Nadie echar¨¢ de menos a Gracia
Gracia ya no est¨¢ ni en cuerpo ni en alma, aunque lo segundo lo dej¨® de estar all¨¢ por octubre, cuando quiso irse y no se fue.

El ciclo Gracia, porque no ha sido ni era, acab¨® cuando ¨¦l ni lo vio venir. Que el luto le dure poco, que me da que as¨ª ser¨¢, y tenga suerte all¨¢ donde le lleve el f¨²tbol. Desde luego nadie le echar¨¢ en falta en Valencia. Como le he le¨ªdo al compa?ero Gustavo Clemente, a Gracia por Mestalla le hemos conocido de perfil. Entre la pandemia y la distancia social que quiso mantener desde que quisiera irse, no hubo lugar a generar empat¨ªa y s¨®lo sabemos de sus desdichas profesionales. Gracia ya no est¨¢ ni en cuerpo ni en alma, aunque lo segundo lo dej¨® de estar all¨¢ por octubre, cuando quiso irse y no se fue, cuando debi¨® acabar su etapa y no lo hizo.
La destituci¨®n de Gracia a falta de cuatro jornadas evidencia miedo al descenso en el club e indiferencia hacia su figura en el vestuario. Los jugadores nunca le vieron como el problema pero evidentemente tampoco ya como soluci¨®n. Alguno habr¨¢ incluso que lo habr¨¢ celebrado, porque amigos tampoco deja. En verdad hace tiempo que Gracia se hab¨ªa ganado el despido y es ahora, sin esperarlo, cuando le ha llegado. El Valencia de Lim es as¨ª, un club que act¨²a sin c¨®digos y contra natura. Si prescindi¨® de Mateu Alemany, ?qu¨¦ nos puede sorprender? Voro sale otra vez al rescate para sumar tres puntos contra el Valladolid que espanten los fantasmas del 86. Pero el mal del Valencia no se cura con una victoria.
Ojal¨¢ Lim haga caso a su amigo Gary Neville, que bien defiende en Manchester que su United vuelva a los aficionados y no porque sea racista. En Valencia tampoco lo son. Los valencianistas solo quieren que su Valencia vuelva a ser un club como lo ha sido siempre y no una eterna oda a la esquizofrenia como lo es desde la llegada del magnate. Para este viaje a la mediocridad, no hac¨ªan falta sus alforjas. Pero para eso, para que Lim acepte su retirada, no s¨®lo hace falta sentimiento. Hace falta que alguien los ponga, un mill¨®n encima de otro. Mientras tanto, a la espera de que esos que dicen que har¨¢n, hagan de verdad, va siendo hora de que en el actual Valencia de Lim, Corona salga de una vez de debajo de la falda de Anil Murthy, act¨²e como debiera y acierte, porque urge que lo haga.