Magic Johnson e Isiah Thomas se reconcilian entre l¨¢grimas
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Han pasado casi treinta a?os. Que igual no son nada, y qu¨¦ febril la mirada, pero pesan lo suyo en la vida de cualquiera. Incluso en la de mitos como Magic Johnson y Isiah Thomas. Tres d¨¦cadas despu¨¦s de que se rompiera una de las amistades m¨¢s sonadas de la historia de la NBA, la paz lleg¨® para dos de los bases que han definido la historia de esta liga.
Fue con la c¨¢maras de NBA TV presentes. Los directivos de la cadena, propiedad de la misma liga, quisieron que se reencontraran los dos viejos compa?eros, y que se dijeran a la cara cosas que hac¨ªa treinta a?os que escoc¨ªan dentro de cada uno.
El momento no pudo ser m¨¢s emotivo. Las l¨¢grimas afloraron:
Las im¨¢genes hablan por s¨ª solas.
Para entender el contexto hay que viajar a finales de los a?os 80. La NBA, entonces, no era el intercambio de elogios que es hoy. Las rivalidades eran de extrema dureza. En el Este, en concreto, dos equipos destacaban por su despiadado sentido de la competitividad: los Bad Boys de los Detroit Pistons y los Boston Celtics. Ambos se encargaron de amargar, por ejemplo, los primeros a?os de Michael Jordan, al que trataban con una violencia hoy intolerable.
En ese ambiente, Magic Johnson, en la lejana y soleada California, se convirti¨® en un aliado de isiah Thomas, el base y l¨ªder de los Bad Boys. Durante a?os fueron grandes amigos.
Al finalizar aquella d¨¦cada, los Pistons y los Lakers se enfrentaron en sendas Finales y su relaci¨®n empez¨® a deteriorarse. Magic, adem¨¢s, crey¨® que Isiah era quien hab¨ªa extendido el rumor de que era gay y eso le doli¨® much¨ªsimo.
Tanto que boicote¨® la presencia de Thomas en el Dream team de los Jugos Ol¨ªmpicos de Barcelona'92, algo que hizo que dejaran de hablarse de manera definitiva. El jugador de los Pistons guarda aquel episodio como el m¨¢s triste de su carrera. Como los grandes mitos de los 80, quer¨ªa poner la guinda a su periplo con aquel oro. Y, ciertamente, su ausencia se nota, y mucho, en la foto de aquel equipo legendario. Pertenec¨ªa a ¨¦l de pleno derecho.
Ahora, tanto tiempo despu¨¦s, los dos hombres se han perdonado. Y lo han hecho en un v¨ªdeo que, por muy preparado que est¨¦ todo en el espect¨¢culo televisivo, se ve la gran verdad que una vez me dijo una mujer mucho m¨¢s inteligente que yo: "No importa qui¨¦n, ni la circunstancia, cu¨¢nto tengan, cu¨¢n famosos sean. Lo cierto es que todos somos personas todo el rato".