liga endesa | barcelona 73 - real madrid 69
El Barcelona es Esparta
El equipo de Xavi Pascual somete al Real Madrid en un Palau hirviente y completa un vuelco casi imposible en la final de la ACB. Fran V芍zquez, Mickeal y la zona de Xavi Pascual, claves.
Sucedi車 hace m芍s de 2000 a?os pero sucede cada d赤a en la cultura occidental, siempre presente en mil met芍foras, en un mill車n de historias, En la literatura, el c車mic y el cine. En el paso de las Term車pilas trescientos espartanos sujetaron al ej谷rcito de Jerjes, que se extend赤a hasta donde alcanzaba la vista. La historia y su hermoso mensaje han atravesado los siglos y han encontrado acomodo tambi谷n en esta maravillosa final ACB: el Barcelona, aparentemente rendido tras el monstruoso correctivo (85-59) del tercer partido encontr車 fuerza, coraz車n y baloncesto para evitar la desbandada y refundarse a partir de su extraordinaria coraza competitiva. Maltrecha la rodilla de Ndong, casi cojo Navarro, con fiebre Lorbek en el quinto y en solfa hace un suspiro m芍s de media plantilla e incluso Xavi Pascual... Ese Barcelona escap車 desde el ojo del hurac芍n de un cambio de ciclo congelado a mitad de camino, rob車 el fuego en el Palacio y sell車 un Palau esta vez s赤 hirviente. Campe車n de Liga. ?Imposible? No: baloncesto.
Baloncesto: la final, empecemos por ah赤, ha sido maravillosa, un impulso que no deber赤a perder esta ACB tan necesitada de buenas noticias. Que lo aproveche. Una final resuelta en el trance final del quinto partido, lo m芍ximo que puede ofrecer el formato playoffs. Quedar芍 en las retinas porque hac赤a siete a?os que no se viv赤a una situaci車n as赤 y porque hac赤a m芍s de una d谷cada que los contendientes no eran los pesos pesados. Emoci車n, canastas imposibles, remontadas, ajustes t芍cticos, una paliza por el camino y un ejercicio de supervivencia sencillamente sobrecogedor del Barcelona, ya 17 Ligas y rey de la era ACB: 14.
Para el Real Madrid queda el sabor a hiel, la cara de sorpresa, el disparo entre las cejas. En un pu?ado de d赤as ha pasado de volar a reptar, del romance a la depresi車n. Pero la inteligencia de los proyectos y la grandeza de los equipos se mide por su capacidad para crecer desde la adversidad, para llevar las cicatrices como testimonio: la letra con sangre entra. Durante buena parte de la final ha sido superior, unas cuantas veces enormemente superior, y es un equipo joven y lleno de talento. Su primer pecado fue la suerte de S赤ndrome de Stendhal que le congel車 en el cuarto partido, con la escenograf赤a lista para el golpe de gracia. Ah赤 dej車 vivir al Barcelona, dej車 que la fe inflamara el 芍nimo de un rival bajo m赤nimos. Mickeal, Navarro o Lorbek de repente con un pie fuera de la tumba. Visto as赤, el triunfo en el quinto, en el Palau (este Palau) era una quimera.
Pero al 芍nimo y las inercias, que han sido esquivas durante toda la final hasta el hachazo tect車nico del Barcelona en los dos 迆ltimos partidos, hay que sumar el juego. Ah赤 el Real Madrid tambi谷n ha acabado desdibujado y ah赤 deber赤a concentrar su an芍lisis y su b迆squeda de moralejas. Que las hay. A su juego interior le falt車 fuste y energ赤a, le falt車 valor contra un rival en el que Ndong jug車 tres minutos y un enfermo Lorbek, Wallace y Fran acabaron extenuados y cargados de faltas. Tomic cogi車 11 rebotes porque pasaba con sus 2'17 por all赤 pero vuelve a salir retratado en horchata. Begic lleg車 lastrado y ni Mirotic ni Velickovic han tenido respuestas para Lorbek. Esa falta de agresividad allan車 el camino a la defensa del Barcelona, sobrecogedora en cuanto someti車 el juego supers車nico del Real Madrid. Sin velocidad y sin desodorante exterior (7/21 en triples, tres en el desesperado trance final), todo pareci車 de repente f迆til, la direcci車n de Sergio encasquillada y la heroicidades de Llull intermitentes e insuficientes.
