"Divac fue grande, pero no habr¨¢ otro Petrovic"
El documental 'Hermanos y enemigos' lleg¨® al Foro Ferr¨¢ndiz-AS

Se tarda a?os en construir una amistad, pero puede destruirse en cuesti¨®n de segundos". As¨ª resume Vlade Divac su tumultuosa relaci¨®n con Drazen Petrovic, hilo conductor de Hermanos y enemigos, documental con alma de road movie en el que el p¨ªvot serbio viaja a Zagreb en busca de redenci¨®n mientras rememora la historia de dos de los m¨¢s grandes del baloncesto balc¨¢nico y, por extensi¨®n, mundial. Canal+ estrena hoy la pel¨ªcula y ayer la presentaron Nikola Loncar, Antoni Daimiel y David Carnicero en el Foro Ferr¨¢ndiz-AS.
Loncar, serbio y formado en el Partiz¨¢n como Divac, pone en perspectiva el calibre de los protagonistas: "Cualquiera que haya crecido en la antigua Yugoslavia sabe que el baloncesto all¨ª es impensable sin ellos. Y eso son palabras mayores, porque all¨ª no es s¨®lo deporte, el basket es m¨¢s, es una religi¨®n. Durante un momento tan dif¨ªcil como la guerra, verles triunfar fuera era un orgullo y una esperanza para los j¨®venes".
La misma guerra que acab¨® con la amistad entre ambas estrellas tras el oro en el Mundial 90, cuando Divac tuvo un incidente con un aficionado y le arrebat¨® una bandera nacionalista croata. Loncar recuerda aquellos tiempos horribles: "Soy hijo de militar comunista y, aun as¨ª, durante bastantes a?os los jugadores no ¨¦ramos muy conscientes de lo que pasaba. Hasta que empezamos a ver que en vez de ir 8.000 al pabell¨®n iban 70. Nosotros no distingu¨ªamos serbios, croatas, eslovenos... Pero despu¨¦s de lo de la bandera, Divac pas¨® a ser un enemigo p¨²blico en Croacia. Lo cuentan Kukoc y Radja en el documental, c¨®mo les presionaban sus allegados para que no le hablaran. Pero ambos fueron a?os despu¨¦s a su partido de homenaje. Si Petrovic siguiera vivo, hubieran vuelto a ser amigos. Seguro".
Aquel conflicto acab¨® con una selecci¨®n yugoslava que acababa de ganar el Europeo 89 y el Mundial 90. Si hubieran seguido todos juntos, ?cu¨¢l era su l¨ªmite? Daimiel a¨²n se lo plantea: "Lo que pudo ser y no fue nos da pie a imaginar. La gran pregunta es si hubieran podido plantar cara al Dream Team en Barcelona 92. En la final, Croacia con Petrovic de l¨ªder, m¨¢s Kukoc, Radja... hizo un papel muy digno. Y cuando volvi¨® a competir tras las sanciones, Serbia sigui¨® ganando t¨ªtulos. Creo que, si no ganar, al menos podr¨ªan haber competido con Estados Unidos. Aquella Yugoslavia era la mejor selecci¨®n que se ha visto nunca fuera de la NBA".
La amistad entre Divac y Petrovic era una relaci¨®n de opuestos. El met¨®dico y obsesivo genio croata y la naturaleza relajada del serbio. "Cada d¨ªa con Vlade (Divac) era una sorpresa. Siempre llegaba tarde, mal vestido, despeinado... Su aspecto exterior le daba igual, pero por dentro es un gran hombre. Nos concentr¨¢bamos con la selecci¨®n y ¨¦l llegaba 15 d¨ªas tarde y se pasaba un par m¨¢s dormido por el jet-lag, pero en cuanto estaba con nosotros nos sent¨ªamos mejor, m¨¢s seguros. Sigue siendo igual. Cuando vino a Madrid en 2006 para trabajar en el Real Madrid, le llev¨¦ al Bernab¨¦u a una reuni¨®n, los dos metidos a presi¨®n en un Mini, y cuando llegamos al estadio me pide que le deje unos calcetines para el traje porque se le hab¨ªan olvidado...", relata entre risas Loncar.
Nada que ver con Petrovic. Lo recuerda Daimiel: "Con 14 a?os yo viv¨ªa en Valladolid y vino la Cibona para jugar un amistoso. Fue tremendo. Drazen mont¨® una pelea terrible y domin¨® el partido. Era insaciable, estaba convencido de que era el mejor del mundo. S¨®lo viv¨ªa para competir. Los enemigos eran su gasolina y, si no los ten¨ªa, se los inventaba".
Genio y figura.
Loncar suma una an¨¦cdota: "El padre de Jaric (ex del Madrid) coincidi¨® con ¨¦l en Sibenik cuando subi¨® a entrenar al primer equipo con 15 a?os. No pas¨® una pelota, insult¨® a los veteranos, dio una exhibici¨®n y se escap¨® corriendo para que no le pegaran". Y Carnicero sentencia: "Yo idolatro a Petrovic. Ten¨ªa ese gen de ni?o terrible capaz de hacer cualquier barbaridad en la pista. Pero a m¨ª ese car¨¢cter me encantaba, le hac¨ªa a¨²n mejor".
Una competitividad que le llev¨® a chocar con otro grande, Djordjevic. "Siempre se rumore¨® que Drazen no le quer¨ªa en la selecci¨®n. En Serbia, Djordjevic es nuestro Petrovic. Tras la guerra, sus logros eran una fiesta nacional", apunta Loncar
Pero el debate sobre su car¨¢cter se zanja hablando de baloncesto puro y duro. "Para que se hagan una idea los m¨¢s j¨®venes, Gasol tiene algo de Divac por condiciones f¨ªsicas, visi¨®n de juego... Aunque Pau est¨¢ un poco por encima. Pero Petrovic s¨®lo es comparable a los m¨¢s grandes, a Jordan, a Kobe... No en el estilo, sino en el esp¨ªritu competitivo. Triunfar en la NBA en su tiempo siendo un exterior era casi imposible, pero ¨¦l en su ¨²ltimo a?o acab¨® en el tercer quinteto de la Liga y no fue All Star s¨®lo porque era extranjero. Era incre¨ªble", analiza Daimiel y Loncar remata: "Divac era muy grande, pero Petrovic... Ni existe ni existir¨¢ alguien comparable. No habr¨¢ otro como ¨¦l".