Heroico: los Spurs de Pau ganan y acarician la final del Oeste
Lesi¨®n de Kawhi Leonard, pr¨®rroga... y triunfo incre¨ªble para los Spurs ante un Harden desesperado. El sexto partido, ma?ana en Houston.


La memorable no siempre tiene que ser hermoso, mucho menos en el deporte. A veces la historia se escribe entre tramas de nervios, golpes y errores, en una pulsi¨®n de pura supervivencia. A veces los h¨¦roes no se presentan voluntarios sino que lo son porque ha ca¨ªdo el compa?ero que ten¨ªan delante, porque de pronto les llega la bola a las manos. A veces, y esa es la grandeza de los playoffs, dos equipos acaban desnudos uno frente a otro, intercambiando golpes err¨¢ticos como boxeadores sonados, con la certeza de que ganar¨¢, sencillamente, el que quede en pie cuando todo lo dem¨¢s se haya desplomado. Aunque sea con el ¨²ltimo hilo de vida. As¨ª ganaron los Spurs (110-107) a los Rockets, as¨ª pusieron el 3-2 y as¨ª nos dieron una noche de drama y puro cl¨ªmax de playoffs. Una de esas ceremonias de plomo y sangre que siempre se agradecen, m¨¢s ahora que los paseos en carroza de Warriors y Cavaliers acaparan el debate NBA.
Spurs y Rockets: la batalla de Texas, el derbi de la Interstate 10 y dos equipos que casi siempre est¨¢n en playoffs (los Spurs siempre, de hecho)¡ pero que no se enfrentaban en las eliminatorias desde 1995, cuando resonaban de lado a lado de esa carretera I-10 los palos de David Robinson a un Hakeem Olajuwon que aun as¨ª promedi¨® 35 puntos y 12 rebotes y puso a los suyos en las Finales, rumbo a su segundo anillo consecutivo. Aquella serie fue la ¨²ltima entre estos enemigos ¨ªntimos hasta hoy, tambi¨¦n la ¨²ltima que los Rockets han ganado desde un 2-2, un resultado que desde luego parece m¨¢s maldito despu¨¦s de esta derrota en la pr¨®rroga y en un partido que los de D¡¯Antoni ten¨ªan que haber ganado a partir de casi cualquier medidor. Contra un equipo que jugaba en casa y que acab¨® la Regular Season con 61 victorias, s¨ª, pero que pareci¨® siempre la presa hasta que se sac¨® un triunfo heroico, ¨¦pico, horriblemente hermoso y de un valor incalculable: con 2-2, el ganador del quinto se lleva las series a siete partidos en el 83% de los casos (162-34). Ma?ana, noche del jueves al viernes (02:00 hora espa?ola), sexto en Houston. Si ganan los Spurs, el domingo estar¨¢n jugando contra los Warriors. Si pierden, ese d¨ªa habr¨¢ s¨¦ptimo y el martes arrancar¨ªa la final del Oeste en el Oracle, donde espera una bestia de mil cabezas que parece, en cuanto se toma un poco de perspectiva, el otro claro ganador (quiz¨¢ el mayor) de esta abrasadora batalla texana.
Porque despu¨¦s de Tony Parker e Hilario Nene, cay¨® Kawhi Leonard, que ya jugaba con problemas de rodilla cuando se torci¨® el tobillo en el tercer cuarto. Lo intent¨® un par de veces, pero vio el final del partido y la pr¨®rroga en el banquillo, inm¨®vil. Sin ¨¦l y sin Parker, casi contra la l¨®gica y sin apenas puntos, los Spurs se aferraron a la vida tras un gran primer tiempo (58-60) y a trav¨¦s de un segundo deforme (24-22 entre el ¨²ltimo cuarto y la pr¨®rroga), con siete jugadores de los dos equipos por encima de los 40 minutos, las rotaciones reducidas a la nada y los sistemas hechos papilla. Al final gan¨® el que tiene m¨¢s vidas, o sencillamente el que ten¨ªa m¨¢s ganas de vivir cuando parec¨ªa que todo depend¨ªa de que entrara una simple canasta. El que supo adaptarse a cada contratiempo y pelear tras cada fallo como si hubiera vuelto a amanecer. Los Rockets, mucho m¨¢s est¨¦ticos cuando fluyen, se quedaron sin plan b cuando hab¨ªa que correr entre trincheras: 11/33 en triples los locales, 16/48 unos visitantes incapaces de anotar sus tiros liberados despu¨¦s del descanso, cuando los Spurs boqueaban (63-72, 67-75¡) y se jugaba a su ritmo. Entonces no supieron ganar el partido. Despu¨¦s lo perdieron.
