CAVALIERS 97 - WARRIORS 105 (2-4)
Golden State Warriors, nuevos campeones de la NBA
Primer t¨ªtulo en cuarenta a?os para Golden State Warriors, que impuso su talento y su mayor profundidad ante unos Cavaliers agotados. Cuarta final perdida para LeBron. Final NBA: Warriors vs Rockets, juego 7
En sus primeros segundos como nuevos mandamases de la NBA parec¨ªan, tras meses siendo un escuadr¨®n insoportable para todos sus rivales, un grupo de ni?os sencillamente felices. Corr¨ªan y se abrazaban, algunos mirando al cielo y otros arrodillados, atornillados al suelo. Es el primer aliento de la victoria, un impulso at¨¢vico con el que es imposible no empatizar y al que sigue un torbellino emocional que va de la satisfacci¨®n del deber cumplido al agotamiento f¨ªsico y mental: la felicidad plena del deporte de alta competici¨®n, que dif¨ªcilmente ofrece momentos ni m¨¢s puros ni m¨¢s ¨ªntimos, por mucho que el mundo tenga los ojos sobre ellos. Son los guerreros de Oakland, los Dubs, el orgullo de The City: Golden State Warriors es el campe¨®n de la NBA gracias a uno de los maridajes de ¨¦tica y est¨¦tica m¨¢s excelentes que jam¨¢s hayamos visto sobre una pista de baloncesto. Es el triunfo de una idea y es el triunfo del baloncesto moderno¡ y del de siempre: el triunfo del juego. Y antes de que algunos resten brillo a su ¨¦xito por las decisivas bajas de Cleveland Cavaliers, conviene recordar que han pasado por encima de una versi¨®n casi sobrehumana (y no es una forma de hablar) de LeBron James. Y que cerraron en 12-3 los playoffs de un Oeste al que casi todos sent¨ªamos como el m¨¢s poderoso de, tal vez, toda la historia.
Los Warriors han llegado al anillo a trav¨¦s de 83 victorias, tercera mejor marca de siempre por detr¨¢s de los todav¨ªa inalcanzables Bulls de Michael Jordan, Phil Jackson¡ y Steve Kerr: 87 y 84 entre 1995 y 1997. M¨¢s perspectiva: s¨®lo cuatro derrotas entre Regular Season y playoffs en su Oracle Arena y l¨ªderes de la temporada en puntos anotados, asistencias y porcentaje de tiro de campo y triples. Casi el mejor ataque (a una d¨¦cima de la eficiencia ofensiva de los Clippers) y la mejor defensa (98,2 de rating. Por detr¨¢s Bucks, Spurs y Grizzlies). Su diferencial entre puntos anotados y recibidos (10,1) dej¨® a a?os luz al segundo (Clippers, 6,6) y su ventaja entre rating ofensivo y defensivo (+11,4) s¨®lo tiene delante, otra vez, a aquellas dos versiones dictatoriales de los Bulls: +13,4 y +12. Stephen Curry ha ido dejando en la cuneta, uno por ronda, al resto del Mejor Quinteto de la temporada (Davis, Marc Gasol, Harden, LeBron) y, como prueba del carbono 14 para los que preve¨ªan ataques de v¨¦rtigo, en playoffs han escapado de dos pozos muy profundos: 1-2 y cuarto partido fuera en Memphis y Cleveland. Las dos veces lo han hecho encadenando tres victorias (4-2). Es extraordinario pero tiene su l¨®gica: no han perdido en toda la temporada tres partidos seguidos.
Los Warriors han ganado por tener al MVP y por tener el mejor bloque, por defensa y por ataque, por tiro exterior y alternativas. Remontaron a los Grizzlies con Bogut como llave defensiva y cambiaron la final prescindiendo del australiano, miembro del Segundo Mejor Quinteto Defensivo de la temporada. Han jugado un baloncesto ultra competitivo e h¨ªper est¨¦tico, la combinaci¨®n por la que todos vender¨ªan su alma al diablo, y son campeones de la NBA por primera vez desde 1975. Sin complejos. Sin miedo y sin apartarse nunca de una idea que se ha apoyado en la varita m¨¢gica de Steve Kerr, el primer campe¨®n rookie en un banquillo desde 1982 (Pat Riley) y el padre de un estilo que ha dado sentido a todo y ha hecho mejores a todos: Curry, sin ir m¨¢s lejos, ha pasado de arquero art¨ªstico a MVP. Kerr mejor¨® la arquitectura defensiva de Mark Jackson y a?adi¨® un nuevo e irresistible ataque con aroma a Popovich, Phil Jackson y Mike D¡¯Antoni. Es el triunfo del mejor equipo y es el triunfo de una idea a la que daremos gracias en el futuro: los proyectos ganadores siempre crean disc¨ªpulos.
