci¨®n. Ahora no llegamos a tanto.