?De orgullosos a arrogantes? Los Celtics est¨¢n adquiriendo los vicios de los nuevos ricos
?Qu¨¦ les pasa a los Boston Celtics? Hasta ahora, no han mostrado indicios de dar el salto de calidad que se les avecinaba. Es m¨¢s, y lo que es a¨²n m¨¢s preocupante, parecen haberlo dado hacia atr¨¢s. ?Por qu¨¦? Vamos a tratar de desarrollar los hechos. A principios de temporada, la gran mayor¨ªa de predicciones y an¨¢lisis les inclu¨ªan como miembros de pleno derecho entre la ¨¦lite del Este. Un equipo llamado, por plantilla, entrenador progresi¨®n de proyecto, a iniciar el asalto de la segunda posici¨®n de su Conferencia esta misma temporada (LeBron y sus Cavs juegan, por el momento, en otra liga). Sin embargo, las dos primeras semanas de competici¨®n arrojan una realidad bien distinta. Tras la sonrojante derrota cosechada esta ¨²ltima madrugada en Washington, los de Brad Stevens lucen un negativo 3-4 de balance. Un r¨¦cord que, aunque sorprendente, podr¨ªa ser tildado de puramente anecd¨®tico teniendo en cuenta la altura de curso en que nos encontramos. Sin embargo, las sensaciones que desprende el equipo sobre la cancha son otras bien distintas. Son de todo menos buenas.
Los actuales Celtics tienen dos principales problemas (la defensa y el rebote) que parten de un mismo punto: la p¨¦rdida de voracidad competitiva.?En tono conciliador, explicaba Danny Ainge, que el equipo se encuentra todav¨ªa inmerso en la b¨²squeda de una identidad propia. Es comprensible que el general manager no tire piedras contra su propio tejado, pero las bajas (luego entraremos a hablar de ellas con m¨¢s detalle) de Al Horford y Jae Crowder ¡ªel canadiense Kelly Olynyk disput¨® ante los Wizards sus primeros minutos del curso 2016-17¡ª no pueden justificar la pobre imagen ofrecida hasta ahora. Est¨¢n m¨¢s cerca de parecer un equipo sin alma de esos que afronta la llegada de abril sin ning¨²n tipo de motivaci¨®n, que el primer roster?'celtic' con opciones reales de llegar lejos en los Playoffs desde el adi¨®s al un¨ªsono de Paul Pierce, Kevin Garnett y Ray Allen. Tras ser zarandeados por los Wizards y barridos del mapa en el primer cuarto (un 34-8 en que supone la peor anotaci¨®n en un periodo completo desde los 7 que sumaron en 1974 ante los Bucks), Isaiah Thomas explicaba muy bien qu¨¦ les est¨¢ sucediendo. ¡°Ya no somos el equipo m¨¢s duro de la Liga. Eso es lo que nos hac¨ªa especiales. ?ramos un buen equipo porque jug¨¢bamos con m¨¢s ganas que el resto, pele¨¢bamos cada bal¨®n¡±, analizaba el base. Eso a pesar de que Thomas est¨¢ promediando los mejores n¨²meros de su carrera en puntos (25,7) y asistencias (7,1).
Se esperaba un cambio de actitud en la capital federal. Y m¨¢s tras la manera en la que perdieron ante los Nuggets la noche del ¨²ltimo domingo?en casa, encajando un muy llamativo 23-42 en el primer periodo. Con 72 horas por delante para preparar el siguiente encuentro, todas las partes se conjuraron y anunciaron una mejora. Pero en el Verizon Center, m¨¢s que una reacci¨®n de orgullo, Boston pec¨® de arrogante. As¨ª que unos Wizards que perdieron por problemas f¨ªsicos a Bradley Beal en la primera parte y vieron c¨®mo John Wall era expulsado por segundo duelo consecutivo, manejaron pl¨¢cidamente toda la contienda (nunca contaron con una ventaja inferior a 15 tantos) hasta anotar 118 puntos. Una cantidad que a?adir a los 123 firmados por los Nuggets y a los 128 de los Cavaliers en Cleveland. Tres derrotas consecutivas en las que en alg¨²n momento llegaron a llevar una m¨ªnima desventaja de 20 puntos (cuando en todo el curso pasado acumularon un total de ocho). En seis de los siete encuentros que han jugado encajaron al menos 100 puntos. De media reciben 112,7 por noche. Lo que es lo mismo que decir que s¨®lo Pacers y Suns encajan m¨¢s en la actual NBA. Y a¨²n peor, si recurrimos al rating defensivo (puntos recibidos por cada 100 posesiones) nos damos de bruces con una realidad a¨²n peor: nadie supera sus 112,3. Un duro mazazo para unos Celtics a los que se le supon¨ªa con una de las mejores (sino la mejor) defensa de todo el campeonato.
Pero estos tres ko¡¯s que encadenan tambi¨¦n ponen de manifiesto sus grandes dificultades a la hora de cerrar el rebote. Incluyendo los de equipo, han cerrado su estad¨ªstica global con un 135-171. Especialmente sangrante resulta la hemorragia en el defensivo. S¨®lo los Warriors conceden m¨¢s segundas oportunidades a sus rivales (12,9 por 12,7). Pero ah¨ª m¨¢s, recurriendo a la estad¨ªstica avanzada, a d¨ªa de hoy son el peor equipo de toda la Liga en el porcentaje de rebotes totales (capturan el 45,3%) y defensivos (70,8%). Un regalo que sus oponentes saben aprovechar: reciben de media 16,6 tantos en segunda jugada, cuando ellos producen 11.
Y claro, esa fragilidad defensiva y a la hora de cerrar el rebote hacen que la producci¨®n en el aro opuesto tambi¨¦n se resienta. Corren menos, baja el ritmo en ataque (han pasado de ser el tercer equipo en PACE ¡ªn¨²mero de posesiones por 48 minutos¡ª en la 2015-16 a no aparecer entre el top-10 en esta) y se consiguen menos puntos f¨¢ciles en contraataques y transiciones: 7 respecto al anterior curso (16,4 a 9,4).
Cuesta asimilar estos datos. M¨¢s teniendo en cuenta que abrieron la campa?a con un 3-1, con victoria en Charlotte incluida (son los ¨²nicos que hasta el momento han tumbado a los Hornets). Precisamente, aquel fue el ¨²ltimo partido que disput¨® Al Horford. Pese a encontrarse bajo el protocolo de conmociones de la NBA y no tener a¨²n fecha fijada para su regreso, el dominicano representa, m¨¢s que nunca, esperanza para su nuevo equipo. En los 88 minutos que ha disputado como verde, el club de Massachusetts luce?a su favor un +10,9. Con Jae Crowder, de baja a¨²n con un esguince en el tobillo izquierdo, esta diferencia es de +7,5. Son, junto a un James Young cuyo rol es muy limitado, los ¨²nicos Celtics que a d¨ªa lucen un diferencial positivo en el +/- con ellos en cancha. Cuando no lo est¨¢n, Boston acumula un -11 sin el alero y un -10,7 sin el center. No es casualidad que formen, en compa?¨ªa de Avery Bradley, el mejor tr¨ªo de defensores del roster.