copa del rey | barcelona regal 74 - real madrid 91
El Madrid vuelve a reinar
Una demostraci車n imperial del Real Madrid le convierte en rey de la Copa casi dos d谷cadas despu谷s. El Barcelona, superado de principio a fin, entrega el cetro. Llull y Carroll, los ejecutores.
Ser芍 porque existe la maldici車n del anfitri車n o ser芍 porque, entre reveses y decepciones, el Real Madrid ha crecido mucho y hab赤a elegido la mejor ocasi車n para demostrarlo. Parec赤a imposible robarle el fuego a este Barcelona en el cubil del Sant Jordi y el Real Madrid lo hizo con una fe tozuda blindada y la tozudez categ車rica de los equipos buenos. Buenos y, aunque de repente como en este caso, cuajados. Lo hizo en una masacre, con una exhibici車n que amasar芍 consecuencias psicol車gicas y que quiz芍 cambie la mano en la partida de cartas que a?o tras a?o juegan Barcelona y Real Madrid. El equipo blanco recupera la Copa casi dos d谷cadas despu谷s y se da un fest赤n improbable pero extraordinario que le relanza. Lleg車 a Barcelona entre turbulencias, sufri車 en cuartos y regate車 en semifinales. Pero en la final fue un equipo perfecto, una m芍quina brutalmente competitiva y brutalmente hermosa, capaz de volar y de sangrar, de sudar y sufrir y de acabar disfrutando, con el partido roto en un 迆ltimo cuarto de un 迆nico color: el blanco.
El Barcelona prob車 la medicina que en los 迆ltimos a?os ha aplicado al Real Madrid y a casi todos sus rivales. Se sinti車 siempre inferior (lo fue), lo prob車 todo y no encontr車 ninguna manera, ninguna esperanza. No tuvo ninguna ventaja en el marcador y no encontr車 m芍s luz que una reacci車n rabiosa en el tercer cuarto, un trance extraordinario y 谷pico del que naci車 un car芍cter que hasta ahora no le conoc赤amos a este Real Madrid. De 35-46 a 51-52 en los 迆nicos minutos brillantes de Navarro y Lorbek. Ah赤, con la grada rugiendo y la defensa del Barcelona echando humo, apareci車 un triple de Llull, otro de Mirotic, seis puntos seguidos de Carroll... El Barcelona remont車 el partido y lo volvi車 a perder casi sin saber c車mo. Y ya no volvi車. Con Eidson lesionado, Mickeal rob車tico, y un naufragio absoluto de Huertas, Wallace, Ingles, Rabaseda... de demasiados jugadores. El Barcelona no fue el Barcelona. Ni tuvo su d赤a ni, sobre todo, le dej車 serlo el Real Madrid. De que lo intent車 da fe la energ赤a eterna de Ndong (19 puntos, 11 rebotes). Pero perdi車 con una sonoridad estruendosa reflejada en los 91 puntos que encaj車. Un n迆mero impropio, en teor赤a imposible.
Pero no en la pr芍ctica. La defensa del Barcelona, la mejor de Europa, fue mantequilla, arcilla en manos de un Real Madrid que fue al volante durante todo el partido. Y antes: Laso aplan車 a un Pascual que se perdi車 en la primera parte en rotaciones que nunca favorecieron a su equipo. El Real Madrid defendi車 como nunca, inclin車 la batalla f赤sica y encontr車 siempre formas de anotar. Fue m芍s duro (sorpresa) e igual車 la pelea que se disput車 por encima del aro (sorpresa a迆n mayor). Con eso gan車 medio partido, el otro medio con los miles de caminos que descubri車 para llegar a la canasta rival; Primero en la zona, despu谷s en el exterior. Por calidad o por constancia, por puro talento. De la naturaleza extra?a y brutal que ense?車 en el Sant Jordi habla que ni gan車 el rebote ni pudo correr hasta el 迆ltimo cuarto. Sus armas habituales sustituidas por concentraci車n, energ赤a f赤sica, constante body check y aprovechamiento de cada emparejamiento. Hacer a Navarro m芍s da?o del que 谷l te hac赤a, hacer a Mickeal m芍s da?o del que 谷l te hac赤a, hacer a Lorber m芍s da?o del que 谷l te hac赤a...
Llull y Carroll, ejecutores
Llull, de progresi車n cuestionada desde los experimientos de Messina, firm車 el partido de su vida: 10 puntos en el primer cuarto y dos triples que drenaron psicol車gicamente al Barcelona sobre la bocina de los cuartos segundo y tercero. 5/7 en total en tiros de tres, 23 puntos, 5 asistencias, una lectura inaudita del juego en est芍tico, 25 de valoraci車n y un control absoluto de lo que sucedi車 en pista. Playmaker y killer, demostr車 que el Real Madrid estaba perfectamente preparado y Carroll que, adem芍s, estaba bendecido. El americano dio un recital para el recuerdo en un segundo tiempo en el que anot車 sus 22 puntos, clavos en el ata迆d del Barcelona cada vez que 谷ste intentaba levantarse y brochazos de oro en el 迆ltimo cuarto con el partido ya muerto (56-73 en el minuto 32 y tras ocho puntos seguidos del escolta).
La magnitud y las formas de la victoria empieza pero desde luego no termina en Llull y Carroll. El partido reivindic車 a Su芍rez como alero integral o a Begic y Pocius como especialistas. El Real Madrid fue un bloque en plena sinfon赤a, sin rastro de agotamiento f赤sico y sin un 芍pice de miedo cuando el Barcelona apret車. Lo hizo, mucho: el segundo cuarto fue una batalla f赤sica y sudada, el tercero un hermoso drama en la que cada canasta parec赤a marcar un cambio de rumbo, cada defensa parec赤a valer medio t赤tulo. A todo sobrevivi車 el Real Madrid, por fin imperial y rotundo, por fin campe車n otra vez. Diecinueve a?os despu谷s, con plena justicia y en su mejor partido, sin duda el m芍s importante, de los 迆ltimos a?os. Es rey de la Copa, por fin y otra vez, y su futuro tal vez haya comenzado a reescribirse en el Palau Sant Jordi. O esa sensaci車n pareci車 navegar en los surcos de una final de Copa, otra, para el recuerdo.