El Hurac¨¢n Hugo dej¨® a Duncan sin nadar en Barcelona 92
Tim Duncan apuntaba a nadador ol¨ªmpico y ten¨ªa su mente puesta en Barcelona 92 cuando el Hurac¨¢n Hugo destroz¨® la piscina de su equipo en Las V¨ªrgenes. El resto es historia...
Tim Duncan (25 de abril de 1976, St. Croix, Islas V¨ªrgenes) jug¨® su primer partido en la NBA el 31 de octubre de 1997: Denver Nuggets 96-San Antonio Spurs 107. Jug¨® 35 minutos, anot¨® 15 puntos y captur¨® 10 rebotes. Desde entonces ha jugado m¨¢s de 47.000 minutos, anotado m¨¢s de 26.000 puntos y cogido 15.091 rebotes. Ha ganado cinco anillos, convertido a los Spurs en una de las grandes franquicias de la historia y acumulado un curr¨ªculum que es en realidad un tomo de la historia del baloncesto: 3 MVP de Finales y 2 de Regular Season, 15 All Star, 10 presencias en el Mejor Quinteto, 8 en el Mejor Quinteto Defensivo. Un mito que es por derecho leg¨ªtimo el mejor ala-p¨ªvot de la historia y uno de los mejores jugadores de siempre m¨¢s all¨¢ de ¨¦pocas y posiciones y, por ello, San Antonio retirar¨¢ este domingo de madrugada su n¨²mero 21. Uno de los diez mejores. A partir de ah¨ª, van en gustos y criterios¡?
Gregg Popovich dijo en su d¨ªa, con su retranca habitual, que se le atribu¨ªan conocimientos casi arcanos cuando en realidad su gran contribuci¨®n a la revoluci¨®n del baloncesto moderno hab¨ªa sido ¡°draftear a Tim Duncan¡±. Fue el 25 de junio de aquel 1997, en Charlotte y con un cantado n¨²mero 1 que le convirti¨® en icono de un curso que no tuvo m¨¢s representaci¨®n All Star que la suya y la de Chauncey Billups y Tracy McGrady. Pero, es una de esas intrahistorias infaltables en el actual ecosistema NBA, nueve a?os antes de aquel draft de 1997 que cambi¨® la historia de la liga, Tim Duncan preparaba el sue?o ol¨ªmpico en las piscinas de las Islas V¨ªrgenes: quer¨ªa ser nadador en los Juegos de Barcelona 1992. Un a?o despu¨¦s, en septiembre de 1989, el Hurac¨¢n Hugo arras¨® St. Croix y de la piscina en la que entrenaba Duncan no qued¨® nada. Lo siguiente, en una cadena de casualidades que ahora parece cosa del destino, fue el baloncesto. Casi todos los mitos parecen nacer con un bal¨®n debajo del brazo. Pero hay unos pocos a los que es el baloncesto el que les va a buscar. Tim Duncan, Timmy, es uno de ellos.
Gen nadador, el hurac¨¢n y la muerte de su madre
Dicen que el jugador de baloncesto suele tener un f¨ªsico que encaja bien con la piscina: altos, de pies y manos enormes y casi siempre ligeros para su altura en sus a?os de juventud. Kiki Vandeweghe amas¨® r¨¦cords juveniles a finales de los 60 y principios de los 70 y Kris Humprhies no s¨®lo naci¨® cuatro meses antes que Michael Phelps (1985) sino que tambi¨¦n nadaba, y cuentan m¨¢s r¨¢pido antes de cumplir los 18 que el due?o de 28 medallas ol¨ªmpicas. A Tim Duncan le acompa?aba la gen¨¦tica y la tradici¨®n familiar: sus hermanas mayores Cheryl y Tricia tambi¨¦n eran altas y extraordinariamente atl¨¦ticas. La segunda nad¨® en los Juegos de Se¨²l 1988. Con 13 a?os y en su reducto de Christiansted en las Islas V¨ªrgenes, Duncan clavaba las marcas de los mejores nadadores de Estados Unidos y a su madre, Ione, se volcaba con su futuro en las piscinas a partir de este mantra: ¡°Good, better, best. Never let it rest. Until your good is better, and your better is best¡± (bueno, mejor, lo mejor. Nunca te tomes un descanso hasta que tu bueno sea mejor y tu mejor sea lo mejor¡±. El joven Duncan, del que algunos expertos dijeron a?os despu¨¦s que podr¨ªa haber sido un ¡°Ian Thorpe con las manos y los pies mucho m¨¢s grandes¡±, apuntaba a Barcelona y a los 50, 100 y 400 metros libres, esta ¨²ltima su gran especialidad.
