Curry revienta la historia de la NBA: 13 triples en un partido
El base de los Warriors deja atr¨¢s los 12 triples en un partido, marca que compart¨ªa con Kobe Bryant y Donyell Marshall. Lo hizo en 17 intentos
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Por eso los genios son genios. Porque una noche cualquiera, de hecho una que se les estaba torciendo a los Warriors de forma casi indecorosa, puede quedar fijada en la historia de la NBA y en las retinas de los que no se van a dormir por si acaso gracias a su mano, en este caso la del artista asesino, el genio loco con cara de ni?o, el infierno de apenas 86 kilos: Stephen Curry. De profesi¨®n, mejor tirador de la historia. En esencia un verso suelto, un jugador como no ha habido otro. Literalmente: es una coletilla que se usa con demasiada frecuencia pero que en este caso podr¨ªa ser una definici¨®n del diccionario de la RAE: no ha habido jam¨¢s un jugador como Stephen Curry. Ninguno con sus n¨²meros, ninguno con su est¨¦tica. Ninguno con su estilo: una revoluci¨®n en perpetuo movimiento. El pincel del genio superdotado y el hacha del verdugo sanguinario. Los MVP, los r¨¦cords: la leyenda. Por eso los genios son genios.
Stephen Curry revent¨® a los Pelicans (106-96 final) con 46 puntos¡ y 13 triples. Lo nunca visto en un partido de la NBA. Tres bombas en apenas un minuto cuando se acercaba el final del partido le permitieron dejar atr¨¢s los 12 que hab¨ªa metido ¨¦l mismo (con pr¨®rroga) en aquel extraordinario partido en Oklahoma City del pasado 27 de febrero (el ¨²ltimo, desde 10 metros para ganar). Y los 12 que hab¨ªan anotado tambi¨¦n Kobe Bryant (contra los Sonics el 12 de enero de 2003) y Donyell Marshall (con los Raptors y contra los Sixers, el 13 de marzo de 2005). Curry ha superado ya siete veces los 10 triples en un partido: este de 13, uno de 12, dos de 11, tres de diez. En toda la historia se han metido 11 triples solo once veces: cuatro llevan llevan su firma, el ¨²nico jugador que lo ha logrado m¨¢s de una vez.
Del 2/16 en dos partidos... al 13/17
Resulta casi ir¨®nico que el r¨¦cord de Curry llegara justo despu¨¦s del 0/10 ante los Lakers que puso a cero el contador de otro r¨¦cord: 157 partidos seguidos anotando al menos un triple. En el anterior, ante los Thunder, se qued¨® en 2/6. Era un 2/16 en dos noches¡ y de ah¨ª al 13/17: 6/8 al descanso, 10/13 al final del tercer cuarto y esos tres finales, cuando el partido por fin se romp¨ªa y el Oracle solo estaba pendiente, como tantas y tantas veces, de ¨¦l. Triples imposibles en carrera, triples desde su talism¨¢n lado izquierdo, triples tras bailar a su defensor¡ el repertorio completo y ya 23 partidos en su carrera con al menos 40 puntos, este fue el primero de esta temporada, en la que su tope (no gran cosa¡ para ¨¦l) estaba en cinco triples ante Suns y Blazers. Despu¨¦s de los sobrehumanos 402 que anot¨® la temporada pasada, lleva 32 en siete partidos de esta (ya 4,5 de promedio) y 1.632 en Regular Season. Puesto 18 del ranking hist¨®rico¡ con 28 a?os. Al fondo, el r¨¦cord generacional del reci¨¦n retirado Ray Allen: 2.973.
