Escuderos
"Todo h¨¦roe requiere de alguien que complemente las debilidades del protagonista..."


Los jugadores defensivos no gozan de prestigio: tienen salarios m¨¢s bajos que sus compa?eros y no es habitual que su nombre luzca en las camisetas de los aficionados. Los goleadores y los centrocampistas que mueven al equipo son los m¨¢s buscados en el mercado. Es l¨®gico: hay muchos disciplinados futbolistas en el mundo capaces de solventar las tareas de Nacho, pero muy pocos que puedan replicar lo que hace Benzema. Sin embargo, aun cuando los focos est¨¢n siempre en las estrellas, el buen aficionado se recrea a veces observando la silenciosa labor del actor secundario. En la medular, siempre hay un medio defensivo como Casemiro que hace el trabajo sucio: presiona al rival, corta la jugada, recupera el bal¨®n y se lo da a Modric para que arme el ataque.
El personaje principal requiere de un fiel y abnegado compa?ero. Little John, el segundo al mando en el grupo de forajidos comandados por Robin Hood, pone su fuerza al servicio del l¨ªder. Y as¨ª, a lo largo de la historia, hemos imaginado siempre que no hay Quijote sin Sancho, Sherlock Holmes sin Dr. Watson, ni Batman sin Robin. El escudero es un arquetipo literario, pero est¨¢ basado en la experiencia emp¨ªrica de que todo h¨¦roe requiere de alguien que, en la oscuridad, complemente las debilidades del protagonista y contribuya al ¨¦xito.
En el a?o 437 a. C., Mamerco Emilio fue aclamado por sus compatriotas romanos tras su espl¨¦ndida victoria sobre los etruscos. Pero en su desfile triunfal, los soldados dedicaron sus canciones no al general sino a Coso, un tribuno militar que portaba los despojos del rey enemigo. Tito Livio le describe como ¡°de extraordinaria planta, de igual valor y fuerza¡± y destaca c¨®mo se arriesg¨® en la batalla, dando muerte ¨¦l mismo a Tolumnio, rey etrusco, cuya cabeza pase¨® victorioso en una pica durante el combate.
En la celebraci¨®n por la Copa del Rey, la afici¨®n b¨¦tica aplaudi¨® sobre todo a Joaqu¨ªn y a los jugadores m¨¢s talentosos, como Borja Iglesias, Canales y Fekir. Pero unos pocos nos acordamos de que la nave de Pellegrini naufrag¨® cuando Guido Rodr¨ªguez no estaba en el campo. En Madrid parece que Benzema, Vinicius y Modric han ganado ellos solos el t¨ªtulo de Liga. Pero el triunfo no habr¨ªa sido posible sin escuderos como Casemiro o Fede Valverde. Merecen que alguien les ponga en primera fila.