San Antonio Spurs, un campe¨®n para la eternidad

Se puede ganar de muchas maneras, casi todas dignas, pero cuesta imaginar una m¨¢s hermosa que la que dio a San Antonio Spurs el t¨ªtulo de la NBA 2014, el quinto desde que Tim Duncan lleg¨® a Texas en 1997. Fue el anillo del pase como forma de vida, del Equipo, del Big Three (Duncan, Parker y Ginobili) sin egos ni glamour, de la estrella muda (el MVP Kawhi Leonard), del entrenador (Popovich) capaz de reinventarse de psic¨®pata del orden en gur¨² del arte, de la franquicia que buce¨® en el draft (S¨®lo Duncan es una elecci¨®n Top-14) y en el mundo (nueve campeones nacieron fuera de EEUU) para construir una de las grandes m¨¢quinas ofensivas de la historia. Fue el anillo de los viejos a los que se dio por derrotados, de los que no se rindieron tras el dur¨ªsimo golpe del a?o pasado, de quienes convirtieron en vulgares al mejor jugador del mundo y a un rival hist¨®rico. Fue el anillo del baloncesto puro. Fue una exhibici¨®n.

Y eso que Miami, orgullo de bicampe¨®n, lleg¨® a San Antonio dispuesto a hacer historia y levantar un 3-1 en contra. Spoelstra al fin se rindi¨® a la evidencia y dej¨® a Chalmers fuera del quinteto para meter a Ray Allen y que LeBron, para no variar, se encargase de todo: dirigir, anotar y defender a Parker. Animados por empezar al fin un partido con cinco jugadores vivos (mejor dicho, cuatro y medio con el actual Wade), los Heat comenzaron como un cohete, Bueno, en realidad fue LeBron que lider¨® a los suyos hasta una ventaja de 6-22 a los siete minutos. Parec¨ªa que Terminator (17 puntos en el cuarto) iba a exterminar a los Spurs, m¨¢s humanos que nunca con un impropio 28% de acierto hasta que aparecieron los tres h¨¦roes de la noche para clavar un triple por barba y despertar a los locales: Ginobili, Kawhi y Mills pusieron el 18-22 y, aunque Miami a¨²n se resisti¨® hasta mediado el segundo periodo, ah¨ª supimos que su lucha no tendr¨ªa un final feliz.

Duncan, el eterno, el mejor ala-p¨ªvot de la historia que se convierte en el segundo jugador de la historia en lograr el anillo en tres d¨¦cadas diferentes, puso a los suyos a tiro de una canasta antes de que Kawhi, con un triple en contraataque, y Ginobili, con un matazo en la cara de Bosh impropio de un tipo de 36 a?os, culminaran la remontada. Con el 47-40 al descanso, con Tony Parker a¨²n sin anotar, los Heat empezaron a desprender olor a cad¨¢ver, y fue el talento imprevisible de Patty Mills quien puso los ¨²ltimos clavos en el ata¨²d con unos minutos de descontrolada inspiraci¨®n, triple tras triple hasta sumar 14 puntos casi seguidos y poner a los Spurs con 21 de ventaja (65-44) a falta todav¨ªa de un cuarto de hora. El resto fue homenaje.

Al entregarles el trofeo, Adam Silver, lo explic¨® a la perfecci¨®n: ¡°Gracias por demostrarle al mundo lo hermoso que puede ser este deporte¡±. La celebraci¨®n fue emoci¨®n pura, con el abrazo entre Duncan y Popovich, 17 a?os juntos, como el final rom¨¢ntico de una gran pel¨ªcula. Kawhi Leonard (22 a?os), segundo MVP m¨¢s joven de unas Finales s¨®lo por detr¨¢s de Magic (que lo logr¨® con 20 y 22), incluso fue capaz de hablar m¨¢s de un minuto y LeBron (31 puntos sin gloria) demostr¨® saber perder en un largo encuentro con Duncan que emanaba grandeza. Ambos equipos afrontan ahora un verano de inc¨®gnitas. Duncan debe confirmar que no se retira y el Big Three de Miami puede hacer las maletas si quiere. Pero de eso hablaremos ma?ana, hoy s¨®lo importa que San Antonio es campe¨®n de un modo que nunca olvidaremos. Gan¨® la belleza.