Curry es el signo de los tiempos, la estela de una NBA en la que ¨¦l es la mutaci¨®n superior de una evoluci¨®n imparable: se necesitaron m¨¢s de 9.000 partidos desde que se cre¨® la l¨ªnea de tres hasta que un equipo sum¨® 13 en un partido. M¨¢s all¨¢ de la marca, extraordinaria, Stephen Curry carg¨® con el peso de un equipo que busca buenas noticias, sensaciones que le acerquen a la felicidad ya que no puede arrimarse todav¨ªa a la invulnerabilidad sobre la que viajaba hace justo un a?o, en ruta hacia aquel 24-0 (r¨¦cord) que condujo al 73-9 (otro r¨¦cord). Extra?os y todav¨ªa en composici¨®n, experimentando ante nuestros ojos esos dolores de crecimiento a los que los m¨¦dicos no suelen dar ninguna importancia (ni los expertos en NBA: no en la primera quincena de noviembre). Partidos como este de su l¨ªder deber¨ªan desperezar a su equipo m¨¢s que ocultar sus actuales y casi parad¨®jicas miserias: 61-40 despu¨¦s de un tramo sensacional de segundo cuarto¡ y 72-73 despu¨¦s de ocho minutos del tercero, en el que el despliegue de los Warriors fue abominable.
Los Pelicans, ahora mismo el peor equipo de la NBA (0-7) con uno de los mejores jugadores de la NBA (Anthony Davis: 33 puntos, 13 rebotes), se encontraron de regreso al partido como quien pasaba por all¨ª. Claro que luego les cay¨® encima, porque cuando es que no es que no, la tormenta hist¨®rica de Stephen Curry. Pero a base de coger rebotes de ataque y atacar constantemente una pintura en la que el rival tiritaba, recuperaron 21 puntos de desventaja con una extra?a facilidad y sin muchas m¨¢s armas que la percusi¨®n constante de Davis, los tiros libres (27 por 12 de los Warriors) y el trabajo a destajo de Moore y Frazier en la defensa de Curry y un Klay Thompson que sigue sin meter triples en un ritmo medianamente cercano al que deber¨ªa (2/7) pero que jug¨® un muy aceptable partido (24 puntos). Kevin Durant pas¨® tramos horrendos pero hizo lo justo en el ¨²ltimo cuarto y acab¨® con 22 puntos: 71 partidos seguidos de Regular Season con al menos 20, la quinta mejor racha de la historia (la primera pertenece a Wilt Chamberlain: 126).
Pero los Warriors no tuvieron continuidad ni peso colectivo, otra vez. Hay flashes individuales pero muy poco rastro de la circulaci¨®n y la profundidad de rotaci¨®n y roles que hac¨ªa tan especial a este equipo. Hay piezas clave (Iguodala al frente) que no est¨¢n a su nivel. Y reci¨¦n llegados que no cumplen por ahora con los m¨ªnimos que se les piden: Zaza Pachulia fue un desastre absoluto (-14 con ¨¦l en pista) para un equipo que empieza a echar tanto de menos la presencia f¨ªsica de Andrew Bogut que est¨¢ intentando convertir por la v¨ªa r¨¢pida a Kevon Looney en Festus Ezeli. As¨ª est¨¢n las cosas tras un partido en el que, al menos, s¨ª estuvo s¨®lido esta vez David West.
Hay cierta sensaci¨®n de laberinto en los Warriors, todav¨ªa m¨¢s cuesti¨®n (suponemos) de adaptaci¨®n y evoluci¨®n que de problemas verdaderamente irresolubles. Klay Thompson meter¨¢ m¨¢s tiros, Iguodala y Livingston responder¨¢n cuando tengan que hacerlo, Dray Green y los brazos de todos ayudar¨¢n a tapar el agujero en el puesto de cinco. Suponemos... o al menos as¨ª deber¨ªa ser. Mientras, el equipo necesita victorias y sensaciones, volver a sentir que ellos son los Warriors. Y para eso nada mejor que ponerse en manos de Stephen Curry y dejar que sucedan milagros: as¨ª fuimos, as¨ª tenemos que volver a ser. Es el mensaje, enviado esta vez en forma de r¨¦cord para la leyenda de la NBA. Por eso los genios son genios.