Modric y Kroos dictan un curso cada d¨ªa

El Madrid tiene la sala de m¨¢quinas limpia. La manejan Modric y Kroos, dos centrocampistas de chaqu¨¦. Van y vienen sin aparente esfuerzo y aclaran la jugada en cada bal¨®n que les llega a los pies. Con ellos el Madrid est¨¢ seguro para salir, sin prisa y sin pausa, cuando le presionan arriba y tambi¨¦n sabe que, una vez superada la primera l¨ªnea, es f¨¢cil que de alguno de los dos surja un pase que es medio gol. Y lo mismo ocurre cuando el equipo corta la salida del rival. Siempre fueron buenos, pero esta vez estuvieron en tal estado de gracia que supieron elevar con un tuya-m¨ªa la aborrecida suerte del gilic¨®rner a la categor¨ªa de obra de arte.

Ese gilic¨®rner fue gol de Nacho, el segundo. El primero lo marc¨® Asensio a lanzamiento de Kroos, que aprovech¨® una recuperaci¨®n de Vinicius. El tercero se lo regal¨® Modric a Vinicius, coronando un gran contraataque de Benzema que ambos acompa?aron. El cuarto naci¨® de un pase del fogonero de la media, Casemiro, a Mendy. Casemiro, por cierto, tambi¨¦n fue el que puls¨® el ¡®clic¡¯ en el contraataque de Benzema. Entre los dos violinistas Casemiro nunca desluce, y eso que este curso no est¨¢ en un nivel tan alto como sol¨ªa. Pero entre los tres forman una imponente l¨ªnea media que Ancelotti se resiste a tocar, porque tocarla es empeorarla.

Desde esa pulcritud de su sala de m¨¢quinas el Madrid gan¨® c¨®modamente en Granada un partido que a m¨ª me dej¨® la impresi¨®n de que no se anim¨® hasta que estuvo 1-2. Luego fue a m¨¢s en intensidad, con apariciones cada vez m¨¢s frecuentes de Vinicius, que acab¨® perseguido y sacudido. Tanto que Monchu fue expulsado por un tantarant¨¢n con aire de matonismo, algo as¨ª como ¡°en nuestro campo t¨² no nos chuleas¡±. Ancelotti le retir¨®, visto que se hab¨ªa convertido en un foco de irritaci¨®n, y teniendo en cuenta los compromisos que aparecen en el horizonte. Y todos apagamos la tele comentando el nuevo curso de f¨²tbol de Modric y Kroos.