Comienza la locura

Estados Unidos no es s¨®lo Nueva York, Los ?ngeles y Boston. Es el pa¨ªs del perrito caliente y del torneo universitario de baloncesto". Estas palabras de Barack Obama, presidente y enamorado del baloncesto, reflejan la importancia que tiene para los estadounidenses el March Madness (la Locura de Marzo), que durante las pr¨®ximas tres semanas trastorna los horarios en las oficinas, pone enfermos s¨²bitamente a millones de trabajadores y recuerda a muchos que Cenicienta existe y no viste zapatos de cristal sino zapatillas de baloncesto.

La NCAA, la agrupaci¨®n que controla el deporte universitario, extendi¨® el pasado a?o de 64 a 68 el n¨²mero de schools, escuelas, que participan en el torneo. Para que los milagros sean posibles, Cenicienta encuentre su pr¨ªncipe azul y colegios peque?os sean capaces de vencer a superpotencias como Kentucky, Michigan State, Syracuse o North Carolina, las cuatro grandes favoritas.

Durante las pr¨®ximas tres semanas, hasta la Final en Nueva Orleans del 2 de abril, los ciudadanos estadounidenses ver¨¢n los partidos por televisi¨®n durante 8,4 millones de horas. La mayor¨ªa de ellas mientras trabajan en sus oficinas, con una p¨¦rdida de unos 192 millones de d¨®lares para el PIB.

El 80% de los ingresos de la NCAA lo genera el contrato televisivo, firmado el a?o pasado para las pr¨®ximas 14 temporadas, entre la CBS y la Turner Broadcasting por valor de 10.800 millones de d¨®lares (unos 771 millones por temporada). El spot publicitario desde cuartos vale 1,2 millones por 30 segundos, tres veces m¨¢s que un anuncio durante la Final de la NBA y casi medio mill¨®n m¨¢s que en las series finales del b¨¦isbol, el deporte nacional. Cada temporada la presi¨®n para los jugadores, todos amateurs y con leyes muy estrictas que prohiben las ayudas y el dinero, es mayor. La media de horas que dedican los estudiantes que representan a sus universidades al baloncesto es de 39,5 por semana. Lo que repercute en los niveles de graduaci¨®n que es del 72%, casi 16 puntos por debajo de los estudiantes que no practican deporte en los cuatro a?os de universidad.