De las canchas de baloncesto a luchar por el Estado Isl¨¢mico
Abdi Nur viaj¨® de Minneapolis al conflicto de Siria. En Twitter defini¨® as¨ª su vida: "De so?ar con jugar al baloncesto y con el sue?o americano y estar al servicio del Califato".


Abdi Nur cumpli¨® 20 a?os y se march¨® despu¨¦s a Siria a unirse a los combatientes del Estado Isl¨¢mico. Lo hizo desde Minneapolis, donde se cri¨® so?ando con ser una estrella de la NBA. De hecho, uno de los tuits que public¨® ya como miembro de la yihad dec¨ªa esto:
¡°La historia de mi vida: el joven criado en el sue?o americano que quer¨ªa ser jugador de baloncesto y que ahora est¨¢ a las ¨®rdenes del Califato¡±.
El New York Times ha utilizado su caso en un extenso art¨ªculo en el que pone el dedo en una de las llagas que m¨¢s duelen en Occidente: el reclutamiento de j¨®venes musulmanes que viajan despu¨¦s a las zonas donde arrecia el conflicto a lomos del EI. El timeline de la cuenta de Twitter de Abdi Nur sirve como muestra de la radicalizaci¨®n de un chico que pas¨® de hablar de sus partidos de baloncesto en la zona sur de Minneapolis a predicar la versi¨®n m¨¢s radical del Islam: ¡°Si el cielo est¨¢ orgulloso de la existencia de las estrellas, entonces la tierra deber¨ªa estarlo de la existencias de los muyahidines¡±. Fue su ¨²ltimo mensaje cuando su paradero era conocido y en suelo estadounidense. Despu¨¦s tuite¨® ¡°Doy las gracias por todo a Al¨¢ pase lo que pase¡± y ya a continuaci¨®n public¨® este mensaje: ¡°Qu¨¦ d¨ªa m¨¢s precioso en Raqqa¡±. Hab¨ªa llegado a Siria v¨ªa Turqu¨ªa y desoyendo las s¨²plicas de su madre y su hermana, que le ped¨ªan que se replanteara su decisi¨®n. No lo hizo y en agosto ya publicaba im¨¢genes suyas empu?ando orgulloso un Kalashnikov.
La zona de Minnesota es precisamente una de las que m¨¢s preocupa en Estados Unidos porque, despu¨¦s de que ya partieran desde ah¨ª m¨¢s de veinte j¨®venes hacia Somalia, se cree que es una de las m¨¢s activas y organizadas en el reclutamiento de voluntarios que viajan a Siria gracias a una gu¨ªa que el propio Estado Isl¨¢mico distribuye a trav¨¦s de internet. Abdi Nur, en este caso concreto, pas¨® de hablar de un futuro como jugador de baloncesto o abogado a ir evolucionando en su pensamiento a medida que transformaba su imagen hacia los c¨¢nones m¨¢s aceptados por el islamismo radical. Plane¨® su salida hacia Siria con un amigo, Abdullahi Yusuf (de 18 a?os) que sin embargo fue detenido antes de emprender la marcha.
El FBI est¨¢ teniendo problemas para trazar los patrones de comportamiento que permitan anticipar los movimientos de los futuros terroristas. El propio Nur visit¨® un centro comercial y compr¨® ropa deportiva de marca poco antes de viajar a Siria. El gobierno estadounidense trata de descubrir principalmente qui¨¦n ejecuta la conversi¨®n ideol¨®gica y apadrina los gastos del viaje y sus preparativos: ¡°Nadie se levanta un d¨ªa y decide unirse al Estado Isl¨¢mico, siempre hay alguien detr¨¢s que escucha tus problemas y trata de canalizar esa rabia hacia el terrorismo¡±, dice Abdirizak Bihi, un activista somal¨ª que lucha contra la radicalizaci¨®n del Islam. En el caso de Abdi Nur todo comenz¨® en una mezquita cercana a su barrio. De ah¨ª a Siria, donde fue narrando sus peripecias tras su llegada: imparti¨® clases de ingl¨¦s, aprendi¨® a manejar armas, se mostr¨® cada vez m¨¢s feliz de su pronta entrada en combate e incluso respondi¨® preguntas a trav¨¦s de Ask.fm. Una de ellas le preguntaba qui¨¦n le hab¨ªa lavado el cerebro. Su respuesta: ¡°La palabra de Al¨¢ y el Cor¨¢n¡±.