Un incre¨ªble triple de Sastre deja al Bilbao sin playoff en el adi¨®s a Ra¨²l L¨®pez
El CAI gan¨® con una canasta inveros¨ªmil desde medio campo. Precioso homenaje al base de Vic, endulzado con la victoria del Murcia, pero con drama final.


Sentimiento agridulce en Bilbao: despedida a un hombre que ya es leyenda y drama cuando se gestaba un milagro para que el Dominion entrara en el playoff, gracias a la victoria del Murcia en Fuenlabrada y el l¨®gico varapalo del Tenerife en el Palau. La canasta inveros¨ªmil en el ¨²ltimo segundo de Sastre desde su casa (como 20 metros) apoyado en la tabla (la primera as¨ª para Casadevall en 30 a?os, seg¨²n confes¨® ¨¦ste), ahog¨® en pena una matinal para el recuerdo. Duro castigo para un equipo en el que llueve sobre mojado: lleva todo el a?o siendo muy irregular, en una noria de sensaciones, jugando en el alambre con gestas tipo Bar?a en Copa y desastres como el 4-0 ante Estu y Tenerife, y al final la sentencia le dej¨® fuera de la lucha por el t¨ªtulo. Dilapid¨® un +15 en cuatro minutos y medio, despistado por todo el eco que hab¨ªa alrededor del juego. Un colapso, otro m¨¢s de los muchos que ha prodigado esta campa?a..
Miribilla fue una gran caja de ilusionismo. La ¨²ltima funci¨®n del mago Ra¨²l L¨®pez, aunque seguro que ¨¦ste habr¨ªa cambiado tantas muestras de cari?o por prolongar su carrera al menos dos o tres partidos con un playoff. La despedida tuvo un envoltorio que lleg¨® al coraz¨®n. Todo el pabell¨®n bilba¨ªno se sum¨® al movimiento art¨ªstico que apadrina el base formado en la Penya. Le tribut¨® un adi¨®s que tal vez no est¨¦ a la altura de su carrera, como proclamaba su entrenador Sito Alonso, pero es que a estas alturas nada puede alcanzar la dimensi¨®n de la mejor batuta que ha dado Espa?a. El baloncesto quiz¨¢ se resist¨ªa a soltar a este hombre y por eso urdi¨® la carambola que met¨ªa al equipo vizca¨ªno en el playoff, pero fall¨® por donde menos se esperaba: en su responsabilidad ante un CAI que no se jugaba nada y que sac¨® de sus casillas a los locales por la celebraci¨®n, especialmente la de Jelovac, al que Marko Todorovic mand¨® moderarse. Esta bien una explosi¨®n de j¨²bilo pero no una prolongaci¨®n semejante. ¡°Disculpad si ha molestado algo en la celebraci¨®n. Es una explosi¨®n por una canasta de medio campo. Y quiero dar las gracias a Ra¨²l por todos estos a?os que ha dado al baloncesto mundial; le vamos a echar de menos¡±, explic¨® Casadevall.
El recinto verde amaneci¨® con un 31 y la ? caracter¨ªstica de su nombre impresos en el parquet. A la conclusi¨®n ech¨® una firma en la letra.?La moqueta que iban a pisar los jugadores era la primera pista. Decenas de pancartas se salpicaron por la platea: ¡°El mago se va, s¨¹ magia se queda¡±, se le¨ªa por un lateral; ¡°Eskerrik asko (muchas gracias) mago Molist¡± en un fondo; y ¡°Ya eres leyenda, tu compromiso en nuestro coraz¨®n¡±, en el lado inverso, de la Pe?a Tur¨ªn. En la presentaci¨®n de los equipos, el pabell¨®n sac¨® humo a las palmas cuando lleg¨® el turno del 31. Y elev¨® a¨²n m¨¢s la intensidad en su primera entrada en pista, a -4;59 (9-6) del primer cuarto y cuando anot¨® su primera canasta, cerca del final de esa manga (18-17), un reverso y algo parecido a una bandeja. En el tercer acto firm¨® una ya con su 'copyright', muy est¨¦tica, para el 48-35. Faltaba por esperar al minuto 31. Cuando se aproximaba ese momento, las diez mil almas empezaron a descontar los segundos: cinco, cuatro, tres, dos uno¡ Y todas las cartulinas con el Eskerrik asko Ra¨¹l 31. Gran mosaico. As¨ª hasta pasar al 32. Se le vio tocado al genio, que tuvo que estar a lo que se terciaba e hizo un par de gestos de agradecimiento a una grada enladrillada de agradecimiento, como un puzzle.
