Cuando Florentino P¨¦rez fij¨® la mirada en Manuela Carmena

A cualquier persona se le puede escapar un gesto diab¨®lico sin necesidad de ser pariente de Lucifer. A todos se nos puede fruncir el ce?o, torcer el gesto o crispar la cara. Para acuchillar con la mirada no es imprescindible odiar ni sentirse amenazado. Para que un rostro sea pose¨ªdo por un segundo de maldad basta un instante de incomodidad ¨ªntima (urticaria, gases), un pensamiento negativo (Casillas, Ramos), una miop¨ªa galopante o un fot¨®grafo con punter¨ªa (Emilio Naranjo, Efe).

Quien haya concluido, a partir de esta foto, que el presidente del Real Madrid siente alg¨²n tipo de animadversi¨®n hacia la nueva alcaldesa del Foro hace una lectura sin recorrido, basada en un momento congelado. Quien piense que a Florentino se le arquean las cejas como al Joker porque ve en peligro futuros acuerdos municipales confunde el arte de la fotograf¨ªa con el de la fabulaci¨®n.

En com¨²n. Nada separa a P¨¦rez de Carmena, salvo su visi¨®n pol¨ªtica y social, su modelo de gobierno, su gesti¨®n de las cr¨ªticas, su interpretaci¨®n de lo que es ¡°una buena obra¡± y su concepci¨®n general de las relaciones humanas y divinas. En el resto de aspectos no faltan los puntos comunes. Florentino (68) y Manuela (71) son de la misma generaci¨®n y es muy posible que en su juventud hayan bailado id¨¦nticas canciones (La Yenka, Venecia sin ti...), qui¨¦n sabe si no habr¨¢n coin?cidido en alg¨²n guateque, Madrid no era tan grande en los a?os 60 y no eran tantos los chavales emprendedores, la desenvuelta Carmena y el flequilludo P¨¦rez.

No hubo, por tanto, hostilidad entre presidente y alcaldesa, por mucho que se empe?e en desmentirlo el adusto gesto de Florentino. Descontado ese instante, el encuentro fue cordial, como el de dos primos lejanos que pese a la distancia comparten apellido. ¡°Ahora Madrid¡±, de un lado; ¡°Hala Madrid¡±, del otro.