Para siluetear la grandeza de estos Warriors, nada como el despliegue al que hemos asistido, at¨®nitos, de un LeBron James al l¨ªmite. Sus medias de la final acaban en 35,8 puntos, 13,3 rebotes y 8,8 asistencias. Para ¨¦l queda un agradecimiento sobrecogido: nadie m¨¢s podr¨ªa haber hecho algo as¨ª con el acompa?amiento que ha tenido. Queda con cuatro derrotas, 2-4, en seis finales jugadas pero ahora mismo, en los rescoldos de esta batalla inexplicable de 2015, usar ese dato contra ¨¦l parece un gesto amargo. S¨®lo su estramb¨®tica espantada contra los Mavericks en 2011 juega contra su legado. El resto dif¨ªcilmente. Ni las dos rendiciones ante los Spurs ni desde luego esta carga contra molinos que finalmente s¨ª eran gigantes. Curry es el nuevo pr¨ªncipe y los Warriors son el nuevo gobierno. Pero LeBron James sigue siendo el rey.
El sexto, una cuesti¨®n de l¨®gica
Los Warriors se proclamaron campeones un 16 de junio, como los Bulls del 72-10 (tambi¨¦n 4-2, ellos a los Sonics). Cosas. El sexto partido fue feo, sufrido, de un desgaste gigantesco pero regido finalmente por la l¨®gica. Los Cavaliers, sin resuello 48 horas despu¨¦s de su contragolpe fallido en Oakland, fueron casi siempre una versi¨®n rabiosa pero muy desgastada de ese equipo al que los elementos han terminado derrotando. En el segundo cuarto hicieron un esfuerzo tit¨¢nico para embarrar el juego y convertir el majestuoso 15-28 del primer cuarto en un tenso pero irreal 43-45. Se hab¨ªan dejado el alma, hab¨ªan sufrido como condenados para reengancharse al partido¡ pero segu¨ªan por detr¨¢s. Su ¨²ltimo coletazo fue un 47-45 del que se pas¨® a un 47-54 y de ah¨ª a un ya decisivo 77-92 mediado el ¨²ltimo cuarto y despu¨¦s de cinco triples casi seguidos de los Warriors, dos Curry (13 de sus 25 puntos en el ¨²ltimo parcial) y otros dos del omnipresente Iguodala, merecid¨ªsimo MVP por su defensa a LeBron y su valor como navaja suiza en ataque: hizo de todo.
Junto a Iguodala, primer MVP de una final que no ha sido titular en ning¨²n partido de la Regular Season, tambi¨¦n tuvieron su momento en la final Livingston, Ezeli, Barbosa y David Lee. Con Bogut y Speights anclados en el banquillo. Y con triple-doble final de Draymond Green (16+11+10). Eso, su profundidad salvaje, es el verdadero poder de los Warriors. Para los Cavaliers el partido fue una tortura en la que remaron a base de tiros libres y de lo que rascaban Mozgov y Thompson contra un rival sin p¨ªvots (56-39 en el rebote total). Pero Kerr sab¨ªa que por ah¨ª no iba a perder. LeBron, s¨®lo 48 horas desde su descomunal quinto partido, pareci¨® cansado casi desde el principio. Jug¨® lejos de su pico m¨¢ximo de agresividad y termin¨® con 20 tiros fallados (13/33) y 6 p¨¦rdidas. Y a pesar de todo dej¨® en la estad¨ªstica 32 puntos, 18 rebotes y 9 asistencias. Sumando por volumen y no por eficiencia y llegando a constantes callejones sin salida, rodeado de tiradores que no tiraban y sin un solo compa?ero capaz de crear jugadas, de sacar canastas de alg¨²n sitio que no fueran sus asistencias.
Hubo rachas para la esperanza, cambios de ¨¢nimo y momentos de resistencia ciega de los Cavaliers. Pero el destino de esta final qued¨® escrito en el cuarto partido, en el quinto¡ quiz¨¢ en el primero tras la lesi¨®n de Kyrie Irving o en octubre cuando Kerr puso en marcha este proyecto asombroso. La maldici¨®n de Cleveland durar¨¢ un poco m¨¢s y el ¨²ltimo t¨ªtulo de su deporte profesional seguir¨¢ siendo el de los Browns en 1954. Este, el de campe¨®n de la NBA 2014-15, es para Golden State Warriors con toda justicia. Su temporada ha sido hist¨®rica, una de esas de las que seguiremos hablando siempre. Y lo tienen todo para que las pr¨®ximas tambi¨¦n lo sean. Enhorabuena.