El coraz¨®n de Andr¨¦s Nocioni, el coraz¨®n del Real Madrid

¡°Las finales a veces no se ganan lindo, se ganan poniendo garra, fuerza, emociones...¡±, comentaba un euf¨®rico Andr¨¦s Nocioni. A sus 35 a?os, acababa de conquistar su primer t¨ªtulo europeo: nada m¨¢s y nada menos que la Euroliga. Todo ello debutando en una Final Four a la que lleg¨® siendo el jugador m¨¢s veterano de cuantos participaban en ella.

Poco import¨®. El Chapu vino a Madrid para jugar y ganar los partidos decisivos, como el de hace un mes ante el Olympiacos o los tres partidos de la Liga Endesa reci¨¦n conquistada ante el Barcelona (en el segundo partido le partieron la cara, literal, y en el tercero anot¨® los triples que ten¨ªa que meter y nunca se acobardo ante el ¨ªmpetu de la afici¨®n cul¨¦: basta con ver su famosa celebraci¨®n): ¡°Vengo para esto, hac¨ªa ocho meses que ven¨ªa para esto¡±. Una frase que ha repiti¨® hasta la saciedad tras llevarse el MVP de la Final Four de la Euroliga tanto sobre el parqu¨¦ como en la salda de prensa del Barclaycard Center (el Palacio de Deportes).

Nocioni es de esos jugadores que asusta al contrario con s¨®lo mirarle a los ojos. "Hay gente que me quiere y gente que me odia, lo s¨¦, soy raro. Pero yo lo dejo todo, por cualquier equipo que me contrate, porque es lo que soy, soy una persona honesta, que viene a disfrutar, a jugar y a dejarlo todo", reitera. Su car¨¢cter desprende una confianza, una seguridad y una intensidad que se convierte en un serio aviso para los rivales: para ganar vas a tener que sufrir, vas a tener que tumbarme. Contar con un hombre as¨ª en tu plantilla te permite contar con un sexto jugador en la cancha. Y no tenerlo hace que tu equipo empeque?ezca cuando llega el momento de la verdad. Ese que aparece cuando se deciden los t¨ªtulos. Esa fue una de las razones (probablemente la que m¨¢s) que hizo que a los blancos se le escaparan las dos anteriores Euroligas o la final de 2014 de la ACB.

Pero la competici¨®n que Nocioni ten¨ªa entre ceja y ceja era la antigua Copa de Europa. Siempre se le hab¨ªa resistido, el Baskonia de Ivanovic empez¨® a habitar las Final Fours justo la temporada despu¨¦s en la que el de Santa Fe diera el salto a la NBA. A su vez, en el club madrile?o y tras la marcha de Mirotic (tambi¨¦n con destino NBA) andaban buscando esa pieza que les asegurara competir hasta el final. Estaba cantado: ambas partes estaban condenadas a entenderse.

¡°Hace mucho tiempo que no jugaba una final as¨ª. Me desfond¨¦¡±, relataba este miembro de la Generaci¨®n Dorada argentina (de haber clavado ese triple en Jap¨®n, quiz¨¢ la Selecci¨®n no tuviera ahora su ¨²nico Mundial). Es cierto que durante el a?o puede que no brillara como sol¨ªa hacer en el Baskonia o en los Chicago Bulls. Pero llegada la hora de la verdad, ha sido vital en la consecuci¨®n de la Copa (jug¨® la final con un tobillo que parec¨ªa una pelota) irremplazable en la consecuci¨®n de la Euroliga (la Novena lleva su nombre) y en la ACB. La afici¨®n jam¨¢s olvidar¨¢ sus tapones, su entrega, su sacrificio, su intensidad... a lo largo del fin de semana de la Final Four en particular y de toda la temporada en general. Pura hermandad con una grada que acab¨® pidiendo el MVP para ¨¦l el pasado 17 de mayo. Que lo recibiera (es el tercero m¨¢s viejo que lo logr¨® en la historia de la maxima competici¨®n continental) fue pura justicia po¨¦tica. Ya lo dijo Pablo Laso tras acabar en semifinales con el Fenerbah?e: ¡°El coraz¨®n del Chapu...¡±. Acaben la frase como prefieran.