REAL MADRID 78 - OLYMPIACOS 59
El Madrid, campe車n de Europa por novena vez en su historia
El equipo blanco no fall車 en un Palacio entregado: fren車 a Spanoulis y decidi車 con el car芍cter de Nocioni y los latigazos de Carroll. La Novena ya es del Real Madrid.

※C車mo no te voy a querer#§, atronaba el Palacio embriagado por la emoci車n, ※si me hiciste campe車n de Europa por novena vez§. Pu?os al viento, pu?os de ganador. Los de Llull, Sergio, Reyes, Rudy, Ay車n, Rivers, Maciulis, los de Carroll y el MVP Nocioni, los del Real Madrid. La adrenalina y el v谷rtigo hab赤an envuelto al equipo antes de la Final Four. Pero tambi谷n la pasi車n y la sed de gloria. Dec赤a Spanoulis que en 2013 el Olympiacos tuvo m芍s hambre. No, esta vez. No en Madrid y con la experiencia acumulada, no con los gritos del m谷dico blanco antes del asalto definitivo: ※Vamos a demostrar que en nuestra casa, con nuestra sangre, solo hay un final posible: ?ser campeones de Europa!§. Compromiso y talento. Equipo.
El baloncesto madridista, el de hoy, sol赤a escuchar historias del pasado glorioso, le contaban qu谷 noche la de aquel a?o. Pero hac赤a veinte cursos, una generaci車n perdida, que no viv赤a una como esta, y antes, otros tres lustros. Pero el Madrid siempre vuelve, est芍 grabado a fuego, el problema de tiempo atr芍s es que lo hab赤a dejado de intentar. O casi. No apretaba con la abnegaci車n necesaria, no contaba con los medios, el trabajo y el inter谷s absoluto del club. No con el suficiente para ser el mejor, para recuperar la corona del viejo trono de Europa. La medias tintas solo conducen al fracaso. Y de eso supo mucho durante demasiados a?os.
En realidad, la fiesta, comenz車 por la ma?ana, con la cantera anticipando gritos y sonrisas, l芍grimas de emoci車n. Nada es casual y s赤 reflejo del trabajo bien hecho en una secci車n que ha seducido al club. Como supo hacerlo en su d赤a Saporta. La labor de Juan Carlos S芍nchez, Alberto Herreros y Alberto Angulo est芍 ah赤. No era cuesti車n de recursos econ車micos, sino de algo m芍s, de remar a la vez y con convicci車n. Otros lo intentaron y no les dejaron. Veinte a?os despu谷s el Madrid ha vuelto, lecci車n aprendida. Que no la olviden para el futuro.
Y ha vuelto con Pablo Laso al frente, octavo t赤tulo en doce finales de quince posibles. El Ferr芍ndiz del Siglo XXI. Recompensa al trabajo, la calma y los principios. Recompensa gigante, adem芍s, porque para tocar el cielo tuvo que derribar a un enemigo cicl車peo, al m芍s grande de todos, al mejor equipo de la d谷cada. Y al mejor jugador. Al Olympicos y a Spanoulis en su cuarta final desde 2010. Porque si no fuera por el Madrid 〞recuerden el playoff de hace un a?o〞, quiz芍 ahora en El Pireo estar赤an celebrando su cuarto 谷xito seguido, la mayor gesta jam芍s contada.
Y por ah赤 se arranc車 el partido, por la 谷pica griega. La de su hinchada plantando cara. La de su equipo encorsetando hasta la asfixia al favorito mientras Lojeski hac赤a de Spanoulis (diez puntos en seis minutos). Rudy no pod赤a con 谷l. Al comp芍s heleno. La brecha se abri車 hasta los seis tantos en el cruce con el minuto 11 (15-21). Para entonces ya andaba Nocioni en la cancha. Para lo malo, alguna pasada de frenada, y para lo bueno, casi todo. Levant車 al Madrid y alz車 al Palacio en ausencia de Ay車n (dos faltas r芍pidas) y de Reyes, confundido por los m迆sculos de 谷bano de Dunston, Petway y Hunter.
El Chapu forz車 faltas y una antideportiva, rob車 un bal車n y culmin車 el contragolpe. Inabordable, todo un car芍cter, incluso para el Olympiacos. A su lado, otro de los nuevos, Maciulis. De-ter-mi-nan-te. Se la jug車 cuando el resto no hallaba resquicios. No una vez, sino hasta tres. Sin fallo, incluidos dos triples. Y lo hizo como alero y como falso cuatro. Nueve puntos en un parcial de 20-7 hasta el descanso que cerr車 con un ca?onazo otro de los que vale un potos赤, y adem芍s no hace ruido: KC Rivers (35-28).
Spanoulis, por entonces, llevaba tres puntos, lo que provocaba, m芍s que alivio, un escalofr赤o de los que te recorren de arriba abajo. Iba a despertar, lo iba a hacer# No lo vimos. Por segunda vez en un duelo de Final Four el dios ateniense se quedaba por debajo de los diez tantos. Defensa, mucha, la de Llull y Carroll, la de un Rivers que se gan車 la pirotecnia (+20 con 谷l en pista, como con Maciulis).
Pero ojo, amigos, esto no hab赤a acabado, ni siquiera con el +11 del minuto 23 (misma renta que frente al Maccabi en Mil芍n 2014). Esto empezaba justo entonces. La grandeza de la armada del El Pireo. Entre Lojeski, Printezis y Sloukas descerrajaron un 0-12. La angustia secaba gargantas. No era el d赤a del Chacho en anotaci車n, no como en las dos finales previas (38 puntos entre ambas). Ni tampoco de Rudy. Ni de Ay車n ni de Reyes...
?Y ahora qu谷 hago?, debi車 preguntarse Laso con ese 40-41 en contra, con esas sensaciones adversas y ya conocidas. Pues fue fiel de nuevo a sus principios. Carroll a pista, al rescate. Y Yeisi lo bord車: once puntos seguidos, tres triples levant芍ndose en alguno de ellos medio metro por encima de Spanoulis. Medio metro, pongan la mano y h芍ganse a la idea. Ventaja blanca, y ritmo, pero a迆n con el aliento rival en el cogote. La resistencia la quebr車 Nocioni con su segunda diana de tres en el tramo vital, y con otro tap車n planetario, como en la semifinal. MVP, MVP# Llull remat車. Dos tiros libres, una falta forzada, un canast車n. Imperial, la guinda a la andanada colectiva. Trabajo soberbio y defensa plet車rica, puntos al margen. Y si no, miren a Slaughter, o a quien quieran.
Ahora o nunca, hab赤amos escuchado. Nunca lo sabremos porque fue ahora. ?AHORA!, la Novena.