Rondo, una mente maravillosa renace en Sacramento
El base vuelve a reencontrarse con su mejor versi¨®n: l¨ªder en asistencias y triples-dobles. Pero su principal rival sigue siendo una inteligencia superior al resto.
?Qu¨¦ tienen en com¨²n ¡®El indomable Will Hunting¡¯ y ¡®Una mente maravillosa'? Adem¨¢s de tratarse de dos oscarizadas pel¨ªculas, ambas narran la vida de dos genios incomprendidos. Uno de ficci¨®n (Will Hunting, interpretado por un joven Matt Damon) y otro real (el meterse en la piel del matem¨¢tico y premio Nobel de Econom¨ªa John Nash le dej¨® a Russell Crowe a las puertas de conseguir su segunda Oscar). Al recordar los estragos y dificultades que estos personajes ten¨ªan que hacer frente para relacionarse con el resto de la sociedad, viene a la mente una tercera figura. Esta, de carne y hueso. Un jugador de baloncesto. Casi con toda seguridad, Rajon Rondo sea el jugador m¨¢s inteligente de cuantos coexisten en la Liga. No hace ni dos semanas, Nancy Lieberman (entrenadora ayudante de George Karl en los Sacramento Kings) se deshac¨ªa en elogios al ser preguntada acerca del base en una conferencia en la que particip¨® AS. ¡°Si quiere, podr¨¢ ser un tremendo entrenador. Es m¨¢s, cuando ¨¦l presta atenci¨®n a lo que ocurre durante el partido, paramos y escuchamos lo que tiene que decirnos: es un t¨¦cnico sobre la cancha. ?Cr¨¦anme! Estamos muy contentos de tenerle y de lo que est¨¢ haciendo por este equipo¡±.
Y es que, alejado del ruido medi¨¢tico que le acompa?¨® en su anterior y estrepitosa etapa en Dallas, parece haberse reencontrado con su mejor versi¨®n en la capital de California. Puede que los Kings no vayan a jugar los Playoffs y sigan perdiendo muchos partidos a lo largo de la temporada. Pero ver a Rondo liderando las clasificaciones de asistencias (10,8 por noche) y triples-dobles (4 en 15 partidos) supone una excelente noticia. Es m¨¢s, los 20 pases de canasta que reparti¨® esta pasada madrugada suponen la mejor marca hist¨®rica para la franquicia desde que esta se asent¨® definitivamente en Sacramento hace 30 a?os.
Pero, entonces ?por qu¨¦ un jugador de su clase y capacidad para leer el juego no ha terminado de despegar? Es aqu¨ª donde debemos remitirnos al primer p¨¢rrafo de este art¨ªculo. ¡°No comprende por qu¨¦ el resto de la gente no ve las cosas c¨®mo ¨¦l las ve¡±, explicaba en un maravilloso reportaje de ESPN publicado hace unos meses Melanie Benitez, una de sus profesoras en el colegio Engelhard de Educaci¨®n Elemental en el que estudi¨® en su Louisville natal. ¡°El mayor desaf¨ªo de nuestras vidas¡±, le recuerdan los docentes de aquel centro.
Espoleado por Will, su hermano mayor, Rajon se enamor¨® desde ni?o de las matem¨¢ticas a la vez que crec¨ªa dentro de ¨¦l un esp¨ªritu competitivo que le ha tra¨ªdo mayores disgustos que alegr¨ªas en su carrera NBA. ¡°Es como el fuego. Voy a ir hacia ti y si no est¨¢s listo, voy a pasar a trav¨¦s de ti. Siempre le he dicho que nunca pida perd¨®n por ello, eso es lo que hace ser ¨¦l. Pero tiene que ser capaz de controlarlo, dejar que forme parte de ¨¦l, pero con control. Que no sea ese fuego el que le controle¡±, explica Kevin Garnett, una suerte de hermano mayor mientras compartieron vestuario en los Celtics.
Fue en Boston donde se gan¨® la consideraci¨®n como uno de los mejores point guards de la Liga. Doc Rivers fue un gran mentor para ¨¦l, aunque tambi¨¦n tuvieron sus roces. Como aquel d¨ªa en los Playoffs 2011: los verdes iban 2-0 en su serie de segunda ronda ante los Heat de LeBron James. El t¨¦cnico le recrimin¨® una serie de acciones con la intenci¨®n de motivarle. No lo entendi¨® as¨ª el jugador, quien estall¨® para acto seguido estampar su botella de agua contra un monitor de televisi¨®n que acab¨® reventado. ¡°La cosa se puso muy tensa¡±, rememora ¡®The Big Ticket¡¯.
Danny Ainge, el general manager que le traspas¨® hace casi un a?o a los Mavericks, resume a la perfecci¨®n lo que significa tenerle en un vestuario: ¡°No le gusta que le digan lo que tiene que hacer. Quiere que le entrenen, pero cuando lo haces, m¨¢s te vale saber de lo que est¨¢s hablando. E incluso as¨ª, puede que te ponga a prueba. Llegados a este punto: ¡®?Es lo suficientemente buen jugador para comportarse de la forma en que lo hace?¡±.
Esa es la pregunta del mill¨®n. La que quiz¨¢ le persiga durante lo que le queda de carrera. Es el precio que a veces hay que pagar por tener una mente privilegiada que funciona mucho m¨¢s r¨¢pido y mejor que el resto. Hasta el punto de acabar ense?ando a tus profesores nuevos m¨¦todos para resolver ecuaciones que m¨¢s tarde acabar¨¢n poniendo en pr¨¢ctica con el resto de alumnos. ¡°Sabe que es demasiado inteligente. Y ese es su problema. Se da cuenta cuando se equivoca, pero le cuesta admitirlo. Pero eso s¨ª, nueve de cada diez veces tendr¨¢ la raz¨®n sobre lo que est¨¢ diciendo¡±, explica Kendrick Perkins, otro excompa?ero y gran amigo.
¡°Todo est¨¢ calculado. Mi vida est¨¢ calculada¡±, reconoce el protagonista. En su privilegiado cerebro est¨¢ la llave que le permita encontrar esa flexibilidad para sentirse de una vez a gusto consigo mismo y, sobre todo, con el resto de sus compa?eros. Parece complicado que lo consiga en el polvor¨ªn que son los Kings. Aunque nunca se sabe: a veces la imperfecci¨®n acaba abraz¨¢ndose con la perfecci¨®n m¨¢s cient¨ªfica. Tras mucho deambular, Will Hunting y John Nash acabaron encontrando su lugar en el mundo.