Entonces lleg¨® la cadena de desgracias, de la universal a la m¨¢s ¨ªntima. En septiembre de 1989 unas tormentas el¨¦ctricas se alejaron de Cabo Verde evolucionando hacia tormenta tropical antes de llegar como el infame Hurac¨¢n Hugo (categor¨ªa 5) a las costas de Puerto Rico, Islas V¨ªrgenes y Carolina del Sur. Su paso dej¨® m¨¢s de 50 muertos y miles de millones de d¨®lares en da?os. En St. Croix, seis fallecidos y un panorama apocal¨ªptico del que se salv¨® la casa de Tim Duncan que su padre, mas¨®n, hab¨ªa construido para que resistiera el envite de las tormentas. No corri¨® la misma suerte la piscina en la que entrenaba y forjaba su sue?o ol¨ªmpico un Duncan que se neg¨® a seguir a sus compa?eros en unas sesiones de trabajo que se trasladaron al mar Caribe: ten¨ªa un miedo cerval a los tiburones. En el mismo tiempo su madre, gran impulsora de su vocaci¨®n nadadora, abri¨® una lucha con el c¨¢ncer de pecho que se cerr¨® con su muerte en primavera de 1990. Duncan no volvi¨® a competir en una piscina.
Su cu?ado y una pachanga con Alonzo Mourning
Devastado y sin lugar donde nadar, Duncan comenz¨® a jugar al baloncesto. En principio como un divertimento que le ayudara a olvidar la muerte de su madre antes de replantearse su vuelta a la nataci¨®n. Justo entonces, m¨¢s casualidades, su hermana Cheryl regres¨® de Ohio con su marido: Ricky Lowery, ex base de poca monta en Capital University. Este le instruy¨® en los rudimentos b¨¢sicos del juego desde su punto de vista de jugador de per¨ªmetro, algo que qued¨® impreso en los excelentes fundamentos del futuro y devastador ala-p¨ªvot, que jug¨® sus primeros partidos a los 14 a?os y con la camiseta del instituto episcopal de St. Dunstan¡¯s.
Como no par¨® ni de jugar ni de crecer, en menos de tres a?os era la sensaci¨®n del Caribe, un secreto cada vez menos secreto entre los ojeadores y reclutadores de la NCAA: ¡°el gigante ex nadador de St. Croix¡±. Le visitaron emisarios de Hartford, Delaware y Providence. Y tambi¨¦n el entrenador de Wake Forest, Dave Odom, que buscaba f¨®rmulas creativas en la caza de talento, harto de que las grandes universidades se quedaran sistem¨¢ticamente con las mayores promesas del pa¨ªs. Despu¨¦s de viajar por Europa y ?frica a la caza de un p¨ªvot que complementara a su pareja Randolph Childress-Rodney Rodgers, se plant¨® en St. Croix por recomendaci¨®n de su ex pupilo Chris King, un trotamundos que pas¨® por M¨¢laga y que fue n¨²mero 45 del draft de 1992, en el que fue 1 Shaquille O¡¯Neal y 2, Alonzo Mourning. King, Mourning y otros compa?eros de camada NBA pasaron por las Islas V¨ªrgenes e improvisaron unas pachangas con jugadores locales. En ellas, un Tim Duncan de 16 a?os se las puso tiesas al mism¨ªsimo Mourning. King, impresionado, dio despu¨¦s la voz de aviso a Dave Odom. Poco despu¨¦s Duncan cerr¨® su ¨²ltimo a?o de instituto con unas medias de 25 puntos, 12 rebotes y 5 tapones.
Lleg¨® a Wake Forest y jug¨® su primer partido oficial en la NCAA contra Alaska, en Anchorage. Jam¨¢s hab¨ªa visto la nieve hasta entonces y jam¨¢s hab¨ªa visto un baloncesto tan complejo y vertiginoso: asustado, ni anot¨®. Antes de acabar esa temporada, ya marchaba a ritmo de doble-doble y su equipo pas¨® el cuchillo por cl¨¢sicos como Duke y North Carolina. En su segundo a?o, ese gigante que aprend¨ªa trucos nuevos cada d¨ªa ya estaba en 16,8 puntos y 12,5 rebotes por partido. En su curso senior (1996-97) y despu¨¦s de ser dos veces Mejor Defensor de la liga, en 20,8, 14,7 rebotes, 3,3 tapones y 3,2 asistencias. El resto -el n¨²mero 1 del draft, los Spurs, Popovich, los anillos- es historia sagrada del baloncesto.