La jaula que apres車 al depredador blanco lleva la firma de Xavi Pascual, otro que encontr車 ideas, 芍nimo, energ赤a: soluciones. Las zonas con las que sorprendi車 en el Palacio le dieron otra vez la iniciativa en el Palau: cerraron el rebote (46-39), incomodaron a un Tomic que s車lo es feliz cuando la pintura es el sal車n de su casa, frenaron los ataques r芍pidos y obligaron al Real Madrid a pensar, a pensar y a pensar mil veces, a rumiar los ataques y llegar al 迆ltimo cuarto en 47 puntos. Con Eidson y Ndong minimizados y con Navarro en versi車n Cid (apenas 6 puntos), Pascual cambi車 todo para que nada cambiara y el Barcelona es campe車n. De repente y desde las Term車pilas de su defensa de zonas sider迆rgicas. Mickeal, Lorbek, Sada, Wallace y en el cap赤tulo final Fran V芍zquez. Los 300 de Xavi Pascual.
Como en el cuarto partido, la inercia y el mando fue siempre azulgrana (la valoraci車n final, 90-63). El Real Madrid, con Su芍rez otra vez transparente, se mantuvo siempre en zona de seguridad, al acecho y por debajo de la decena de diferencia, pero no dio nunca el salto. El Barcelona le devolvi車 cada parcial, le borr車 cada pincelada de arte, le cerr車 todas las puertas. Encontr車 soluciones ofensivas a partir de defensas masivas y de una lucha condenada contra el destino (tangibles e intangibles: otra vez los Sada, Mickeal, Fran, Wallace...). Los gigantes blancos convertidos en molinos y el partido en una trampa de atm車sfera irrespirable, peque?as conquistas que eran cabezas de puente que devoraban la moral de un Real Madrid cada vez m芍s inseguro: 24-16, 46-37, 56-47 al inicio de un 迆ltimo cuarto en el que Laso volvi車 a la zonas del segundo partido y llev車 la final a la histeria hasta un 64-62 que marc車 el punto en el que m芍s cerca estuvo el Real Madrid de ser campe車n. En ese 迆ltimo trance aparecieron, ni un 芍pice de casualidad, el talento de Lorbek (8 de sus diez puntos en esa recta final) y el coraje callejero de Pete Mickeal, que anot車 la canasta bisagra (66-62) y los tiros libres de la verdad: 17 puntos y 9 rebotes para el estadounidense (45 de valoraci車n en los dos 迆ltimos partidos), el encargado de achicar agua cuando llovieron triples imposibles de Carroll y Singler, la 迆ltima carga del Real Madrid.
La final dej車 adem芍s el esfuerzo inhumano de Sada (5 puntos, 6 rebotes y 4 asistencias), la entrega incondicional de Wallace, quiz芍 la met芍fora perfecta de la resurrecci車n de su equipo, y hasta un recuerdo al gran Barcelona de hace no tanto: Fran V芍zquez emergi車 en el momento id車neo con 16 puntos, 8 rebotes, 4 tapones y una demostraci車n de elasticidad y talento ofensivo y defensivo que quiz芍 le reconcilie con Pascual, otro que deber赤a reencontrarse ahora y tras un a?o extra?o y seguramente dif赤cil.
El Real Madrid march車 a remolque en lo t芍ctico, en lo espiritual y en t谷rminos de energ赤a. M芍s joven, m芍s profundo y m芍s talentoso, par車 demasiado pronto. La exhibici車n del tercer partido le hizo sentirse a salvo ante un rival que escarb車 y escarb車 hasta que encontr車 el resquicio y acab車 pareciendo, qui谷n lo iba a decir hace menos de una semana, justo campe車n. La corona se qued車 en esa suerte de Esparta que fue el Palau, la ACB tuvo una final maravillosa, 谷pica, dram芍tica y de enorme calidad y todos salen con lecciones, heridas y sue?os. El Real Madrid tiene el camino pero no lo ha recorrido del todo, el Barcelona seguramente necesita reformas pero no todo es tierra quemada. Queda el orgullo y la corona. Enhorabuena para 谷l y suerte para los dos en el futuro. Sus bondades son las de nuestro baloncesto. Esta final para la historia es la prueba, la mejor posible.