ENTREVISTA A UNA LEYENDA
Wilkins: "Salvo alg¨²n despiste, el ritmo siempre lo dicta EE UU"
Dominique Wilkins repasa para AS las sensaciones que le ha dejado el Mundial y habla del concurso de mates de 1988, el cual perdi¨® ante Jordan: "Lo recuerdo como si fuera hoy".
?Esperaba un desenlace semejante de este Mundial, con el equipo de EE UU dominando hasta ese punto?
¡ªPara m¨ª, EE UU siempre fue el favorito. Casi cada vez desde que yo estoy en este juego, nosotros siempre hemos dictado nuestro ritmo y condiciones al resto del mundo, salvo peque?os despistes. Lo volvimos a hacer. Si jugamos as¨ª, son los otros los que tienen que buscar las soluciones ante nosotros.
¡ª?Puede ser usted m¨¢s espec¨ªfico?
¡ªEn esta ocasi¨®n se trataba de un equipo joven, hambriento y determinado: con pasi¨®n y ganas de probar que pod¨ªa ganar el t¨ªtulo a pesar de las ausencias. Al ser j¨®venes y con un entrenador como Krzyzewski, ya estaba claro que el equipo iba a dictar sus propios t¨¦rminos desde los conceptos de bloque y defensa. Tuvieron que pasar unas semanas para conjuntar ese bloque, pero con el entrenador y jugadores que hab¨ªa, estaba seguro de que iban a terminar haci¨¦ndolo. As¨ª lo han hecho casi todos los equipos de EE UU. Yo estuve en el Dream Team II, en el Mundial de Canad¨¢ (1994): crecimos de un d¨ªa a otro hasta que ganarnos era algo casi imposible. Y anotamos 137 puntos en la final ante Rusia.
¡ªEn su opini¨®n, ?qu¨¦ le ocurri¨® a Espa?a?
¡ªNo he estado dentro del equipo espa?ol. Desde fuera se pod¨ªa ver que ten¨ªan muchos buenos jugadores y mucha profundidad, aunque no s¨¦ s¨ª con tanta determinaci¨®n como los nuestros. La impresi¨®n es que el torneo se les hizo un poco largo cuando ten¨ªan puesta la vista de antemano en la final. En una competici¨®n que es larga y dura hay que mantener la concentraci¨®n: partido a partido. No puede decirse mucho m¨¢s.
¡ª?Ve en esta selecci¨®n de Estados Unidos a jugadores que puedan mantener o incluso elevar el atractivo de la NBA?
¡ªSin duda, Curry es uno de esos que pueden incendiar la Liga. Y Cousins, otro. Ser¨¢n dos grandes. Tambi¨¦n, Faried. Harden, Irving y Rose ya contaban. Otra cosa que he visto es que, con el tiempo, esos buenos jugadores siempre terminan gan¨¢ndose su sitio como figuras. Nadie pensaba que la atenci¨®n se pudiera mantener despu¨¦s de los 80 y 90, cuando est¨¢bamos Bird, Jordan, Magic, Erving, los Celtics, los Sixers, los Lakers y mis Hawks. Pero luego llegaron O¡¯Neal, Kobe, LeBron¡ y volvieron a ser estrellas y volvieron a ganar. Ahora les toca a estos nuevos j¨®venes. He visto que tienen pasi¨®n y saben jugar con defensa. Ah¨ª nace todo.
¡ªUna vuelta por el pasado¡ ?recuerda a¨²n el Concurso de Slam Dunks en 1988, en Chicago, cuando Jordan le derrot¨® en un mano a mano inolvidable?
¡ªRecuerdo cada d¨ªa de mi vida: y ese d¨ªa lo recuerdo como si fuera hoy. Sigo viendo las im¨¢genes dentro de mi cabeza, una y otra vez. Y no tengo dudas: gan¨¦ yo. Ataqu¨¦ el aro con una fuerza como en mi vida he hecho. Con tomahawks y windmills (hachazos y molinillos de viento). Pero Jordan estaba en su casa, en el Chicago Stadium. Eso era demasiado. Fue el mejor concurso de la historia. Tambi¨¦n pienso: si alguien me lo ten¨ªa que ganar, ?qui¨¦n mejor que Jordan? Aunque, de todos nosotros, el mejor en el aire fue Julius Eving, el Doctor J: estuvo ah¨ª antes que todos nosotros¡
¡ª?Qu¨¦ recuerda de aquella Copa de Europa que gan¨® en Par¨ªs con el Panathinaikos al Barcelona, gracias al tap¨®n de Vrankovic a Montero?
¡ªJa, ja, ja¡ es un buen recuerdo. Mire, ese tap¨®n de Vrankovic fue el mejor que he visto en mi vida. Y creo que fue bueno: porque el bal¨®n a¨²n sub¨ªa. Vrankovic salt¨® desde la l¨ªnea de tiros libres. Fue algo incre¨ªble, se lo juro. Pero como fue tan incre¨ªble, el Bar?a protest¨® porque no ve¨ªa otro remedio. Lo que nunca dijo el Barcelona fue que ¨ªbamos ganando por 12 puntos a dos minutos del final y todo lo que sufrimos fue por un arbitraje horrible, mezquino (cheap). No se dice que cuando Montero recuper¨® el bal¨®n fue porque antes hubo dos faltas seguidas del Barcelona a nuestros bases, Korfas y Giannakis. Y ah¨ª fue cuando Vrankovic salv¨® esa final con ese tap¨®n incre¨ªble. S¨®lo entonces supe que hab¨ªamos ganado la Copa de Europa.