Tomic transforma el paisaje

Durante el ¨²ltimo cuarto del tercer partido el Caja Laboral mandaba por 60-63 tras un 0-10 que ten¨ªa al Real Madrid congelado y a Vistalegre al borde de las l¨¢grimas. Entonces lleg¨® un cambio de viento rabioso, un golpe seco dirigido por Prigioni y ejecutado por Llull que no s¨®lo signific¨® el 2-1 y el primer match-ball salvado sino que pudo traer tambi¨¦n una transformaci¨®n integral del ecosistema de una semifinal que sali¨®, o eso cre¨ªamos, en v¨ªas de extinci¨®n de Vitoria. El Real Madrid ha recuperado la autoestima y la energ¨ªa f¨ªsica (una cosa conduce a la otra muchas veces) y ya tiene el 2-2 tras lograr la victoria m¨¢s contundente de la serie y tras encontrar muchos de los caminos que dan dulzura y restan penurias a su juego. El elemento transformador del paisaje tiene un nombre claro, un rostro que aglutina una mejora integral de un equipo y un cambio de sentido obligatorio de una serie. La imagen que vale m¨¢s que mil palabras es el rostro de Ante Tomic.

El croata llegaba bajo la lupa a esta semifinal, enfrentado a una m¨¢quina de sumar valoraciones extraordinarias como Splitter. En Vitoria sali¨® trasquilado a base de acumular faltas tontas. En Madrid ha aprendido a medir el body-check y ha pasado de un papel relevante pero de m¨¢s a menos en el tercer partido a una actuaci¨®n excelente en el cuarto. Totalmente determinante, anot¨® (19 puntos con 8/11 en tiros de campo), rebote¨® (14), intimid¨®, asisti¨® y no sufri¨® demasiado ante un Splitter que no falt¨® a su cita con las estad¨ªsticas positivas (20 puntos, 8 rebotes). El problema no es del p¨ªvot brasile?o sino de la sensaci¨®n de que lucha solo. El problema es del Caja Laboral y sobre todo es de Dusko Ivanovic.

Porque Ivanovic est¨¢ perdiendo la guerra de ajustes que implica cualquier serie larga de playoff. Sin Barac y con un Golubovic incapaz de aportar, su juego interior depende exclusivamente de Splitter, que suma y suma pero que acaba acorralado por una defensa que se cierra salvaje sobre ¨¦l, con ayudas bien dirigidas por Prigioni. A su alrededor no hay nadie que aproveche el foco que provoca en el juego porque pr¨¢cticamente todos los emparejamientos sonr¨ªen al Real Madrid. Marcelinho alterna luces y sombras (5 asistencias, 5 p¨¦rdidas) pero juega a remolque de un Prigioni capital en el juego, cuyo pick and roll con Tomic supone un castigo infinito para un Ivanovic imp¨¢vido, que quiz¨¢ deber¨ªa condimentar su gesto torcido de alguna soluci¨®n para que Velickovic en el '3' y Felipe en el '4' no le suponga una v¨ªa de agua que le puede llevar, junto con la conexi¨®n Prigioni - Tomic, a entregar una ventaja de 2-0 si no se aferra a la fuerza del Buesa Arena y a un par soluciones t¨¦cnicas y psicol¨®gicas. Estas ¨²ltimas parecen fundamentales para un equipo cuyo lenguaje corporal fue tr¨¢gico en un ¨²ltimo cuarto espantoso (16-6) en el que anot¨® la primera canasta (64-58 todav¨ªa muy vivo) y ya s¨®lo anot¨® dos canastas m¨¢s hasta el 80-62 final.

Esos desequilibrios en emparejamientos capitales tienen fueran de la serie a San Emeterio, que anot¨® en el primer cuarto y desapareci¨® despu¨¦s y a Teletovic, que dej¨® un p¨¦simo 2/9 y jug¨® desquiciado por su incapacidad para frenar en el poste a un Felipe que encima luci¨® su mejora en el tiro de tres. Si Teletovic firma un 0/5 y Felipe un 3/6 en triples, paradigma del mundo al rev¨¦s, es que el Caja Laboral tiene problemas de verdad. Tan reales como la diferencia de valoraci¨®n en el minuto 40: 105-57. Como el 32-26 en rebote (muy maquillado en el ¨²ltimo tramo), como la diferencia en triples: del 11/25 del Real Madrid al 2/16 de Caja Laboral. A un Madrid superior por dentro se le sumaron los triples, una lluvia fina y constante en los minutos del despegue. Y por eso, y por intensidad defensiva, concentraci¨®n y seguimiento de un plan bien trazado, se permiti¨® uno de sus mejores triunfos de la temporada y termin¨® dando minutos a Van den Spiegel y Almond.

Y todo sin Garbajosa, lesionado, y sin Llull, que dej¨® un triplazo en siete minutos antes de irse con dolor en su tobillo maltrecho y muy mala cara. Y todo con la poca aportaci¨®n habitual en ataque de Jaric o Vidal y los extra?os vaivenes de Lavrinovic. Pero apareci¨® Bullock (13 puntos), persistieron Prigioni y Felipe y explot¨® Tomic para llegar al 36 de valoraci¨®n. Un final feliz amasado desde el arranque y que s¨®lo se cuestion¨® cuando Caja Laboral enlaz¨® un 0-13 en la parte final del primer cuarto (24-26). Un 35-35 marc¨® el ¨²ltimo gran punto de colisi¨®n. Despu¨¦s tir¨® el Madrid hasta el descanso (47-39 con dos triples seguidos de Bullock) y tir¨® y tir¨® en el tercer cuarto hasta abrir la brecha final pese a los esfuerzos de un Splitter tit¨¢nico (en ataque al menos) y la ayuda con cuentagotas de Eliyahu. De los 57 puntos de valoraci¨®n del equipo alav¨¦s, 31 correspondieron a Splitter. Un soldado s¨®lo en un campo de batalla cada vez m¨¢s encrespado.

Parece obvio que el Real Madrid ha recuperado el tono optimista tras llegar agarrotado por la ansiedad y el fatalismo al tercer partido ante Cajasol. Y parece obvio que Messina ya vive exclusivamente fiado a un n¨²cleo de jugadores que incluye a algunos que ha infrautilizado todo el a?o, otros con los que ha tardado en conectar y alguno con el que hubiera preferido no contar. Cosas extra?as. El hecho es que habr¨¢ quinto partido, una realidad que hace apenas tres d¨ªas no era m¨¢s que una apuesta casi suicida. Pero antes de descorchar el champ¨¢n, el Real Madrid deber¨¢ esperar noticias del estado de Garbajosa y sobre todo Llull porque va a necesitar todo y a todos ahora que la serie vuelve a Vitoria, donde le espera un Caja Laboral seguramente transformado, con m¨¢s iniciativa en ataque, m¨¢s garra bajo los aros y la intensidad defensiva que se le perdi¨® en el viaje a Madrid. Toca manejar la presi¨®n, los recursos, los ajustes... es un quinto partido, una moneda al aire que girar¨¢ y girar¨¢ en cada posesi¨®n, en cada lanzamiento, en la lucha por cada rebote. Al que sonr¨ªa la suerte le espera el Barcelona... ?cara o cruz?