50 ANIVERSARIO DE AS | PABLO MART?NEZ
¡°Crec¨ª con las cuatro picas que le dieron en As a mi padre¡±
AS? LO VIVIERON... Los Mart¨ªnez Arroyo son probablemente la saga m¨¢s importante en los 70 a?os de vida del Estu. Juan fue internacional y un base de leyenda en el club (1961-75). Tres de sus hermanos jugaron en el equipo, como luego hicieron sus hijos Pablo y Gonzalo.
La saga de los Mart¨ªnez Arroyo es probablemente la m¨¢s importante en los 70 a?os de vida del Estudiantes. Y Juan Mart¨ªnez (Madrid, 1944), el mejor base de la historia colegial junto a Azofra. Pas¨® 14 temporadas en el club (1961-1975) pese al inter¨¦s del Real Madrid, al que rechaz¨® hasta en tres ocasiones. Se retir¨® en el verano de 1974, cuando llevaba ya cuatro a?os trabajando como ingeniero industrial, pero regres¨® a principios de 1975 urgido por los problemas del equipo y por el deseo del nuevo entrenador, Fernando Berm¨²dez. Al poco de descolgar las zapatillas le toc¨® afrontar un partido crucial en la pista del Barcelona para evitar el descenso. Lider¨® medio lesionado el triunfo estudiantil en el Palau. Era el 8 de marzo de 1975. Su actuaci¨®n llev¨® al cronista de As Vicente Villa a ponerle cuatro picas de valoraci¨®n.
Tres de sus hermanos, Luis, Manuel y Fernando, jugaron en el equipo del Ramiro. Y tambi¨¦n lo hicieron sus hijos, Pablo y Gonzalo Mart¨ªnez. El primero, Pablo (Madrid, 1971), recibi¨® 17 a?os despu¨¦s tambi¨¦n cuatro picas por su actuaci¨®n en uno de los duelos m¨¢s trascendentes de la historia de la entidad. Fue el faro colegial en los minutos finales ante el Maccabi (55-54), en la victoria que les clasific¨® el 19 de marzo de 1992 para la Final Four de Estambul. El cronista, Mart¨ªn Tello.
Padre e hijo valorados con cuatro picas vistiendo la misma camiseta, aunque en distintas ¨¦pocas. Consultados algunos de los periodistas m¨¢s veteranos de esta casa, ninguno recuerda un caso igual. Ni en baloncesto ni en f¨²tbol.
Un partido ¨²nico. ¡°Mis cuatro ases me hicieron much¨ªsima ilusi¨®n¡±, asegura Pablo Mart¨ªnez, que lo explica as¨ª: ¡°Mis padres se compraron una casa en Guadarrama y junto a la chimenea siempre estuvo enmarcada la cr¨®nica del partido en el Palau. De hecho, a¨²n lo est¨¢. Crec¨ª ley¨¦ndola y reley¨¦ndola. Y mis hermanos, y la ve¨ªan mis amigos. A cualquier jugador le gusta que hablen bien de ¨¦l, pero yo sab¨ªa exactamente lo que pod¨ªan marcar cuatro picas. Y por eso me impact¨® tanto que Tello me valorara dos d¨¦cadas despu¨¦s tambi¨¦n con cuatro. Fue muy especial. Anot¨¦ solo 8 puntos, pero cinco de los seis ¨²ltimos del equipo en un final angustioso. El periodista intuy¨® que aquel partido iba a ser ¨²nico, y de momento lo es porque no se ha repetido¡±.
¡°La salida de As impact¨®¡±, recuerda Juan Mart¨ªnez, que en diciembre de 1967 ten¨ªa 23 a?os. ¡°Su competencia con Marca ayud¨® al lanzamiento del deporte y entabl¨¦ una buena relaci¨®n con periodistas como Carlos Jim¨¦nez y Mart¨ªn Tello¡±.
El genial base recuerda aquel partido del Palau en 1975 tras haber pasado meses retirado: ¡°Jugaba al tenis, como ahora al golf, pero andaba fuera de forma. Mi mujer me dec¨ªa que no volviera, que me iban a culpar del descenso. Pero sent¨ªa que le deb¨ªa algo al baloncesto y unas tres semanas despu¨¦s nos presentamos en Barcelona con la obligaci¨®n de vencer para no bajar frente a un rival que se jugaba la Liga. Al poco de empezar not¨¦ un pinchazo en un aductor. Me acerqu¨¦ a Berm¨²dez y le dije que la cosa no iba bien. Me respondi¨®: ¡®Baja el ritmo, pero debes seguir¡¯. Y aguant¨¦ los 40 minutos. Le hab¨ªa dicho a Gonzalo Sagi-Vela en el calentamiento que ve¨ªa a los jugadores del Bar?a algo sobrados. Ganamos, nos salvamos y luego nos metimos en la final de Copa ante el Madrid. No soy de volver mucho al pasado, adem¨¢s, si a m¨ª me pusieron cuatro picas, ?cu¨¢ntas habr¨ªa que darle a Doncic? Es incre¨ªble, me tiene completamente enganchado. Es el mejor base que ha pasado por Espa?a¡±.
A vueltas con las picas, Juan Mart¨ªnez Arroyo recuerda otra an¨¦cdota con ?Miguel ?ngel Estrada, un p¨ªvot de 2,07: ¡°Le dije en un entrenamiento que saltara y me pregunt¨® que cu¨¢ntas picas me hab¨ªan puesto en la ¨²ltima jornada. No lo sab¨ªa, pero me respondi¨® que una y que a ¨¦l le hab¨ªan dado dos. Vamos, que dejara de decirle lo que ten¨ªa que hacer¡±. An¨¦cdotas con un As en las manos.