Atlanta Hawks: cuando los egos se ponen al servicio del colectivo
Tras el ¨¦xito alcanzado el curso anterior, los Hawks buscar¨¢n repetir presencia en la final del Este con la misma identidad y filosof¨ªa de juego que les situ¨® de nuevo en el mapa.
Atlanta afronta la temporada con la complicada misi¨®n de repetir lo logrado el a?o pasado. Para ello, los de Mike Bundenholzer han conseguido mantener casi intacto el bloque que deslumbr¨® al planeta del baloncesto durante la ¨²ltima Regular Season. La pregunta es clara: ?Ser¨¢n capaces de volver a lograr 60 victorias y obtener el billete a la final de la Conferencia Este? La respuesta, sin embargo, no resulta tan sencilla. No es imposible, si bien se vislumbra m¨¢s cercano repetir el segundo reto que el primero. Ahora bien, falta comprobar c¨®mo influir¨¢n una serie de matices. El principal, saber c¨®mo rinde el equipo tras la marcha de DeMarre Carroll, curiosamente el ¨²nico miembro del quinteto del pasado curso que no acudi¨® al All Star. El alero era el pegamento perfecto, el nexo entre uno de los ataques m¨¢s vistosos de la Liga (asumiendo la responsabilidad cuando era necesario, como en los ¨²ltimos playoffs) y una de las mejores defensas, donde era sin duda uno de sus grandes especialistas.
Aqu¨ª surge la gran inc¨®gnita. En un cinco inicial tan compacto y definido, ?conseguir¨¢ Sefolosha (su relevo natural) que no decaiga la compenetraci¨®n en un equipo que todos recit¨¢bamos de carrerilla (Teague, Korver, Carroll, Millsap y Horford)? A priori parece complicado. Pero si algo han demostrado estos Hawks es que se puede creer en ellos. No ser¨¢n una de las franquicias m¨¢s medi¨¢ticas, no subir¨¢n el tono y no dar¨¢n mucho que hablar, pero tienen a un entrenador y a varios jugadores que juegan al baloncesto como los ¨¢ngeles. S¨ª, por algo se les conoce como los Spurs del Este. En la 2014-15 s¨®lo los campeones Warriors repartieron m¨¢s asistencias que ellos. Esa ausencia de egos les convierte en uno de los m¨¢ximos exponentes del extra pass. Ahora bien, hay quien en la postemporada ech¨® en falta una superestrella que tomara la responsabilidad en los momentos de dificultad.
Sin embargo, desde los despachos del Philips Arena se opt¨® por seguir adelante y no dar ning¨²n volantazo al proyecto. Entienden que se trata m¨¢s de una carencia de madurez competitiva que de la necesidad de encontrar un hombre que asuma (casi) todos los galones a la hora de la verdad. El tiempo dar¨¢ o quitar¨¢ razones, pero a simple vista el modo de conducci¨®n parece el adecuado. Donde s¨ª flojearon fue en el rebote, as¨ª que este verano han incorporado a dos torres (Tavares y Splitter) para acabar con ese tal¨®n de Aquiles. El criterio y la l¨®gica siguen gobernando en Atlanta.
Juego exterior
Por el momento no hay discusi¨®n: Jeff Teague es el amo y se?or a la hora de organizar el juego de los halcones. El base ha mejorado notablemente su consistencia sobre el parqu¨¦ a los largo de estos dos ¨²ltimos a?os, gan¨¢ndose el boleto para el All Star este ¨²ltimo. Sin embargo, Budenholzer tiene un (bendito) problema. El crecimiento de Dennis Schroder es constante, buena prueba de ello es que fuera el mejor jugador de Alemania en el reciente Eurobasket, por la que la gesti¨®n de los minutos de ambos se antoja como un factor clave para salvaguardar la coexistencia en el grupo. De momento, la capacidad atl¨¦tica de Schroder y su habilidad para sacar ventaja en el pick and roll le permitir¨¢n seguir haciendo grandes n¨²meros y dinamitar muchos partidos como referencia de la segunda unidad. La posici¨®n de escolta pertenece a un Kyle Korver que, como el buen vino, mejora a?o a a?o. En Atlanta esperan que vuelva a rozar esta temporada unos porcentajes de acierto m¨¢s propios del mundo de la moda: 50-40-90. Kent Bazemore (le llega el momento de dar un paso adelante) y Tim Hardaway Jr. podr¨¢n ofrecerle ese relevo de garant¨ªas que los veteranos tanto necesitan para dosificarse de cara a la parte crucial. Si bien el principal cometido de ambos ser¨¢ el hacer olvidar al infravalorado DeMarre Carroll en el puesto de tres junto al que ya ha sido se?alado como su recambio natural: Thabo Sefolosha. Reto de altura para el suizo.
