El desmayo de Hillary Clinton y su pol¨¦mica medi¨¢tica
La candidata dem¨®crata a la Casa Blanca se desvaneci¨® el domingo, tras mantener en secreto que padece neumon¨ªa

El homenaje a las v¨ªctimas del 11-S que se celebr¨® este domingo en Nueva York tuvo un sobresalto inesperado y que desdibuj¨® un poco toda la ceremonia cuando Hillary Clinton tuvo que abandonar el lugar visiblemente mareada.
Un tuitero logr¨® captar el momento en el que la candidata dem¨®crata a la Casa Blanca perd¨ªa las fuerzas y se desmayaba al entrar a su coche, teniendo que ser ayudada por sus guardaespaldas.
Hillary Clinton 9/11 NYC pic.twitter.com/q9YnsjTxss
— Zdenek Gazda (@zgazda66) September 11, 2016
Este hecho grabado y que recorri¨® el mundo r¨¢pidamente hizo que saltaran todas las alarmas sobre qu¨¦ le ocurr¨ªa a Hillary Clinton, y finalmente su gabinete ha tenido que desvelar que padece una neumon¨ªa. Y no sin pol¨¦mica.
Criticado secretismo
Y es que el diagn¨®stico de la neumon¨ªa no se produjo despu¨¦s de este episodio, sino que fue realizado el viernes, dos d¨ªas antes de este acto y pese a lo cual mantuvo su agenda de cara a la campa?a electoral contra Donald Trump.
Su gabinete decidi¨® no informar a los medios, pese a que los achaques de salud que le estaba produciendo la neumon¨ªa eran evidentes, y de hecho fueron motivo de pregunta de un periodista, con una airada respuesta de su portavoz: "Querido Andrew, ten una vida... Gracias".
Statement from Hillary Clinton's doctor says Clinton was diagnosed with pneumonia on Friday pic.twitter.com/xfEy9wloaz
— Bradd Jaffy (@BraddJaffy) September 11, 2016
Dear @AndrewNBCNews-
— Nick Merrill (@NickMerrill) September 6, 2016
Get a life.
Thanks.
Nick
https://t.co/Qbj6OI6Ypf
Invenciones de la prensa
Tras contemplarse su mareo, y antes de que se desvelara el "secreto", la prensa sensacionalista y las redes sociales no tardaron en lanzar infinidad de teor¨ªas sobre la salud de Clinton, llegando incluso a decir que sufr¨ªa alzheimer o ELA.
Conocida la realidad del diagn¨®stico, al final todo se ha convertido en un arma arrojadiza entre los que critican el inusitado celo del partido dem¨®crata sobre su candidata, los que quieren hacer ver el coste que revelarlo tiene electoramente, y los que ahora dicen que no puede dirigir EE.UU. una mujer a la que acusan de d¨¦bil.