Adi¨®s a Jerry Krause, el padre de los Bulls de Michael Jordan

Ayer, a los 77 a?os y despu¨¦s de una larga convalecencia, falleci¨® Jerry Krause, uno de los grandes gestores de la historia del deporte estadounidense. Uno que comenz¨® trabajando para Chicago Cubs en 1961 como chico de los recados a raz¨®n de 65 d¨®lares semanales y acab¨® construyendo la dinast¨ªa de los Bulls de los seis anillos, los dos threepeat, el 72-10. Phil Jackson, Scottie Pippen y, claro, Michael Jordan.

Forjado en una familia de clase trabajadora en la zona de Albany, siempre presumi¨® de or¨ªgenes, de pelear con la prensa hasta donde le era posible y, por encima de todo, de ser un ojeador de primera. Su olfato para descubrir el talento y parchear las necesidades de sus equipos le otorg¨® un instinto ¨²nico, uno que ya hab¨ªa fogueado en la MLB con los White Sox y en la NBA antes de hacerse cargo de los Bulls como general manager. Reconocido por draftear a Earl Monroe para Baltimore Bullets (1967) tambi¨¦n trabaj¨® como scout para Suns, Sixers, Lakers y, finalmente, Chicago Bulls, donde el propietaior Jerry Reinsdorf le dio el cargo de general manager en 1985, un a?o despu¨¦s de que su predecesor Rod Thorn drafteara a Michael Jordan.

Krause no fue el que eligi¨® a Jordan pero s¨ª el que lo rode¨® de talento ganador, a veces contra la propia voluntad del ahora considerado por casi todos como el mejor jugador de siempre. Por los contactos que hab¨ªa hecho en Albany, contrat¨® a Phil Jackson como ayudante de Doug Collins en 1987 (dos a?os despu¨¦s se convirti¨® en head coach). ?l apost¨® por un entrenador relegado a la CBA y a Puerto Rico porque, en gran parte, a los due?os de las franquicias les ol¨ªa mal su eterna proximidad a la contracultura estadounidense. Bajo su mando se uni¨® al proyecto Tex Winter, el padre del tri¨¢ngulo ofensivo que transform¨® la carrera de Jackson, que por entonces todav¨ªa no era el Maestro Zen, para siempre.

En el draft de 1987, Krause eligi¨® a Horace Grant con el n¨²mero 10 y, en una de las mejores operaciones de siempre, le cambi¨® su n¨²mero 8 (Olden Polynice) a los Sonics por el 5: un tal Scottie Pippen. La base de los tres primeros anillos estaba sentada pero Krause tens¨® m¨¢s la cuerda cuando percibi¨® que necesitaba un p¨ªvot puro. As¨ª que en junio de 1988 env¨ªo a Charles Oakley a los Bulls a cambio de Bill Cartwright. Oakley era por entonces el mejor amigo en el vestuario de un Jordan que recibi¨® la noticia en Las Vegas, viendo pelear a Mike Tyson¡­ con Oakley sentado a su lado.

Solo a?os despu¨¦s reconoci¨® Jordan el m¨¦rito en esa operaci¨®n de un Krause que naveg¨® entre la primera retirada y el regreso del 23 de la reconstrucci¨®n a la vuelta a la competici¨®n. En 1990 drafte¨® a Tony Kukoc, al que dej¨® madurar en Europa en una operaci¨®n (el euro stash) ahora tan generalizada. Jordan y Pippen, recelosos, jugaron en Barcelona 92 contra Croacia con ganas de darle a Kukoc en el hocico¡­ y, otra vez, tuvieron que reconocer despu¨¦s el buen ojo de Krause, que se hizo con Rodman para rematar el bloque del segundo threepeat y que acab¨® enfrentado a Phil Jackson, al que lleg¨® a asegurar que saldr¨ªa de los Bulls ¡°aunque e equipo terminara la temporada 82-0¡±.

En 2003, despu¨¦s de ser dos veces Ejecutivo del A?o, se fue de los Bulls y volvi¨® a trabajar en la MLB. El ¨²ltimo equipo para el que trabaj¨® fue Arizona Diamondbacks. Para muchos, quedar¨¢ siempre la pena de que Jerry Krause no haya podido disfrutar en vida de la condici¨®n de Hall of Fame que sin duda llegar¨¢ para un personaje ¨²nico de cara a entender la ingenier¨ªa de despachos del deporte estadounidense y, sobre todo, central en la narrativa de uno de los grandes equipos de la historia (m¨¢s all¨¢ del baloncesto): los Bulls de los seis anillos.