Hoy se cumplen 25 a?os de los 62 puntos de Drazen Petrovic

Esta tarde se cumplen 25 a?os de la final europea m¨¢s anotadora de la historia (Real Madrid, 117; Snaidero Caserta, 113), para algunos tambi¨¦n la mejor. Un t¨ªtulo de la Recopa que se dirimi¨® en El Pireo, Grecia (14 de marzo de 1989), tras un duelo de leyenda entre el yugoslavo Drazen Petrovic y el brasile?o Oscar Schmidt? Becerra. Un pulso gigante que a¨²n lo fue m¨¢s por la calidad de los compa?eros que les arroparon: a un lado, los Mart¨ªn, Biriukov, Johnny Rogers... y al otro, Gentile, Glouchkov (el primer jugador nacido y formado en Europa en ir a la NBA), Esposito...

Un partido inolvidable que se resolvi¨® en la pr¨®rroga, aunque antes asisti¨¦ramos a un final de la segunda parte sobrecogedor. Oscar encest¨® de tres delante de Cargol para empatar a 102 y Petrovic perdi¨® un bal¨®n que casi le convierte en villano. Pero El Genio de Sibenik? se recuper¨® de inmediato y firm¨® cinco minutos extra colosales (11 tantos) para completar la mayor exhibici¨®n individual jam¨¢s vista en Europa. ?Atentos a sus n¨²meros!: 62 puntos (12 de 14 en tiros de dos, 86% y ning¨²n fallo ni en la segunda parte ni en la pr¨®rroga; 8 de 16 en triples, 50% y 14 de 15 en tiros libres, 93%), 4 asistencias y s¨®lo 2 balones perdidos en 45 minutos. Todos. En el Snaidero?, Oscar? tambi¨¦n lanz¨® 30 tiros de campo, pero se qued¨® en 44 tantos (5 de 19 de dos y 6 de 11 en triples, m¨¢s 16 de 17 desde la personal). Eliminado por faltas personales.

A la org¨ªa ofensiva se sumaron Gentile (34 puntos, incluidos dos triplazos de nueve metros en el sprint de la pr¨®rroga: 113-111) y Biriukov (20) y Dell¡¯Agnello (18) y Rogers (14, seis canastas sin fallo de inicio) y... Fernando Mart¨ªn? bastante hizo con aguantar 41 minutos con un dedo roto sin que nadie lo supiera (11 y 6 rebotes), aunque en alguna acci¨®n? recrimin¨® a Petrovic su individualismo. En la celebraci¨®n se palp¨® cierta tensi¨®n. Ahora, Lolo Sainz le quita hierro: ¡°No fue para tanto, se exager¨® su rivalidad. Lo solucionaron bien entre ellos¡±.

En aquel Madrid (1988-89), Quique Villalobos era el m¨¢s cercano a Petrovic: ¡°La final fue un gran espect¨¢culo, algo irrepetible hoy en d¨ªa. Con Drazen en cancha sent¨ªa que era imposible perder un partido igualado. Imposible. No ten¨ªa otra afici¨®n que el baloncesto y sab¨ªa bien lo que quer¨ªa¡±. Meses despu¨¦s vol¨® a la NBA.