Y lo perdieron porque fueron m¨¢s generosos en el intercambio de regalos: fallaron m¨¢s, fallaron peor. Los Spurs vivieron del rebote ofensivo y de ara?ar puntos con una sucesi¨®n de apariciones casi marianas: Aldridge, Mills y finalmente Green (siete puntos en el ¨²ltimo minuto de la pr¨®rroga) y un Gin¨®bili que fue rejuveneciendo a medida que se la acumulaban problemas a su equipo: casi 32 minutos en pista, 12 puntos, 7 rebotes, 5 asistencias, la ¨²ltima canasta antes de la pr¨®rroga (a 34 segundos y antes de una falta en ataque de Harden y un triple fuera de tiempo de Mills) y el tap¨®n que sell¨® el triunfo, recuperando desde atr¨¢s cuando Harden trataba de forzar otro tiempo extra. Manudona.
Popovich se aferr¨® a sus armas con la fe de quien no tiene otras. Sac¨® a Murray del quinteto y de la rotaci¨®n y meti¨® de titular a Mills. Sacrific¨® a Pau Gasol (jug¨® 20 minutos) en cuanto su equipo dej¨® de sacar partido a las dos torres contra los quintetos min¨²sculos de los Rockets y lanz¨® sobre Harden, cuando no ten¨ªa nada m¨¢s que lanzar, a Jonathon Simmons, que forz¨® cuatro p¨¦rdidas decisivas del aspirante a MVP, incluido un robo esencial con 101-104 y 90 segundos por jugar.
Harden, historia conocida esta temporada, se limit¨® a amasar posesiones cuando hubo que jugar en el alambre. Ah¨ª el estilo h¨ªper m¨®vil y vol¨¢til de los Rockets se estanca y todo queda en manos de un solo jugador, excelente pero finalmente agotado: tras un primer tiempo magistral (23+8+5 con un 8/13 en tiros), Harden se congel¨® primero y se dispar¨® en el pie despu¨¦s. Tantas veces como necesitaron los Spurs. Termin¨® en 33+10+10 pero 9 p¨¦rdidas, tres en una pr¨®rroga en la que se enfad¨® con los ¨¢rbitros y con sus compa?eros (puede que en ambos casos con raz¨®n) y no dio una a derechas, incapaz de leer las obvias zonas d¨¦biles de la defensa de los Spurs. Problemas de comunicaci¨®n y problemas de punter¨ªa: 5/7 en triples para Beverley pero 4/17 entre Gordon, Williams y Anderson. La mayor¨ªa, tiros que normalmente meten. Que desde luego tendr¨ªan que haber metido con m¨¢s de media temporada en el alambre.
Los fallos fueron limando la confianza de unos Rockets inestables en cuanto se salen de su hoja de ruta esencial. Como su sensaci¨®n de superioridad no se acomodaba al marcador llegaron los nervios y la angustia. Y ah¨ª se consumieron ante un rival con un mill¨®n de vidas¡ al menos esta noche. La eliminatoria, y desde luego la suerte de los Spurs en estos playoffs, depende ahora del alcance de la lesi¨®n de Kawhi. Pero al menos esta batalla de la I-10 se qued¨® en San Antonio. Supervivencia, ¨¦pica, resistencia, fe y energ¨ªa m¨¢s all¨¢ de las fuerzas. La definici¨®n del partido y, no es casualidad, tambi¨¦n la definici¨®n de la actuaci¨®n de Manu Gin¨®bili. No hay nada como asistir al final de un jugador hist¨®rico para entender que, en realidad, ya es eterno.