Juego interior
Puede que no sea la pareja m¨¢s espectacular (los Hawks no son de los que act¨²an de cara a los focos), pero Al Horford y Paul Millsap forman una sociedad digna de los equipos que aspiran a todo. Ambos ya han sido, tanto por separado como conjuntamente, parte del elenco del partido de las estrellas. Su fiabilidad est¨¢ m¨¢s que probada. Su cruz, las lesiones. Hace dos temporadas fue el dominicano el que cay¨® tras desgarrarse el pectoral derecho. El pasado, Millsap no consigui¨® llegar en plenitud de condiciones a los playoffs. Para que Atlanta vuele, esta dupla tiene que estar al 100% de su capacidad para matarte de lejos o desde fuera. Eso es innegociable. Adem¨¢s, son dos interiores a los que el estilo de juego de los Hawks les viene que ni anillo al dedo: leen y entienden d¨®nde est¨¢ la ventaja como pocos jugadores de su tama?o saben. Si hay que ponerles un pero, ese es el rebote. Adem¨¢s, un fajador como Pero Antic ha optado por hacer las maletas y regresar a Europa. As¨ª que para aportar a la causa junto a Mike Scott y el ex ACB Mike Muscala, Tiago Splitter (el brasile?o se encuentra ante su gran oportunidad al pasar de trabajar a las ¨®rdenes de Popovich en los Spurs a hacerlo con Budenholzer, su alumno m¨¢s aventajado) y Walter Tavares (el gigante de Cabo Verde formado en Gran Canaria da el salto, quiz¨¢ demasiado pronto, a la NBA) deben hacer valer sus cent¨ªmetros para reducir la hemorragia en forma de rechaces defensivos.
Claves
1. El quinteto ser¨¢ el mismo que fue nombrado mejor jugador del mes de enero la temporada pasada con la excepci¨®n de DeMarre Carroll. Ser¨¢ complicado encontrar un relevo de garant¨ªas a un jugador que funcionaba como el verdadero especialista defensivo del grupo
2. Repetir ¨¦xito sin contar con el factor sorpresa a favor puede suponer una piedra dif¨ªcil de esquivar en su camino. Los rivales ya han tenido tiempo para analizar y estudiar las claves de su tan alabado juego de equipo y pase extra. Budenholzer deber¨¢ introducir variantes para no estancarse.
3. Defienden bien, atacan mejor, pero el a?o pasado mostraron una carencia: el rebote. As¨ª que para corregir esa tara, han trabajado durante el verano para traer a dos jugadores educados en Europa (Splitter y Tavares) que echar¨¢n una mano (y parte de la otra) a Horford y Millsap.
Entrenador: Mike Budenholzer
Trabajar durante casi 17 a?os a las ¨®rdenes de Gregg Popovich como t¨¦cnico asistente en los Spurs era hasta hace no mucho su mejor aval. Sin embargo, ahora puede presumir de ser el actual Mejor Entrenador de la temporada. Un premio que se gan¨® justamente al lograr que los Hawks completasen el primer a?o con 60 triunfos de su historia. Su etapa como coordinador de v¨ªdeo le permite estudiar a la perfecci¨®n a sus rivales. Pero su mayor aportaci¨®n hasta el momento es haber logrado extrapolar el tan admirado estilo de juego colectivo de San Antonio a los Hawks. No es casualidad que se hable de ellos como los Spurs del Este. Uno de los mayores exponente del extra pass.
Estrella: Al Horford
El p¨ªvot dominicano acaba contrato en junio de 2016, pero ya ha manifestado que en estos momentos s¨®lo le preocupa triunfar este a?o con los Hawks. Tras comenzar falto de ritmo, acab¨® firmando un ¨²ltimo a?o extraordinario confirmando que vuelve a ser ¨¦l mismo. Calidad y fuerza.