El partido corr¨ªa paralelo a los festejos. Durante m¨¢s de tres cuartos se notaba qui¨¦n se jugaba algo, aunque gran parte de la faena se dispensaba a 400 kil¨®metros, en Fuenlabrada. Borg enchuf¨® energ¨ªa en el per¨ªmetro en el gran d¨ªa de su maestro Ra¨²l y como parec¨ªa el d¨ªa de los bases, Bellas trat¨® de tirar del carro en un CAI al tran tran, que perdi¨® de vista la l¨ªnea de fondo y se comi¨® unas cuantas jugadas por esa frontera. Hubo una t¨¦cnica a Sito y la intensidad crec¨ªa con las noticias del Fernando Mart¨ªn: el Murcia rozaba los 20 de ventaja y met¨ªa a los bilba¨ªnos en el playoff. Porque el Tenerife, claro, no pod¨ªa con el Palau. Begic empez¨® a dominar la zona en el segundo tiempo. Un aro pasado y un mate: 43-35. El que m¨¢s da?o hac¨ªa era un Marko Tororovic con ganas de dejar buen recuerdo en su segundo adi¨®s a Miribilla.
El tercer acto puso la proa local hacia la victoria (dos puntos en casi ocho minutos de los zaragozanos). Quiz¨¢ todo demasiado expl¨ªcito, antes de emborronarse.?Con 68-53, a 4:29, empez¨® la algarab¨ªa (poco antes hubo un +16, 61-45). Pero previamente Sergi Garc¨ªa hab¨ªa metido dos triples que hicieron creer al CAI. Jelovac emboc¨® una canasta desde el arco y luego otra a ocho metros, y Sastre hizo un partido memorable. Total: un 2-17 para empatar a 70. Lo curioso es que en los segundos decisivos, Ra¨²l fall¨® un tiro libre y Mumbr¨², otro. El escolta de Inca cometi¨® unos pasos que parec¨ªan el final definitivo a falta de tres segundos, con 71-70, pero luego (en 2,8) enmend¨® la plana con el triplazo. Recibi¨®, le reba?¨® el bal¨®n Bertans y tuvo que recuperarlo con un ¨¢gil paso lateral a la izquierda, lo tir¨® a lo que saliera con el let¨®n encima y entr¨® con la ayuda del cristal. Una jugada para la posteridad que devolv¨ªa el pasaporte al Fuenla. La red digiri¨® el esf¨¦rico y ¨¦ste cay¨® inerte. Lo recogi¨® Ra¨²l. El cuadro del d¨ªa: partido muerto, playoff al olvido e invierno de la carrera de un jugador singular.
A la conclusi¨®n del encuentro, ya con la amargura de la eliminaci¨®n, prosigui¨® el programa previsto: hubo un aurresku de honor y se entreg¨® a Ra¨²l una makila (bast¨®n de mando, que le quedaba como una varita m¨¢gica). Desfilaron los minis de Maristas y las cadetes del Patronato Maristas Bilbao?con las camisetas de la carrera del crack: Vic, Joventut, Real Madrid, Utah Jazz, Khimki y Bilbao. Y se presenci¨® un v¨ªdeo con algunas de sus jugadas m¨ªticas, trufado con mensajes de los Gasol, Navarro, Felipe Reyes, Ricky, Llull, Garbajosa, Cabezas, Berni, Germ¨¢n Gabriel, Roger Grimau, Banic, Bertans, Hervelle y Mumbr¨². Las pe?as Hirukoa, Arantxapel, Tur¨ªn y Deabruak tambi¨¦n le entregaron obsequios. El presidente, JJ Davalillo, cogi¨® el micr¨®fono con el sentimiento a flor de piel. ¡°Todo lo que pensamos se resume en dos palabras: muchas gracias¡±. M¨¢s adelante, turno para el gran protagonista: ¡°El deporte a veces es cruel, lo que ha pasado hoy no est¨¢ dentro del gui¨®n, Saber que lo has hecho todo lo suficientemente bien para que cosas as¨ª le ocurran a uno es gratificante. Llevo pensando muchas veces qu¨¦ dir¨ªa cuando llegase este momento: ¡®Que no me retiro¡¯ (risas generalizadas). Tener la oportunidad de poder vivir esto¡ hemos luchado mucho para que este club siga vivo, para tener baloncesto en Bilbao. Haber ayudado a que sea posible es suficiente, me he sentido querido como en ning¨²n lado, hemos hecho cosas importantes y disfruto del d¨ªa a d¨ªa con la gente. Es muy importante saber retirarse a tiempo y ha llego el momento¡±. Dio la vuelta de honor, bes¨® a su mujer y ese ni?o rubito suyo que ya tiene pinta de jugador, y empezaron los llantos, con Mumbr¨² y Hevelle, los m¨¢s afectados. Se esfum¨® para siempre con el pasillo de sus compa?eros. Otro corredor plagado de emoci¨®n, como el del Madrid hace dos a?os cuando se anunci¨® una huelga en pleno proceso de autodestrucci¨®n de la entidad. En los aleda?os el pabell¨®n Ra¨²l sigui¨® firmando un rosario de aut¨®grafos y fotografi¨¢ndose con la gente que tanto le adora.
Sito Alonso valor¨® en sala de prensa: ¡°Ha sido un d¨ªa grande, estoy superorgulloso de estar en el Bilbao Basket y en esta ciudad. Seguro que a Ra¨²l L¨®pez algo en la vida le va a pasar mejor que jugar un playoff. El Fuenla merece el playoff; no quiero decir que Bilbao no, pero las cosas no pasan por casualidad¡±. Se refer¨ªa a las oportunidades perdidas durante la liga regular para no depender de esa caprichosa bola final.