El tirano Kevin Durant destroza los sue?os de los Cavaliers: 3-0

Durante 364 d¨ªas se hab¨ªa estado jugando este partido, en realidad. Un a?o menos un d¨ªa, desde que el pasado junio unas Finales mansas (2-0 y +48) cambiaron la Bah¨ªa por Ohio y desembocaron en un 120-90 que cambi¨® todo. O que comenz¨® a cambiarlo. Despu¨¦s los Warriors ganaron otro partido, Green fue sancionado, llegaron las lesiones¡­ Pero Steve Kerr llevaba 72 horas advirtiendo, enviando mensajes, poniendo el foco en las mil vidas del campe¨®n, que saldr¨ªan todas al cubil de The Q para que por fin supi¨¦ramos cu¨¢nta Final 2017 ¨ªbamos a tener. Un a?o menos un d¨ªa despu¨¦s, los Warriors se han sacado de verdad de encima un mill¨®n de demonios: este era el partido. Desde el inicio de junio y casi, porque la colisi¨®n estaba garantizada, desde que comenz¨® la temporada. Nada hay de casual en que los Warriors 2016 perdieran el tercer partido en las cuatro rondas y en 2017 hayan ganado los cuatro. Es 15-0, el primer equipo de la historia que lo consigue en playoffs (NHL y MLB incluidas) y es ya jaque al campe¨®n. Jaque ?mate? al rey LeBron. Y a tiro, de regalo, la posibilidad de firmar los primeros playoffs inmaculados de la historia.

Ser¨¢ ma?ana, solo 48 horas despu¨¦s de una batalla lacerante, que pareci¨® eternizarse en una segunda parte en la que los minutos ca¨ªan como horas. En el mejor sentido y entre nubarrones de dolor y heroica. Quiz¨¢ al campe¨®n le quede el suficiente orgullo, veremos si la suficiente gasolina, y tal vez los Warriors jueguen con su descomunal ventaja (un 3-0 que jam¨¢s se ha remontado) en el subconsciente. No parece probable: el a?o pasado aprendieron a palos que cuanto m¨¢s se alarga una serie, m¨¢s cosas malas pueden pasar. Tampoco parece probable, al menos todav¨ªa en caliente, que los Cavaliers recojan sus pedazos, recuperen el aliento, se venden las heridas, cicatricen el esp¨ªritu y compitan (repito, en 48 horas) como compitieron en este tercer partido. Uno que ten¨ªan que haber ganado, en el que hicieron todo lo que ahora mismo pueden hacer para ganar a un rival mejor. Todo. Y lo ten¨ªan: 102-95 avanzado el ¨²ltimo cuarto, 113-107 a tres minutos del final. En ese terreno del intercambio de golpes en el que LeBron James y Kyrie Irving habr¨ªan firmado terminar. Pero LeBron jug¨® m¨¢s de 46 minutos y Kyrie m¨¢s de 44. En el ¨²ltimo cuarto, 12 puntos entre los dos con un 4/12 en tiros. Y su equipo 19¡­ por 20 de Stephen Curry y Kevin Durant.

En esos tres minutos finales, un drama sobrecogedor que ya es historia de las Finales, los Warriors firmaron un 0-11 definitivo y sin fallo (3/3 en tiros de campo, 4/4 desde la l¨ªnea de personal). Los Cavaliers erraron ocho lanzamientos. Todos: JR Smith, Korver, Kyrie y LeBron, que tuvo la ¨²ltima posesi¨®n con 113-116 pero Andre Iguodala le reba?¨® el bal¨®n cuando se levantaba desde la l¨ªnea de tres. Iguodala a LeBron, despu¨¦s del tap¨®n del s¨¦ptimo partido de 2016. Y Kevin Durant, esta vez con siete puntos en esa carnicer¨ªa final (los otros cuatro de un Curry que acab¨® en 26+13+6) incluido un triple frontal tremendo (en el ¨²ltimo minuto y para el 113-114) con LeBron, agotado, sellado por detr¨¢s de la l¨ªnea de tres.

