UNA DRAM?TICA HISTORIA
El otro lado del deporte: Fr¨¦d¨¦ric Weis y su intento de suicidio
Fue drafteado en 1999 por los Knicks, sufri¨® en sus carnes aquel mate de Vince Carter en el 2000, jug¨® en Espa?a... pero el autismo de su hijo le marc¨® fatalmente.
Fr¨¦d¨¦ric Weis naci¨® en Thionville (Francia) hace poco m¨¢s de 38 a?os, fue drafteado en la primera ronda del draft de 1999 por los Knicks (n¨²mero 15) y jug¨® en Espa?a durante buena parte de su carrera. Sin embargo, muchos le recordar¨¢n por ser el gigante (mide 218 cent¨ªmetros) sobre el que Vince Carter complet¨® uno de los mates m¨¢s famosos de la historia del baloncesto. Fue en los Juegos Ol¨ªmpicos de S¨ªdney, en el a?o 2000. Habr¨¢n visto el v¨ªdeo 1.000 veces. 'Vinsanity' rob¨® un bal¨®n y se encamin¨® como un animal hacia el aro. Weis pasaba por all¨ª, se qued¨® impert¨¦rrito al ver como el por entonces jugador de los Raptors saltaba sobre su cabeza para reventar el aro.
Ocurre a menudo: aficionados y prensa no nos damos cuenta de lo que hay detr¨¢s de esos deportistas a los que los primeros admiran y sobre los que los segundos hablamos, criticamos o bendicimos. Casos como el del recientemente fallecido Lalo Garc¨ªa nos recuerdan s¨²bitamente lo ef¨ªmero de la fama y gloria deportivas, as¨ª como lo complicado que a muchos deportistas les resulta proseguir con su vida, regresar al mundo real, una vez dan por concluida su muy corta carrera profesional. Y es que, aunque en ocasiones no lo parezca (o no nos parezca) los deportistas tambi¨¦n son personas. M¨¢s all¨¢ de la burbuja de dinero y ¨¦xito en la que viven instalados (o eso percibimos) tambi¨¦n sufren y padecen. No son inmunes a la tragedia.
El ¨²ltimo ejemplo lo encontramos en la figura de este interminable franc¨¦s que en el primer p¨¢rrafo mencion¨¢bamos. Jugador destacado del Limoges, se encontraba concentrado con la selecci¨®n francesa cuando en un hotel de Par¨ªs son¨® el tel¨¦fono de su habitaci¨®n. Era la maduigada del 30 de junio al 1 de julio de 1999. El p¨ªvot descolg¨® el aparato y al otro lado de la l¨ªnea son¨® la voz de su agente, Didier Rose: "Fred, tienes todo cuanto quer¨ªas". Los subcampeones Knicks hab¨ªan apostado por ¨¦l. Sin embargo, y tras ver 16 a?os despu¨¦s? los abucheos al let¨®n Porzingis, parece que los seguidores de la Gran Manzana no son muy propoensos a aquelo que venga de fuera. Quiz¨¢ sea por desconocimiento. Lo cierto es que una vez que Weis pis¨® Nueva York, los dirigentes de la franquicia le convocaron a una extra?a reuni¨®n. "T¨² no eres el jugador que se supon¨ªa que ten¨ªamos que elegir. Los fans puede que no est¨¦n muy contentos", le explicaron. Aquel verano, en la Summer League, fue la primera y ¨²nica vez que visti¨® la camiseta de un equipo con el que le "hubiera gustado mucho jugar", dice su mujer, Celia.?
El franc¨¦s qued¨® descontento por la g¨¦lida acogida que le dio Jeff Van Gundy, el por entonces t¨¦cnico 'knick'. No se ve¨ªa preparado y decidi¨® disputar la temporada 99-00 en Francia. El contacto entre ambas partes se fue enfriando hasta que se rompi¨®. Pero los problemas econ¨®micos que hicieron estragos en el Limoges le obligaron igualmente a hacer las maletas. No se ir¨ªa a Estados Unidos, sino a Grecia. Tras un a?o en el PAOK Sal¨®nica, lleg¨® a M¨¢laga en 2001, donde empez¨® a trabajar a las ¨®rdenes de Boza Maljkovic. En la Costa del Sol era feliz, m¨¢s a¨²n cuando vino al mundo su hijo Enzo un a?o despu¨¦s. Weis sent¨ªa que hab¨ªa nacido para ser padre, as¨ª que cuando en 2002 descubrieron que el ni?o era autista, se desplom¨®. Empez¨® a beber y a frecuentar bares hasta horas intempestivas de la noche, sin importar que al d¨ªa siguiente tuviera partido o no.
Dos a?os m¨¢s tarde se separ¨®, coincidiendo con su fichaje por el hoy Bilbao Basket. Lo bueno para ¨¦l era que tendr¨ªa a su ex y a Enzo m¨¢s cerca, a unas horas en coche de su Francia natal. En la capital vizca¨ªna sigui¨® con su descontralado ritmo de vida pese a que tuvo un par de cursos en los que deportivamente sus n¨²meros mejoraron. Sin embargo, una ma?ana de enero de 2008 se despert¨® so?ando con una casa junto a la playa de la que era propietario. Un viejo anhelo. Poco despu¨¦s puso rumbo a su pa¨ªs natal. Hab¨ªa quedado con Celia para visitar a su hijo.
Las horas pasaban y Weis no llegaba. Celia se estaba impacientando, hasta que el exjugador le devolvi¨® una de las numerosas llamadas que le hab¨ªa hecho. Le explic¨® que acababa de despertar tras intentar suicidarse. "Fue el momento m¨¢s afortunado de mi vida", relata ahora el franc¨¦s en un magn¨ªfico reportaje publicado esta misma semana en 'The New York Times'. Cansado de lidiar con aquella situaci¨®n, hab¨ªa parado en una estaci¨®n de servicio de Biarritz e ingerido todo una caja de pastillas. "Cuando me lo cont¨® no me sorprendi¨®, pero s¨ª que espere que a partir de entonces todo fuera distinto", detalla Celia.
Y en parte lo fue. Aquel dram¨¢tico episodio los recoincili¨® y volvi¨® a juntar. En 2011, tras una ¨²ltima temporada en el Limoges, Weis dijo adi¨®s al mundo de la canasta. Ya no bebe y ahora regenta en esa misma localidad un quiosco-estanco. Pero sigue sufriendo depresi¨®n y, sobre todo, so?ando con aquella casa junto al mar.