El f迆tbol, como el hombre, ha trazado su propia evoluci車n. Se ha renovado constantemente, adaptando diferentes formas de expresi車n seg迆n la 谷poca, representado por la trascendencia t芍ctica, siempre vinculante en el peso de la historia. Desde aquel momento en el que hab赤a un portero y diez jugadores defend赤an y atacaban sin concierto alguno, all芍 por mediados del siglo XIX, hasta la pulsi車n casi obsesiva por los matices estrategas de entrenadores actuales como Guardiola, Conte o Mourinho. La renovaci車n de la pizarra de los entrenadores constituye un proceso que, como cualquier otro aspecto de la vida, se apoya en un punto de partida.
El relato podr赤a comenzar en Gales, situ芍ndonos en 1888. El Wresham gan車 la Copa bajo un original 2-3-5, el llamado "sistema pir芍mide". Este esquema se implant車 inquebrantablemente como modus operandi hasta que Herbert Chapman, t谷cnico del Arsenal y un adelantado a su tiempo, ide車 la c谷lebre WM. Lo que hizo fue transformar el 2-3-5 retrasando a un jugador del centro del campo a la defensa y encarg芍ndole la marca del delantero rival. Alarg車 a los laterales en las bandas, que se ocupaban de los extremos contrarios, y tambi谷n releg車 a los interiores. La apariencia visual de este dibujo adoptaba la forma de una WM, de ah赤 su denominaci車n. Un sistema arm車nico: tres defensas, dos medios (la W), dos interiores y tres delanteros arriba (la M).
Herbert Chapman posando con sus jugadores diez d赤as antes de la final de la Copa Inglesa.
La aparici車n en Espa?a de la WM se debe a Benito D赤az, que la implant車 en la Real Sociedad. Se produjo cierta controversia entre los defensores del sistema previo (2-3-5) y los partidarios del modelo innovador. La Federaci車n decidi車 mandar una circular en la que inst車 a todos los clubes a utilizar la WM. El 谷xito esquiv車 a T赤o Benito, en cambio, cuando empez車 a usar una estrategia de corte m芍s defensivo. Colocaba a un hombre m芍s detr芍s de los tres defensas y prescind赤a de un delantero. El cerrojo, como se empez車 a conocer este prototipo t芍ctico, nunca alcanz車 cr谷dito en Espa?a tras la disputa de la final de Copa de 1951 que midi車 al Barcelona y la Real Sociedad. Aquel partido dirim赤a una confrontaci車n de estilos e impondr赤a la t芍ctica del futuro. Perdi車 la Real, perdi車 el cerrojo. El catenaccio italiano, cuya esencia consist赤a en esperar atr芍s y operar a trav谷s del contraataque, tom車 su testigo y protagoniz車 p芍ginas de gloria con el Inter de Helenio Herrera (campe車n de Europa en 1964 y 1965) o la misma selecci車n azzurra. Este esquema patrocin車 el fen車meno del l赤bero.
La revoluci車n ofensiva
Ning迆n encuentro tuvo tanta trascendencia en el apartado t芍ctico como el Inglaterra-Hungr赤a disputado en Wembley en 1953. El combinado ingl谷s nunca hab赤a perdido contra un equipo de fuera de las islas, pero aquel d赤a cayeron estrepitosamente (3-6), sorprendidos por el juego de posesi車n h迆ngaro y utilizando a Hidegkuti como falso delantero centro. La decisi車n provoc車 el caos en la zaga inglesa, sin una referencia a la que fijar. El resultado sacudi車 al mundo del f迆tbol y acab車 con el mito de la WM y el futbol ingl谷s.
El m赤tico Inglaterra-Hungr赤a de Wembley, 1953.
Tambi谷n el talante valiente de Brasil, ganador del Mundial en 1958, 1962 y 1970, trajo un aire distinto. La canarinha jugaba con un 4-2-4 muy din芍mico y de una vertiente ofensiva extrema. Los laterales eran un atacante m芍s, un gen puramente brasile?o que otros pa赤ses empezaron a exportar. La revoluci車n que acab車 definitivamente con la rigidez tradicional se asent車 en Holanda, la cuna del f迆tbol moderno. Rinus Michels fue el inventor del f迆tbol total, que aument車 el ritmo y la velocidad del juego y en la que todos los jugadores asum赤an responsabilidades con el bal車n. Sus equipos se desplegaban bajo un 3-4-3, convertible en 4-3-3 en fase defensiva. El Ajax gan車 consecutivamente las Copas de Europa de 1971, 1972 y 1973.
El 4-4-2 se populariz車 en la d谷cada de los ochenta, aunque ya ten赤a cierto arraigo tras el Mundial que conquist車 Inglaterra en 1966 con Alf Ramsey de entrenador. Su distribuci車n favorec赤a la solidez y encolaba las l赤neas. El Mil芍n de Sacchi, otro equipo hist車rico, fragu車 su leyenda al calor de esta formaci車n. Todav赤a hoy se utiliza, con la f車rmula del doble pivote o en rombo (el Madrid de Zidane), pese a perder relevancia por momentos frente al 4-2-3-1.
La figura de Cruyff
La llegada de Cruyff al banquillo del Barcelona en 1988 supuso otro hito en el desarrollo futbol赤stico. El holand谷s, la figura m芍s notable de aquel Ajax triunfador, siempre tuvo presente las ense?anzas de Michel. Su filosof赤a ponderaba el juego bonito y de ataque por encima del resultado. Fue el m芍s firme partidario del f迆tbol total y cautiv車 al club azulgrana para proyectarlo hasta sus 迆ltimas consecuencias. La posesi車n de bal車n era un concepto casi divino. Todos los equipos de la cantera imitaron la identidad de los mayores, un hecho que se he revelado como acertado durante este siglo. El modelo cruyffista cambi車 la historia del Barcelona y marc車 tendencia en el resto del mundo. Guardiola predic車 su doctrina y hasta la perfeccion車 en su etapa dorada en el Camp Nou. La Selecci車n de Luis y Vicente del Bosque tambi谷n sigui車 este camino. El contrapunto a esta personalidad t芍ctica lo han puesto entrenadores como Mourinho.
El modelo cruyffista cambi車 la historia del Barcelona y marc車 tendencia en el resto del mundo.
Al final se trata de c車mo entiende el f迆tbol cada uno. Los sistemas pueden dar una visi車n general sobre c車mo proceden los equipos, pero cualquier formaci車n tiene la capacidad de adoptar una pose m芍s ofensiva o defensiva en funci車n de lo que quiera cada t谷cnico. La evoluci車n ha distinguido diferentes sistemas dominantes, pero especialmente ha reconocido distintas concepciones de juego.
