FUERA DE FOCO
A los que dudan de Cristiano
A Cristiano siempre se le ha mirado con recelo. Su gestualidad excesiva, tirando en ocasiones a presuntuosa, su tan cacareado ego¨ªsmo y su af¨¢n de protagonismo le han convertido en un punching ball al que es f¨¢cil apuntar. Hay una l¨ªnea de pensamiento, de la que muchos no se apean, que considera una osad¨ªa aberrante comparar a Cristiano con Messi. Conste aqu¨ª, antes de nada, que a un servidor le parece Messi mejor futbolista, pero sin desde?ar la envergadura futbol¨ªstica de uno de los m¨¢s grandes de todos los tiempos como es Cristiano. Esta corriente de opini¨®n a la que nos refer¨ªamos consiste en minusvalorar el empe?o de un jugador que ha sorteado su presumible declive a base de goles. Cristiano ha perdido el regate y la velocidad, pero nunca su trascendencia. Nadie ha gestionado mejor su reconversi¨®n sobre el c¨¦sped. Es un caso paranormal como todo lo que rodea al portugu¨¦s.
Cristiano nunca se ha resignado. Cada noche importante aparece para llevar al Madrid a la victoria. No se entiende, no entra en cabeza racional, que se pueda hacer de menos a un jugador que resulta determinante en casi todas las eliminatorias de Champions (57 goles de octavos a final). Le quisieron jubilar antes de tiempo y ¨¦l se rebel¨® una vez m¨¢s.
Pero no nos enga?emos. Desde el propio madridismo han nacido los reproches m¨¢s severos hacia el portugu¨¦s. Una parte de la afici¨®n blanca lleva vendiendo a Cristiano desde hace tres o cuatro temporadas. Despu¨¦s de ver su comienzo apagado de este curso casi le quer¨ªan regalar como cualquier producto anticuado que aparece en Wallapop. En los bares, lugares distinguidos para el debate, algunos le han crucificado mientras adoraban al mismo tiempo a Benzema. Las pitadas que le ha dedicado el Bernab¨¦u en algunos momentos han sido el mayor s¨ªmbolo de ingratitud. Cristiano ha tenido muchas veces en casa a su propio enemigo. Su grandeza ha sido reconocida casi m¨¢s fuera que dentro. Es importante destacarlo para que no haya lugar a equ¨ªvocos.
Ahora el madridismo se ha vuelto a entregar sin fisuras a Cristiano. Muchos estuvieron siempre en el barco y a los otros les toca subirse de nuevo. Cristiano y la Champions son la salvaci¨®n del Madrid. Como sucede invariablemente durante este lustro. Sin el portugu¨¦s no hubieran llegado ni la D¨¦cima ni la Und¨¦cima ni la Duod¨¦cima. A este paso se podr¨¢ decir alg¨²n d¨ªa que la Champions empieza y termina en Cristiano y a nadie le extra?ar¨¢. Con o sin recelos.