Wizards: el retorno a la cordura de la mano de Scott Brooks
En Washington comienza una nueva era con un entrenador de crear el ecosistema adecuado para que se entiendan Wall y Beal.

Erase que se era un equipo que aspiraba a ser el segundo en el Este de la NBA. Dado que el Rey estaba muy claro, y que ninguno de los aspirantes aportaba pruebas contundentes de su val¨ªa, ese segundo en el Este era un t¨ªtulo codiciado por, al menos, media docena de plantillas. Y con raz¨®n.
Pero resulta que sus dos grandes estrellas, John Wall y Bradley Beal, decidieron que era mucho mejor hacer la guerra por su cuenta cada uno de ellos. Se ve¨ªan con tanto talento y tan incomprendidos que la figura de al lado les molestaba. Eso cuando ambos estaban en la cancha, que no era tampoco muy a menudo por culpa de las lesiones.
As¨ª que, previsiblemente, acabaron no s¨®lo no siendo segundos en el Este sino que ni se metieron en playoffs y su entrenador, Randy Wittman dej¨® de ser la elecci¨®n obvia para ¡®primer entrenador despedido de la temporada¡¯, tradici¨®n de las ¨²ltimas temporadas, para ser tan s¨®lo un entrenador despedido. La direcci¨®n de los Wizards opt¨®, entonces, por lo que optar¨ªan la inmensa mayor¨ªa de franquicias en esta liga, y en todas las dem¨¢s: girar 180 grados tras un fracaso. Y ficharon a Scott Brooks.
Brooks no llega aqu¨ª por sus aptitudes t¨¢cticas ni por sus innovaciones defensivas, en ambos casos desconocidas, sino para cambiar la cultura del grupo. En su estancia en Oklahoma City Thunder consigui¨® innegables ¨¦xitos, pero estos fueron puestos en cuarentena, en cuanto a lo que su m¨¦rito se refiere, por el desorbitado caudal de talento que aquella plantilla hac¨ªa fluir por las canchas de la NBA. Sin embargo, poco se le puede reprochar en su gesti¨®n humana en el vestuario, en c¨®mo mantuvo a todos los gallos tranquilos en el corral y en como creo un ambiente social que les hizo ejemplares en ese sentido. Es eso, justamente eso, lo que Washington quiere para su equipo.
Scott Brooks tiene ante s¨ª un reto antes psicol¨®gico que deportivo, y de su ¨¦xito depender¨¢ el futuro de la franquicia. Porque lo que es seguro es que tendr¨¢ que lidiar con estos mismos jugadores por una temporada larga.