WIZARDS 101 - HAWKS 106 (2-2)
Jeff Teague (26) detiene a un tsunami llamado Beal (34)
El base de los Atlanta Hawks, junto a Al Horford, fue la llave para empatar una serie que viaja ahora a Atlanta. El escolta y Pierce fueron los mejores en los Washington Wizards.
Esta vez sali¨® cruz para Pierce. Otra vez, el alero tuvo en sus manos un tiro decisivo, que no hubiera dado la victoria a los Wizards como en el partido anterior, pero s¨ª lo habr¨ªa llevado a la pr¨®rroga. Pero fall¨®. Solo, desde el per¨ªmetro, el jugador que hab¨ªa anotado 5/6 triples antes de esa acci¨®n (22 puntos) no pudo encestar y los Hawks se llevaron el cuarto duelo (101-106) de unas semifinales de Conferencia que se igualan a dos y que viajan de nuevo a Atlanta.
Decir que una nueva canasta salvadora de Pierce hubiera sido de justicia, ser¨ªa decir una verdad a medias. La media que cae en favor de los capitalinos tiene un nombre por encima del resto: Bradley Beal. S¨®lo 21 a?os y es una de la grandes estrellas de la NBA por actuaciones tan memorables como las de esta noche. El escolta fue un tsunami cuyas olas alcanzaron los 34 puntos, 13 de ellos en el ¨²ltimo cuarto. ?l y Pierce fueron los ¨²nicos valientes en hacer frente a la m¨¢quina de Budenholzer, que en varios tramos del duelo fue perfecta y demoledora.
La primera parte de Atlanta fue eso y m¨¢s. No se vio el movimiento hipn¨®tico de bal¨®n de la temporada regular, pero s¨ª una claridad de ideas necesaria en esta etapa del curso. Con toda la intenci¨®n del mundo, dejaron de lado el lanzamiento de tres. Se centraron en hacer da?o a la pintura de los Wizards con un Al Horford y un Millsap que se agigantaban con el paso del partido, mientras dejan en evidencia a unos horribles Nen¨¦ (12 puntos) y Gortat (3). El polaco lleg¨® a las cuatro faltas por su facilidad de hacer lo que no se debe en ataque. 16 de los primeros tantos de los Hawks fueron en la zona, para acabar el primer tiempo con 21 de sus 26 canastas desde all¨ª (14 debajo del aro) .
Los Hawks no s¨®lo daban 'cera' en un ataque que llev¨® a los capitalinos a cerrar la primera mitad con su segundo peor registro de la temporada en puntos recibidos. En su lado del campo, cerraban cualquier resquicio de la pintura y Washington tuvo que rebelarse a base de triples (10/15) con un Pierce plet¨®rico que acertaba todo lo que tocaba, con premio especial de la casa: ya est¨¢ entre los 20 anotadores de playoffs de la historia de la NBA. Aunque eso no evit¨® que los suyos se fueran abajo en el marcador con la extra?a y horrible sensaci¨®n de que cualquier soplo de viento har¨ªa caer un castillo de naipes tan fr¨¢gil como estructuralmente inestable (55-65). El sublime primer tiempo de Atlanta tambi¨¦n tuvo su recompensa. Desde 1996 no anotaban tanto en esos 24 minutos en unos playoffs.
Alegr¨ªa por el trabajo bien hecho, se le¨ªa en Budenholzer y sus chicos. Tanta alegr¨ªa hab¨ªa que los de Wittman se contagiaron y con un parcial 9-0 se pusieron a uno (64-65) nada m¨¢s iniciarse el tecer acto. Adem¨¢s, Millsap, un salvavidas en mitad del mar, cometi¨® su cuarta falta y no volver¨ªa hasta el ¨²ltimo cuarto. Ese panorama desolador, dej¨® abierto el tarro de las esencias de un buen Al Horford (18 tantos al final con un tiro de 5-6 metros exquisito, 6 en este tiempo) y el crecimiento a su sombra de Teague, que con agua y buenos cuidados, despert¨® de verdad en estos playoffs. El base estuvo genial, y apoyado por un Schroder que casi condena al final a los suyos, lleg¨® a los 26 puntos, sin armar ruido. Apareci¨® de la nada para acabar con la fuerza demencial de Beal. Puso orden, cuando m¨¢s se le necesitaba y cuando nadie se acordaba de que es capaz de eso y m¨¢s. Su anotaci¨®n, sin embargo, no habr¨ªa servido de nada sino llega a realizar la jugada del partido: un triple descomunal antes del loco acto final (97-104).
Con siete abajo, Beal (el m¨¢s joven tras LeBron en sumar m¨¢s de 30 puntos, m¨¢s de 5 asistencias y m¨¢s de 5 rebotes en un partido de postemporada) y Nen¨¦ contrajeron el marcador a un salvable 101-104. Y ah¨ª apareci¨® el momento Schroder de la noche: tiro imposible para empezar y tiro imposible, con tap¨®n incluido de Beal, para finalizar, que dej¨® todo en manos de Pierce. Y el resultado, al margen de una posible falta de Carroll cuando lanza (cae como un saco sobre los pies del alero) y los dobles de Korver en la siguiente jugada, es el ya conocido. Err¨® Pierce. La moneda estaba acu?ada en Georgia esta vez para su desgracia.