Rice bate a Llull y dinamita el primer Cl¨¢sico del curso

Bartzokas y su nuevo Barcelona han aterrizado de pie. Es la Supercopa, a¨²n plena pretemporada, pero el descenso sobre el parqu¨¦ ha sido mod¨¦lico. Guiados por Tyrese Rice,?un comandante de altura, bajito y ¡®jug¨®n¡¯, imparable cuando siente el duende y se ve libre de lesiones.?Es el referente pujante que necesitaba este Bar?a (30 puntos, 6 asistencias y 34 de valoraci¨®n). Un l¨ªder, adem¨¢s, que siente querencia por embestir al blanco, y eso suma. Su primer torpedo dio de lleno en la l¨ªnea de flotaci¨®n enemiga, en el Madrid de Llull (27 tantos) pero no de Ay¨®n, Randolph y compa?¨ªa, a¨²n muy lejos de sus m¨¢ximos. Y sin Maciulis, que no actu¨®.

La batalla cl¨¢sica arranc¨® de tacos con un ritmo pausado y a la vez un acierto demoledor. A tiradores frescos, punter¨ªa letal. Llull, el de siempre cuando viste de blanco, y Rice eran dos estiletes at¨®micos. El menorqu¨ªn regresaba a la acci¨®n tras el bronce ol¨ªmpico, exactamente un mes y dos d¨ªas despu¨¦s de aquel duelo ante Australia. Y dej¨® claro que su motor no es di¨¦sel, sino explosivo. La bola iba teledirigida para acariciar la red y esquivar el aro. Agrup¨® nueve de los doce primeros puntos del Madrid, once en siete minutos.

En la otra trinchera, el Rice de las grandes noches, el que ajustici¨® al Real en la Euroliga 2014, ofrec¨ªa una r¨¦plica de altura. Otros once puntazos. Laso trat¨® de echarle el lazo con Taylor, pero es un jugador de rompe y rasga, siempre a la caza del desajuste, dif¨ªcil de encasillar y sac¨® ventaja frente a cada par con el que se cruz¨®. Magn¨ªfico.

El Madrid tiraba mejor de larga distancia (7/16 frente a 4/10 al descanso) y a los tres triples de Llull se a?adieron otros tres de Rudy (once entre ambos al final). Draper hac¨ªa de base y Randolph no era determinante, en cambio, Tomic ofrec¨ªa su cara buena, la m¨¢s habitual ante su exequipo. Faltaba rodaje, sobraba talento. Y ah¨ª, en labor de chico para todo y alejado de los mandos de la nave, asom¨® la cabecita Luka Doncic. En el segundo cuarto apil¨® cuatro rebotes a las cinco faltas recibidas para darle un empujoncito de fuerza y car¨¢cter a su equipo: 48-39, minuto 18. Nocioni entraba en escena, de nuevo en ¡®su¡¯ Buesa. Ovaci¨®n de la grada vitoriana seguida de un desplome expr¨¦s madridista en cien segundos: 0-8 de parcial. Volv¨ªan las tablas.

El tercer cuarto se abri¨® con dos triples m¨¢s de Rudy y otro de Llull (59-51) antes de la aparici¨®n ofensiva tan inopinada como estelar de V¨ªctor Claver. De un acuerdo cerrado con el Madrid a aterrizar en el Palau, ese fue su verano antes de subirse al podio de R¨ªo. Once tantos en el tercer cuarto y 0-14 que hel¨® al enemigo. Lo paraliz¨®. El Bar?a cabalgaba, el Madrid se vio a remolque (t¨¦cnica a Laso por la antideportiva a Llull) y no se encontr¨®, carente a¨²n de los mecanismos de un equipo hecho. Avanz¨® con los empellones de Carroll y Llull y con el oficio de Draper y Hunter. Insuficiente para neutralizar a Rice, un cohete en misi¨®n especial: derribar al Madrid.