Este era el partido que los Cavaliers ten¨ªan que ganar pero este era el partido que los Warriors quer¨ªan ganar. Una X en su calendario desde noviembre, una cita con sus miedos y finalmente una revelaci¨®n para este monstruo de las mil cabezas que siempre est¨¢ un paso m¨¢s all¨¢ que los Cavs. Hagan lo que hagan. Medien sangre, sudor o l¨¢grimas. U otra primera parte imperial de LeBron (27+4+3, 11/14 en tiros; al final, 39+11+9). O un tercer cuarto majestuoso de Kyrie (16 de sus 38 puntos con uno de esos regueros de canastas imposibles que solo est¨¢n a su alcance). O unos cuantos triples de los secundarios (5 de JR, como en el tercero del a?o pasado), o una actitud emocionante de Kevin Love (13 rebotes, 6 robos). O un tercer cuarto en el que ganaron por 11 tras el -24 conjunto de los dos primeros partidos. O un arbitraje permisivo, o demasiadas p¨¦rdidas (otra vez) de los Warriors. O, o, o¡­ O lo que se quiera poner. Menos Tristan Thompson (8 puntos y 11 rebotes¡­ en los tres partidos), que parece definitivamente ausente, esto es, seguramente, todo lo que pueden ofrecer estos Cavs que no pueden defender mejor porque no han defendido bien en todo el a?o. Pero en su pista, con unos Warriors que por fin zozobraron tras el descanso, con 77 de LeBron y Kyrie (nunca dos compa?eros hab¨ªan anotado tanto en unas Finales y hab¨ªan perdido) y con ese +6 a falta de menos de tres minutos, tendr¨ªa que haber bastado. Era el partido que esperaban los Cavs, un golpe en la tapa del ata¨²d, la llamada a filas de la resistencia. Todav¨ªa estamos aqu¨ª.

Pero los Cavs perdieron. Desolados, at¨®nitos, con las piernas agotadas y en una confusi¨®n incr¨¦dula. Su rival en estas Finales es una tortura, una bestia imposible, un reto para la cordura: un equipo extraordinario, hambriento, hermoso pero col¨¦rico. Un s¨²per villano perfecto, una m¨¢quina hecha de kryptonita y adamantium. Fuego y hielo, libros de poes¨ªa en las estanter¨ªas y golpes sucios en los callejones. Estos Warriors no jugaron su mejor partido pero s¨ª jugaron, seguramente, su partido definitivo. Al menos de esta temporada, al menos en la caza obsesiva que emprendieron en noviembre. Ante s¨ª mismos, ante el mundo NBA¡­ y ante un rival,su n¨¦mesis, derrumbado con todos los honores. Esta vez s¨ª: as¨ª pierde un campe¨®n.

Los buenos prop¨®sitos de los Cavs en el primer tiempo (sin parar de correr: Lue no iba de farol) se quedaron en nada (31-39) porque los Warriors firmaron un 9/14 en triples, 4 de un Klay Thompson que esta vez no pudo con Kyrie pero que acab¨® con 30 muy decisivos puntos. Si durante toda la primera parte volvi¨® a parecer que los Cavaliers se quedar¨ªan cortos hicieran lo que hicieran, en la segunda realmente los Warriors se enredaron, discreto Durant en el tercer cuarto y desquiciado Draymond Green, que casi se lleva a su equipo por el desag¨¹e pero que se recompuso a tiempo para las ¨²ltimas defensas. En el ¨²ltimo cuarto los Cavs amenazaron con dar un hachazo definitivo pero no pudieron. Falt¨® un tiro, un par de defensas, uno de esos rebotes que fueron de mano en mano, alg¨²n pase extra para encontrar posiciones de tiro que ya no aparec¨ªan. Algo, una gota en un oc¨¦ano, la ¨²ltima, un mil¨ªmetro en la escalada de un ochomil, el ¨²ltimo. Algo: The Q lo sab¨ªa y a los fallos les siguieron murmullos primero y el silencio, finalmente. La carga final de Durant, ese triple frontal majestuoso ante LeBron, fue un mensaje m¨¢s all¨¢ del marcador, un tiro en la sien aunque quedaran un par de posesiones. Durant ten¨ªa que ser la diferencia en noviembre y est¨¢ siendo la diferencia en junio. Los Warriors ganan 3-0 y ma?ana pueden convertirse en el primer campe¨®n perfecto de la NBA. Uno que por fin necesit¨® exprimirse, sufrir, sujetarse con las puntas de los dedos en el barranco y finalmente liberar 364 d¨ªas, un a?o menos un d¨ªa, de obsesi¨®n frustrante. Y lo hizo. ?Jaque mate? Eso parece, desde luego.